Los Siete Refugios de Navafría desde el Área Recreativa de El Chorro

.................................................................................................................................................................

Reseña de la ruta en Adventoorer: Los Siete Refugios de Navafría, desde el Área Recreativa de El Chorro.

.

Al norte del Puerto de Navafría, en el valle del río Cega, hay siete refugios libres repartidos por la zona. Se pueden visitar en una jornada, y de paso, recorrer los bosques y ver la Cascada de El Chorro. Lo único malo (o bueno, según cada cual) es que la mayor parte del trayecto se hace por pista.

Llego al Área Recreativa de El Chorro bien avanzado el día. Lo de madrugar cada vez me cuesta más. Pero no hay problema porque hoy no voy a tardar mucho. Salvo algunos tramos en los que iré campo a través, casi todo el día andaré por pistas.

El primer refugio está justo al principio, en la misma área recreativa. Es el del Chorro, y es el único que me encuentro cerrado. Imagino que por estar tan cerca del aparcamiento es más fácil de vandalizar, y se han curado en salud cerrándolo. No sé si se puede reservar, o si hay alguna forma de que lo abran. Por la ventana se ve que está cuidado.

Inmediatamente veo un letrero señalándome el camino a la Cascada de El Chorro. Hacia allí voy. Tras un trecho de subida, al fondo del valle aparece el salto de agua. Muy bonito, no demasiado alto. Veo en la parte de arriba un mirador al que se podía acceder por unas escaleras que hay a la derecha de la cascada, pero han bloqueado el acceso con unas horribles tapias de madera. Imagino que hubo algún accidente, y para variar, cortaron por lo sano impidiendo el paso a todo el mundo.

Sigo tranquilamente por la pista, sube que te sube por la ladera boscosa, hasta llegar al Mirador de los Castillejos o las Cebadillas, que ofrece una amplia panorámica sobre el valle. Me aparto un poco del camino para bajar hasta otra pequeña cascada, con cuidado para no resbalar en las piedras húmedas.

Luego vuelvo a la pista, y la abandono en la primera curva que hace a la derecha. En toda esta zona hay muchas pistas que se cruzan sin parar, pero un buen atajo a tiempo ahorra mucho camino. Así que enfilo hacia arriba por la ladera, siguiendo un sendero poco visible, hasta volver a enlazar de nuevo con la pista más adelante.

Desde aquí, siguiendo a la derecha, recto por la pista y luego por un camino, llegaría al segundo refugio del día, el de Navalcollado, pero prefiero ir por un camino más largo, con la excusa de hacer una cumbre, la del Cerro Picardeñas. Es totalmente innecesario, y se puede evitar siguiendo la pista hacia la derecha.

Yo voy un poco a la izquierda, y enseguida arremeto por la ladera. No es incómodo subir, aunque por aquí no encuentro senda. Sin ninguna prisa, acabo llegando a la pista que usan los forestales para subir a la cima. Tras un par de revueltas, aparece la torre que hay en la cumbre. Lástima, la valla de acceso está cerrada. Me habría encantado colarme y llegar a la caseta de arriba. Se tiene que ver una distancia enorme estando tan alto.

Me vuelvo camino abajo, hasta encontrarme con el refugio de Navalcollado. Además del primero, el del Chorro, este es el único que tiene puerta. Es un poco precaria, pero es una puerta al fin y al cabo. Por dentro, limpio y cuidado.

Vuelvo a la pista y sigo adelante a buen ritmo. Las pistas son aburridísimas, pero el entorno es muy agradable. Mucho bosque y bastante agua. Es una zona muy bonita.

No tardo en llegar al refugio de Regajohondo. Todos son por un estilo. Pocas comodidades, pero sirven como protección, que es de lo que se trata. Y tienen chimenea, que es un punto a favor.

Más pista todavía hasta llegar al cuarto refugio del día, el de Piemediano Bajo. Está unos metros apartado del camino, y es básicamente igual que el resto. Me sorprende lo bien cuidados que están por dentro.

Obviamente, si hay un Piemediano Bajo, tiene que haber un Piemediano Alto. Y claro, tiene que estar más arriba. Un poco más adelante me salgo de la pista para seguir por una especie de torrentera abierta en la ladera. Cómoda de seguir también. Entre los árboles me encuentro con el refugio. Aquí paro a descansar un rato. Luego sigo por una senda que sale desde la parte trasera.

Este camino me devuelve a la pista que acabo de abandonar, y que me lleva hasta el refugio de la Fragua. Ya solo me queda uno, el del Peñón, que está, como no podía ser de otra forma, a la sombra de una enorme roca.

Estoy casi al inicio. Un par de revueltas más de la pista me acaban dejando en el Área de El Chorro de nuevo.

Me ha resultado un paseo muy bonito, demasiado cómodo tal vez. Mucha pista, de la que se puede acabar harto. Pero es divertido ir cubriendo etapas, de refugio en refugio.

.