Los Robles Centenarios y las Fuentes del Zadorra (Munain)

Punto de partida: Munain.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año, especialmente durante la primavera y el otoño.
Elementos de interés: Los robles centenarios que veremos a lo largo del recorrido en las reservas de Arimotxes y Arimotxis.
Tipo de camino: Perfectamente balizada en todos los desvíos.
Servicios: Los establecimientos más cercanos se encuentran en Salvatierra/Agurain.

Descripción del itinerario.

Esta ruta nos acerca al bosque de los robles centenarios de Munain y Okariz. Este magnífico lugar está poblado por más de 500 árboles de más de cinco siglos de antigüedad, superando, algunos de ellos, la friolera de 1.500 años.
Antiguamente el principal uso que se realizaba en estos montes era la extracción de leña, mediante la corta de las ramas, por lo que los árboles iban adquiriendo forma de candelabro convirtiéndose en trasmochos, de ahí viene el nombre de las reservas forestales en esta zona, Arimotx = roble trasmocho.

El inicio del recorrido lo encontramos junto a la iglesia parroquial de Munain que cuenta con espacio de sobra para aparcar. Seguidamente avanzamos por la calle que se dirige hacia la sierra de Entzia pasando una fuente para llegar al panel informativo (figuras 1, 2 y 3).

Elegiremos el camino que asciende hacia el norte, dejando el que se desvía hacia la derecha dirección Okariz (figuras 4 y 5). La senda avanza en ligero ascenso por un paisaje adehesado donde pastan las vacas antes de introducirnos en la masa arbórea (figuras 6 y 7).

A lo largo de todo el recorrido, la senda está correctamente balizada, siendo imposible perderse o confundirse. Hay dos desvíos importantes. El primero de ellos se corresponde con la figura 8 en el que deberemos elegir el sentido del recorrido, siendo recomendable realizarlo como se ha hecho el track (figuras 9, 10 y 11).

El tramo de la ida está presidido por los robles pedunculados, también conocidos como roble común​, roble albar o carballo siendo su nombre científico (Quercus robur). Estamos en la reserva forestal de los Arimotxes, que ubicada en plena sierra de Entzia ocupa una superficie de 66,97 hectáreas donde predomina este tipo de roble (figuras de la 12 a la 18).

El segundo desvío de relevante importancia es el de la figura 19, en el que podremos elegir si realizar el itinerario corto o el largo donde se asciende hasta el nacedero del río Zadorra.

La senda continúa ascendiendo entre robles, tomando algún desvío siempre bien indicado. Es en el tramo más próximo al nacedero donde hacen aparición las hayas, siempre orientadas a umbría en las zonas con menos horas de sol (figuras 20, 21, 22, 23 y 24). Del nacedero poco que decir, bastante decepcionante pues había una canalización para rescatar el poco agua que brotaba (figuras 25 y 26).

Tras conocer el nacedero toca efectuar el descenso repitiendo la misma operación que al ascender. En el tramo de mayor altitud vuelven a aparecer pequeñas manchas de haya, algunas de ellas de gran porte (figuras 27, 28, 29 y 30).

Durante el descenso entraremos en la reserva forestal de los Arimotxis, más cercana a la localidad de Okariz donde los protagonistas vuelven a ser los centenarios robles, aunque de otra variedad (Quercus faginea). Se trata del quejigo o roble carrasqueño, más similar a la encina propio del dominio climático mediterráneo. La reserva ocupa una extensión de 48,07 hectáreas siendo algo más pequeña que la de los Arimotxes, aunque es en ésta donde encontramos los ejemplares más portentosos (figuras de la 31 a la 50).

Sólo nos quedará elegir en el desvío de la figura 51 si coger el desvío de la derecha hacia Munain como se ha realizado el track (figura 52), o bien optar por girar hacia la izquierda en dirección hacia Okariz.

Impresiones.

Cómodo y fácil paseo el que desde Munain o bien Okariz se pueden visitar más de 50 robles que a buen seguro pasan la centena de edad. Es importante señalar el buen estado de conservación de todos ellos, por lo que es impepinable respetarles. Con hacer una foto y tocar su corteza es más que suficiente. Subir por su tronco y sus ramas lo saben hacen mejor los monos.