Los Pilones de Villaviciosa de Córdoba

Ruta por la Sierra Morena cordobesa, en el entorno de la localidad serrana de Villaviciosa de Córdoba. Desde Córdoba, se llega a Villaviciosa por la A-3075 tras dejar la N-432. Aparco a la entrada del pueblo, frente al Hostal “Sierra Morena”, y continúo por la carretera, que dejo en la primera curva dirección al CEDEFO (Centro de Defensa Forestal); pasado éste, contacto con la A-3075, que abandono enseguida por un carril que baja a su derecha, el Camino de las Carretas, que pasa bajo un acueducto de cemento y junto al nacimiento del arroyo de las Carretas y vuelve a salir a la A-3075. Tras cruzarla, un hueco en el quitamiedos permite continuar por una senda paralela a la carretera, por debajo de la misma, retomando la vía pecuaria de la Vereda de la Alhondiguilla. Esta senda lleva a la carretera antigua CO-431a (que acaba en el embalse de Puente Nuevo), señalizada como carretera cortada a 4.5 kilómetros. Continúo por ella unos dos kilómetros y medio, hasta tomar un carril que baja hasta el arroyo Bejarano (o Algarrobillo) -seguí brevemente otro carril que sale del anterior más abajo a la derecha y que lleva a un olivar abandonado, antes de dar la vuelta y bajar hasta el agua, cruzando el arroyo por un vado cementado. Subo ahora por un carril con la cancela abierta, unos pocos metros para salvar las zarzas, antes de dejarlo y continuar por un eucaliptal junto a una malla metálica. Aquí la hierba está muy crecida y no hay senda visible, pero siguiendo junto a la alambrada se llega a las ruinas de los antiguos molinos del Bejarano, uno más grande -con su balsa delimitada por un muro de piedras, donde se acumulaba el agua para luego caer por un desagüe- y otro más pequeño accionado por el agua residual del anterior; debajo de ellos, una gran charca, donde se puede escuchar una sinfonía de anfibios. Hasta aquí subían aguas arriba los peces para hacer el desove, desde el pantano de Puente Nuevo. La pena es la escasez de agua que lleva ahora, incluso en comparación con las mismas fechas de otros años (como en junio de 2016, cuando hice esta ruta con la plataforma Adesalambrar, acompañado de mis dos hijas, ocasión de la que me aprovecho para adjuntar una foto del inicio de la misma).

Vuelvo hacia atrás para visitar los Pilones. Atrocho por la ladera para salir al carril y lo bajo hasta el vado de cemento, sin cruzarlo ahora, sino que continúo por una senda junto a la alambrada, remontando el arroyo aguas arriba, hasta llegar a unos charcones de agua (popularmente conocidos con los nombres de Adriano, La Pava, del Aliso y de la Rana); este paraje es muy hermoso, con pozas excavadas en la roca, saltos de agua, pasos estrechos... sobre todo en meses de mayor pluviometría.

La vuelta pretendía hacerla por el margen del arroyo de las Carretas, pero prácticamente no hay sendero que seguir, con la hierba muy alta, por lo que termino subiendo la ladera hasta alcanzar la carretera (es más cómodo subir por el mismo camino de bajada). Sigo por asfalto durante un kilómetro y después continúo por un camino a la derecha, que pasa entre parcelas dejando a la derecha el cortijo Benedicto. La vereda sube, cruzando el arroyo de las Cabras y llegando entre almendros a la fuente llamada Pilar del Arroyo las Cabras, donde antaño solían venir las mujeres del lugar a hacer la colada y a recoger agua para el consumo y labores de la casa en cántaras de barro. Queda subir una última cuesta hasta el puerto de los depósitos (a la derecha quedan los depósitos de agua que abastecen el pueblo).

Entro en Villaviciosa por el Barrio Alto, bajando por la calle Agustín López hasta la plaza de Andalucía, centro neurálgico de la villa, con la vecina plaza de España. Luego callejeo hasta llegar a la calle Pozuelo, donde se encuentra la Casa de Costumbres, lugar donde hemos concluido más de una travesía por la Sierra Morena con el club Algarín. Antes de llegar al punto de inicio, paso nuevamente por la plaza de Andalucía, presidida por el Santuario de la Virgen de Villaviciosa, construido originalmente en el siglo XVI y alrededor del que fue surgiendo la población. La imagen de la Virgen fue traída desde Villaviciosa de Portugal por un pastor hasta la Dehesa de Las Gamonosas, en Espiel, perseguido según se cuenta por las autoridades portuguesas, que prendieron al pastor, restituyendo la imagen a su santuario; pero ésta se volvió al sitio de Las Gamonosas y el pastor se vio libre de la prisión milagrosamente. La ermita actual, que sustituyó a la antigua, data del siglo XVIII (remozada en 1992).

Dejo pendiente una nueva visita a los Pilones, tras una temporada de lluvia, para disfrutar en todo su esplendor de este paisaje de agua y piedra.