Los Linarejos, Tranco de los Albardanos, Loma de la Cruz, La Tobilla, Laguna de la Muela (Sierra de las Cuatro Villas)

Precioso recorrido por un impresionante rincón de la Sierra de las Cuatro Villas que tanto nos apasiona. Parte del recorrido era ya conocido por nosotros, pero queríamos recorrer otros parajes que nos eran inéditos. Pero las condiciones meteorológicas mandan y una generosa granizada nos obligo a improvisar un recorte, que por cierto salió bastante bien.

La ruta la he calificado de dificultad moderada porque se desarrolla mayoritariamente por senderos, carriles y pista forestal, con tres tramos de campo a través, de los cuales dos de ellos se pueden evitar ya que no aportan nada sustancioso a la ruta. Son los siguientes:

El primero de ellos, no evitable, es el descenso desde el Collado Juliana al cortijo de losTerrones por la llamada Cuesta Juliana, donde el viejo sendero está muy enmatojado y perdido y hay que hacerlo por la cañada, empinada, pero sin demasiadas complicaciones.

El segundo tramo es poco después de coronar el sendero la Loma de la Cruz, donde se bifurca el sendero y nosotros tomamos el ramal derecho, que según habíamos visto en mapas llevaba al Collado de Santa María y después descendía a la misma pista forestal donde estacionamos el vehículo, unos kilómetros más adelante. Al principio esa senda la seguimos bien, pero después se confunde con veredas de ganado y debimos de tomar la incorrecta, pues la perdimos, teniendo que seguir campo a través hasta salir a la mencionada pista. Podemos evitar este tramo tomando en la bifurcación el ramal izquierdo, que sin problemas nos dejará en la pista.

El último tramo lo realizamos en la cañada que creemos se llama de Campallo, aunque no estamos seguros de su verdadero topónimo, donde nos acercamos a los cercanos cortados en busca de de lo que en la lejanía nos parecieron cuevas. Solo encontramos una, no muy grande, que en su día utilizaron para guardar ganado a juzgar por el murete que tiene delante. Lo enmatojado y penoso del periplo hace que para ver sólo esta cueva no merezca la pena desviarse del carril.

Estacionamos el vehículo en la pista forestal que desde la Ermita de Jesús del Monte lleva hasta el Collado de la Tobilla, a algo más de 8 kilómetros de la primera, quedando algo más de uno para llegar al segundo. Allí hay un anchurón para dejar dos o tres coches, aunque también podemos dejarlo en el collado, donde tendremos más espacio. La pista aún no estando en las mejores condiciones posibles, ahora mismo es perfectamente transitable con un turismo si vamos despacio y con precaución.

Comenzamos a caminar por la pista forestal hacia el NE, en sentido descendente, durante unos 400 metros hasta llegar al cruce con el camino que lleva al cortijo de Los Linarejos o Cortijo Caído. Dicho camino sale a nuestra izquierda, pues al lado derecho, no muy visible desde la pista por el talud de la misma, sale el sendero del Tranco de los Albardanos, el cual tomamos.

El sendero no tiene perdida, pues relativamente limpio, está además señalizado con marcas de pintura blanca en los troncos de los pinos. Varios zigzags nos hacen superar el Tranco de la Zorra y llegar al Vallejo homónimo, desde donde podremos obtener unas bonitas vistas panorámicas de la Loma, el Postre, la Cañada de la Madera y parte del impresionante cordal que tenemos por delante. Más adelante otra serie de zigzags con el sendero reforzado con muros mamposteros nos hace superar el paso de los Albardanos por su increíble tranco. ¡Cómo buscaban los serranos de forma ingeniosa los pasos más directos y sencillos para entrar y salir de la Sierra sin tener que dar grandes rodeos!. Es una pena que estas maravillas, estas auténticas obras de arte se vayan perdiendo mientras los gestores de los espacios naturales y esos genios que deciden por donde deben ir los senderos señalizados y balizados, se empeñen en trazarlos por pistas forestales y se olviden de forma premeditada y yo diría que casi maliciosa de las pretéritas vías de comunicación serranas. Yo hablo al menos en éste Parque Natural, de "genocidio" de senderos y de todo en cuanto a lo etnográfico concierne. Sí la abrumadora riqueza de estos viejos caminos estuviera, ya no digo en otros países, sino en otras CCAA españolas como Madrid o Cataluña, sin duda no sufrirían tal maltrato por parte de las Administraciones en incluso de la Federación Andaluza de Montañismo, que me da la sensación que no hacen absolutamente nada para presionar en este sentido y lo que es peor aún, no velan para que no se pierdan algunos de los senderos homologados hace ya bastantes años, cómo por poner un ejemplo el sendero que desde el Borosa asciende hasta las Banderillas , pasando por los Villares y el Tranco del Perro.

