Los Sapos, barranco Escomite circular - Sierra de los Filabres
near Los Sapos, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Fecha de realización: 16/07/2016
Ruta por la sierra de Filabres, que parte de la cortijada de Los Sapos de Serón y vuelve al punto de origen permitiéndonos descubrir parajes muy poco transitados a día de hoy donde reina el silencio y la aparente soledad de la montaña. La ruta se desarrolla entre los 1300 y los 1600 msnm y su recorrido es sencillo en su mayor parte, salvo por un tramo de cortafuegos con gran pendiente que habrá que descender con cuidado.
A primera hora del día, aprovechando el frescor de la mañana emprendemos la marcha desde los Sapos, donde podremos apreciar varios ejemplares de encinas de gran porte y belleza. Recorreremos la pista que conduce en sentido ascendente hasta el Escomite bordeando el Calar de los Sapos. Las vistas de Calar Alto y sus cúpulas estarán presentes en este primer tramo. A los 2,6 km abandonamos esta pista para coger otra nueva a la derecha, algo más estrecha y de menor uso. Desde poco antes del cruce con esta pista y a lo largo de toda ella, el camino está rodeado de pinares así que la sombra es frecuente. En este tramo me encontré con un pequeño grupo de cabras monteses que tras curiosear lo suficiente sobre mi persona decidieron retomar la marcha barranco abajo.
Este nuevo tramo lo recorremos durante aproximadamente 1,2 km. Una vez finalizados llegamos al cortafuegos del Escomite donde se abre el horizonte y podemos apreciar buenas vistas del valle, al oeste la Loma de Luco y abajo del cortafuegos la aldea abandonada de Los Canos, con su aspecto misterioso que le dotan del encanto de los lugares abandonados que en su momento estuvieron rebosantes de vida. Y es que de esta cortijada se dice que en su día pudo albergar a cerca de 50 familias.
Dejamos la pista y descendemos poco a poco el cortafuegos, durante unos 850 metros y con pies de plomo para no dar con nuestras posaderas en el suelo. Antes de llegar a los Canos, a nuestra izquierda apreciamos la senda que conduce al molino Longaniza y a la derecha se encuentra el nuevo camino a emprender por una pista en estado de abandono por la vegetación crecida y algún que otro desprendimiento. Seguimos descendiendo hasta llegar al fondo del barranco de Escomite donde nuevamente me encuentro con algunos habitantes de la zona, en esta ocasión 6 o 7 ciervos que deciden emprender la fuga en todas las direcciones tras percatarse de mi presencia. Este paraje es fresco y la vegetación es abundante por lo que los pierdo de vista rápidamente.
Desde aquí, en la cota 1300 msnm, ya la subida será constante y la vegetación es más esteparia por lo que no hay mucha sombra bajo la que protegerse. Al llegar a la cortijada del Serval encontramos nuevamente varios ejemplares de magníficas encinas que seguramente en otros tiempos estuvieron más acompañadas de otras de su especie y esperemos que en un futuro vuelva a ser así.
De aquí hasta que llegamos nuevamente a Los sapos hay que afrontar algunas rampas con más pendiente que combinadas con el sol de mediodía pueden hacer sudar de lo lindo. Podremos apreciar no muy lejos a la encina la Peana, el orgullo de esta zona de la sierra y es que siempre es un regocijo contemplar este ejemplar tan majestuoso y solemne. Toda una veterana que ojalá siga en su sitio durante muchos años más. Por lo pronto según he sabido se ha solicitado su declaración como Monumento Natural, cosa que ya es, sea de forma oficial o no.
Al poco, tras 2,3 km desde el Serval, llegamos nuevamente al punto de partida tras una ruta la mar de tranquila y reconfortante en la que los únicos individuos que he encontrado andaban a cuatro patas.
* El gps me marca realmente 10 km
Ruta por la sierra de Filabres, que parte de la cortijada de Los Sapos de Serón y vuelve al punto de origen permitiéndonos descubrir parajes muy poco transitados a día de hoy donde reina el silencio y la aparente soledad de la montaña. La ruta se desarrolla entre los 1300 y los 1600 msnm y su recorrido es sencillo en su mayor parte, salvo por un tramo de cortafuegos con gran pendiente que habrá que descender con cuidado.
A primera hora del día, aprovechando el frescor de la mañana emprendemos la marcha desde los Sapos, donde podremos apreciar varios ejemplares de encinas de gran porte y belleza. Recorreremos la pista que conduce en sentido ascendente hasta el Escomite bordeando el Calar de los Sapos. Las vistas de Calar Alto y sus cúpulas estarán presentes en este primer tramo. A los 2,6 km abandonamos esta pista para coger otra nueva a la derecha, algo más estrecha y de menor uso. Desde poco antes del cruce con esta pista y a lo largo de toda ella, el camino está rodeado de pinares así que la sombra es frecuente. En este tramo me encontré con un pequeño grupo de cabras monteses que tras curiosear lo suficiente sobre mi persona decidieron retomar la marcha barranco abajo.
Este nuevo tramo lo recorremos durante aproximadamente 1,2 km. Una vez finalizados llegamos al cortafuegos del Escomite donde se abre el horizonte y podemos apreciar buenas vistas del valle, al oeste la Loma de Luco y abajo del cortafuegos la aldea abandonada de Los Canos, con su aspecto misterioso que le dotan del encanto de los lugares abandonados que en su momento estuvieron rebosantes de vida. Y es que de esta cortijada se dice que en su día pudo albergar a cerca de 50 familias.
Dejamos la pista y descendemos poco a poco el cortafuegos, durante unos 850 metros y con pies de plomo para no dar con nuestras posaderas en el suelo. Antes de llegar a los Canos, a nuestra izquierda apreciamos la senda que conduce al molino Longaniza y a la derecha se encuentra el nuevo camino a emprender por una pista en estado de abandono por la vegetación crecida y algún que otro desprendimiento. Seguimos descendiendo hasta llegar al fondo del barranco de Escomite donde nuevamente me encuentro con algunos habitantes de la zona, en esta ocasión 6 o 7 ciervos que deciden emprender la fuga en todas las direcciones tras percatarse de mi presencia. Este paraje es fresco y la vegetación es abundante por lo que los pierdo de vista rápidamente.
Desde aquí, en la cota 1300 msnm, ya la subida será constante y la vegetación es más esteparia por lo que no hay mucha sombra bajo la que protegerse. Al llegar a la cortijada del Serval encontramos nuevamente varios ejemplares de magníficas encinas que seguramente en otros tiempos estuvieron más acompañadas de otras de su especie y esperemos que en un futuro vuelva a ser así.
De aquí hasta que llegamos nuevamente a Los sapos hay que afrontar algunas rampas con más pendiente que combinadas con el sol de mediodía pueden hacer sudar de lo lindo. Podremos apreciar no muy lejos a la encina la Peana, el orgullo de esta zona de la sierra y es que siempre es un regocijo contemplar este ejemplar tan majestuoso y solemne. Toda una veterana que ojalá siga en su sitio durante muchos años más. Por lo pronto según he sabido se ha solicitado su declaración como Monumento Natural, cosa que ya es, sea de forma oficial o no.
Al poco, tras 2,3 km desde el Serval, llegamos nuevamente al punto de partida tras una ruta la mar de tranquila y reconfortante en la que los únicos individuos que he encontrado andaban a cuatro patas.
* El gps me marca realmente 10 km
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