Los Pantanos de Mora de Rubielos

Para abastecer al regadío de Mora de Rubielos ha habido desde antiguo multitud de balsas de riego que se llenaban desde manantiales o por acequias que tomaban el agua en diferentes azudes del río o de los barrancos.
Un paso más allá es la construcción de embalses que acumulen el agua en el mismo cauce. De estos hay dos, el abandonado del Azotejo y el empantanado de las Tosquillas.
En este recorrido pasaremos por ambos y por la Balsa Nueva.
Salimos junto a la antigua construcción de una caseta de peones camioneros para tomar la senda que va al pantano de las Tosquillas por la zona de trincheras de la cota 1172.
Una vez rebasada la zona de las trincheras vamos hacia el dique para rodear el embalse por la senda fluvial.
La senda circula entre el vaso del embalse y una amenazante valla que lo circunda en gran parte.
Tras pasar los dos puentes que salvan sendos barrancos dejamos la senda al llegar a unos campos para salir a la vieja carretera.
La vamos recortando en subida hasta salir a un camino que recorre la Loma de las Palomas en paralelo a la carretera actual.
Acabamos cruzandola para tomar el Camino del Azotejo por el que llegaremos a la Masía del Azotejo.
Cruzamos el caserío y bajamos al barranco del Azotejo para recorrerlo hasta el dique que remontamos por la derecha.
Volvemos monte a través por el carrascal siguiendo rastros del ganado hasta tomar las barranqueras que acaban en un barranco subsidiario al del Azotejo.
Tras dejar atrás esta parte encañonada y revirada del barranco llegamos a la Fuenlozana, donde nace este manantial que sacia las tierras y bocas de los habitantes de Mora de Rubielos. Además movía dos pequeñas centrales eléctricas que los alumbraban.
Siguiendo el camino junto a la acequia llegaremos al Mas de la Fuenlozana donde pasamos cerca de los grandes pilares del acueducto que producía el salto de la Eléctrica de Mora, a la que bajaremos rodeando la loma que cierra por el norte el barranco del Villarejo.
Una vez abajo vamos en búsqueda de la cascada que se esconde en el barranco. Hay algún rastro que nos permite sortear la exuberante vegetación de ribera hasta llegar al objetivo; una recoleta cascada rodeada de un mar de culantrillo.
Ahora volvemos para acompañar el barranco pasando junto a la ruinas de la Eléctrica de Mora.
Seguimos trampeando por el río Mora hasta cerca de una vieja construcción. A partir de este punto subimos al camino que discurre junto a la acequia de la Fuenlozana que será nuestra guía durante un tramo.
El camino cruza la acequia y la abandona cuando estamos enfrente de la Masía de Alcañiz.
Seguimos por el camino hasta la Masía de las Camarillas. Después salimos a otro camino por el que llegaremos a la Balsa Nueva.
Tras asomarnos a una roca sobre la medieval balsa sólo nos queda cruzar la carretera para volver al inicio de esta ruta.