Desde el Tranco de los Albardanos, el sendero desciende hasta el Collado Juliana, donde se acaban las marcas de pintura y se pierde el sendero, teniendo, cómo comente anteriormente, que descender campo a través por la Cuesta Juliana hasta el Cortijo de los Terrones por la cañada, tramo este empinado pero que no reviste mayores dificultades.

En el cortijo de los Terrones, situado sea dicho de paso en un lugar magnífico y de gran belleza, retomamos el sendero, el cual desciende hasta el arroyo Cuchara para tras vadearlo ascender hasta la Loma de la Cruz. Nada más coronar la loma, a nuestra izquierda sale un sendero, muy poco visible en éste punto que desciende en pocos metros hasta la Casa del Ojuelo de la Parra, el Collado del Ojuelo y la carretera transversal de la Sierra de las Villas. Pero nosotros seguimos el sendero que discurre por la Loma, hacia el Sur. En pocos metros llegamos a una bifurcación, llevando el ramal izquierdo, el cual recomiendo tomar, hasta la pista forestal. Nosotros tomamos el derecho, el cual perdimos y tuvimos que llegar hasta la mencionada pista campo a través por un pinar que se quemó no hace mucho tiempo, sin grandes dificultades, pero con las incomodidades propias de éstos terrenos.

Una vez en la pista, la seguimos a la derecha, para llegar en algo más de 2´5 kilómetros al collado de la Tobilla, pasando antes por las ruinas del cortijo del Tranquillo del Pelegrín y la Fuente de las Víboras. En el collado de la Tobilla, sí no queremos continuar, sólo tenemos que dejarnos caer por la pista algo más de un kilómetro para concluir la ruta, quedándonos un paseo de algo más de 8 kilómetros.

Nosotros seguimos desde el collado el carril que hacia el Oeste lleva a la Laguna de la Muela, para en un cruce muy próximo tomar otro carril a la izquierda, que hacia el SW desciende forma muy tendida y suave hacia la solana del Bardazoso. Cuando hemos caminado por este carril 2,5 kilómetros llegamos a un cruce y tomamos el ramal derecho, de menor entidad y que hacia el Oeste primero y Norte después comienza a ascender por la cañada que nosotros hemos llamado de Campallo. Al poco de tomar este carril fue cuando lo dejamos para buscar cuevas en los cortados, por lo que recomiendo seguirlo.

El carril pasa junto a una pequeña charca y la ruinas de un cortijo (¿Campallo?) en una zona bastante llana, pero a partir de aquí asciende de forma muy pronunciada hasta un poco antes de llegar a la Laguna de la Muela. Al llegar a la laguna empezó a granizar, teniendo que cambiar nuestros planes originales e improvisar una salida rápida hacia el collado de la Tobilla.

Cómo en otra ruta que hicimos por estos pagos vimos desde la cima de Roblehermoso una tinada en su cara Sur y en lado oriental de la laguna lo que parecía un sendero que pasaba junto a dicha tinada, hacia allí nos dirigimos. Dimos en el clavo, pues lo que sale desde este lado de la Laguna, según pudimos leer en el libro de José Gómez Muñoz a posteriori, es el viejo sendero de herradura que comunicaba la Muela Alta con la Tobilla. Tomamos el sendero hacia el NE pasando por la llamada Tiná Vieja y un bonito tranco en una asperilla, para terminar saliendo a la Hoya del Morcón, donde nos topamos con el moderno carril que hicieron para llegar desde la Tobilla a la Muela Alta.

Dicho carril lo tomamos a la derecha y en breves metros llegamos al collado de la Tobilla, teniendo sólo que dejarnos caer por la pista principal hacia el NE algo más de un kilómetros para llegar al lugar donde estacionamos el vehículo y dar por concluida la ruta.