Los Pontones - Foz de la Caviyera - El Chéu - Puertos de Cuayos - LAS TARRIENTAS - El Cochaín - Río Foz - Los Pontones

DISTANCIA: 16 kms. TIEMPO DE SUBIDA: 3h.40m. TIEMPO DE BAJADA: 3h. TIEMPO TOTAL: 6h.40m. DESNIVELES: Subir y bajar 1275 metros

Comenzamos la ruta en Los Pontones (590 metros), desde el amplio aparcamiento frente a la iglesia parroquial de Teyéu. Cruzamos el río Huerna y seguimos por el ramal de carretera con piso de hormigón que sube al pueblo de Traslacruz; antes de llegar a él, la abandonamos para seguir por la pista con piso de cemento (670 m.) que enlaza por encima de Traslacruz con la pista terrera (739) que parte de este pueblo hacia el valle del río Foz. A partir de aquí y a medida que avanzamos, la pista va reduciendo la fuerte pendiente que traíamos hasta trasponer por la Cuandia la Muesa (891) el crestón por el que entramos en el valle alto del río Foz, que baja encajonado entre pronunciadas laderas rematadas en abruptas cresterías; el risco mas alto del cresterío que lo delimita por su orilla derecha, llamado Las Tarrientas, es la cumbre que nos proponemos subir, acercándonos a su base por los Puertos de Cuayos, que se extienden por el oeste de ella. Sigue la pista en ligero descenso hasta una bifurcación (874), donde seguimos por el ramal de la derecha -por el de la izquierda regresaremos- que abandonamos inmediatamente para seguir por un camino que bordea por la derecha la cabaña de La Llinar (881)(con grabados en su puerta) y seguir un pequeño tramo por él, para abandonarlo por una senda que sale por la derecha. Este desvío (944) está señalizado con un jito y unas pinturas y nos encaminará sin pérdida a la Foz de la Caviyera. Solo encontraremos otro desdoblamiento de la senda (1025) y las dos valen, porque se unen mas arriba. La de la derecha tiene menos barro. Sube la senda, empedrada y sombreada, cruzando la Foz entre La Tarrientas, por la izquierda, y las escarpaduras de Vallinanegra, contrafuerte de La Tesa, por la derecha. A los 1165 metros la senda vadea el arroyo para pasar a la orilla derecha, circunstancia a tener en cuenta, porque en momentos de crecida, es un vado peligroso. Tras el vado del arroyo la senda acentúa la pendiente antes de salir de la cerrazón de La Foz de la Caviyera y de la espesura del monte, a los abiertos parajes y ricos pastos de La Bachota por la Cuandia'l Turnu (1338). Transcribo un párrafo del relato de la subida por la Foz de la Caviyera hecha el 13-14 de noviembre de 1943 por Emilio Ribera "El Noy", en compañía de Amador Pola Pola, natural de Teyéu: "las nubes escalan las alturas de La Tesa y dejan al desnudo sus gigantescas murallas, y contemplamos el Huerto Toribio, en el que pereció Toribión de Telledo, excelente cazador de "robezos" víctima de su osadía al escalar este verde campizo colgado cual inaccesible nido, entre espeluznantes precipicios e inabordable por el alto; al cabo de tres días de vocear pidiendo auxilio, no encontró escapada en la ratonera que había caído y exhausto se despeñó, encontrándosele la escopeta centenares de metros debajo del huerto, encima de la copa de una haya...." Habíamos quedado a la entrada de Los Puertos de La Bachota y la senda continúa en subida tendida por la margen derecha del arroyo; mas arriba dejamos por la otra orilla la cuadra y cabaña de La Mata (1366), luego pasamos por Los Trabancos, una vega llana que atraviesa el reguero formando marcados meandros y mas arriba llegamos a las orillas de El Chegu, laguna colmatada y ocupada en casi toda su superficie por vegetación propia de estos humedales y cobijo de patos salvajes, que levantan el vuelo al percatarse de nuestra presencia. Seguidamente entramos en la majada de El Chéu (1462), humildes cabañas bien conservadas y atendidas, ya que todavía son de las pocas majadas donde todavía pasan el verano dos pastores atendiendo sus ganados. Hoy solitarias, aunque si rondan sus alrededores un numeroso rebaño de caballos. Aquí damos un giro de 90 grados para seguir por una senda que en dirección sureste nos lleva a los Puertos de Cuayos, donde todavía pasta un buen rebaño de vacas, con la compañía de numerosos rebaños de rebecos que van huyendo de nosotros a medida que avanzamos hacia nuestro objetivo. La senda nos lleva a un collado (1680) del cordal, rocoso y encrespado, que cierra por el sur los Puertos de Cuayos. Puestos en este collado identificamos con la vista el risco culminante del cordal, dirigiéndonos hacia él y desechando la subida a otros próximos, también con atrayentes y sugestivos perfiles, porque aquí ya desaparecen las sendas, y el terreno peñascoso y caótico, requiere ir despacio y midiendo bien los pasos. En las partes finales de la subida hay que añadir que se va por afilado cresterío con inclinadas y profundas caídas por las dos vertientes. Finalmente alcanzamos la cumbre de Las Tarrientas (1714), con el espacio justo para mi y los dos compañeros que me acompañan. Como no hay ni siquiera un mojón en la cima, construímos uno y depositamos una tarjeta de cumbres. Para el descenso retrocedemos y rodeamos por el sur el picu Las Tarrientas para situarnos en la amplia collada situada entre Las Tarrientas y los últimos roquedos que afloran por el este del cordal. Una alambrada a lo largo de toda la collada, impide al ganado entrar en la vertical ladera de la cara norte del cordal, que tendría fatales consecuencias para sus vidas. Volvemos a librar por el sur las últimas crestas rocosas del cordal y ya nos sitúamos en el declinar del cordal, que ya se aloma, aunque en la bajada encontramos tramos de fuerte pendiente. La referencia en el descenso del cordal es alcanzar una collada que tenemos a la vista -El Cochaín-, facilmente identificable por la torre del tendido eléctrico que hay en ella. En El Cocháin (1288) enlazamos con una senda por la que continuamos dirección norte en inapreciable descenso; pasa junto a una fuente-abrevadero (1282) y antes de que alcance el cdo. Lavares la abandonamos (1215) para tomar otra que da un giro de 180 grados hasta que poco después enlazamos con el buen camino (1205) procedente de la cabaña de La Arandanera, por la que seguimos descendiendo al fondo del valle dando de nuevo un pronunciado giro a la derecha. La bajada va tomando progresivamente fuerte inclinación, pasando por monte repoblado con escasa fortuna, con árboles autóctonos. Tras vadear un arroyo, tocamos fondo cuando cruzamos por rústico puente (843) el río Foz y seguido cruzamos también por puente (850) el arroyo Pancuyaréu, momento que se inicia una pequeña subida, ahora por ancho camino-pista, a enlazar en Las Chinariegas con la pista principal (874), donde cerramos el círculo de la excursión. Ahora solo queda regresar a Los Pontones (590) por el itinerario hecho por la mañana.
Las fotos de Juan Lovelle