Los Tajos de los Bermejales en el Río Cacín (PR-A 254).

Hoy quedé con Galo para visitar el Río Cacín y hacer el sendero de los Tajos de los Bermejales. Como él viene de Granada y yo de Málaga, disponíamos de dos coches y decidimos dejar un coche en cada extremo de la ruta, uno en el parking del embalse y el otro junto al puente romano; de esta forma haríamos la ruta lineal, evitábamos la vuelta a mediodía en plena solana por una zona sin sombra y podíamos dedicarnos a recorrer con toda la parsimonia del mundo un cañón qué se encuentra entre las rutas más atractivas que se puede realizar en nuestra zona.

Así pues comenzamos en el Puente Romano y nos dirigimos hacia el Barranco de la Raja Blanca para ver si había algún acceso al río desde esa parte (íbamos aguas abajo por la margen derecha); al no encontrar nada dimos la vuelta y accedimos al río por una trocha que hay unos doscientos metros antes de llegar al Puente Romano y de este modo cruzamos dos puentes colgantes antes de llegar a la salida del barranco que corresponde al sendero "oficial". Indicar que la última vez que hice esta ruta fue hace un año y entonces nos encontramos con varios puentes arrastrados por las riadas; ahora mismo ya están todos en su sitio, además se han habilitado caminos con troncos para sortear las zonas más embarradas, se han sustituido muchas maromas que ya estaban deshilachadas y en algunos casos se han puesto grapas que se han anclado en zonas nuevas y como apoyo a las maromas. En resumen, que se ha realizado un ingente trabajo para rehabilitar y mejorar un sendero que de otra forma puede resultar duro de recorrer.

Por lo demás la ruta es una auténtica maravilla; el camino te acompaña a través de unos impresionantes tajos tapizados de exultante vegetación y llenos de millares de aves que han aprovechado las agrietadas paredes para hacer sus nidos; en sus márgenes caminas bajo los techos de unas impresionantes cárcavas talladas en la pared arcillosa, que en muchas ocasiones te obligan a agacharte para poder pasar y que adornan sus paredes con las caprichosas formas dibujadas por la fuerte erosión del agua a lo largo del tiempo. Es realmente una ruta bellísima que por mucho que repitas sigue sorprendiendo y te deja con ganas de una nueva visita.