Los Troncones, Arzia Mendi (Carobo), Ilso–Eguen y Laguna desde San Juan de Berbikiz (Gordexola)

Sencilla y corta ruta con escaso desnivel acumulado andando por las humildes cimas de la sierra de Santxosolo, que atesora un encanto especial con vistas espectaculares sobre el valle de Güeñes, y con sorpresa añadida: la visita a aeródromo del Laguna. Como he dicho es una ruta sencilla, apta para niños.

La ruta comienza en el aparcamiento de la ermita de San Juan de Berbikiz, distante unos tres kilómetros de la plaza de Molinar de Gordexola. Para llegar hasta ella desde Bilbao tenemos que coger el corredor del Cadagua hasta la salida que indica Gordexola. Una vez llegados al pueblo, en la plaza de Molinar, giramos a la derecha a la altura de la iglesia homónima, cogiendo la carretera BI–3621 hacia Aranguren, que en unos tres km nos lleva hasta la citada ermita.

Dejamos aparcado el coche frente a la ermita y seguimos de frente por la carretera durante unos cientos de metros, girando a la izquierda nada mas pasar un gran caserío. Hay un poste indicador que indica la dirección de Zalla por la GR 281. Entramos en una pista cementada que rodea el caserío por detrás. Siguiendo por ella y a unos dos o trescientos metros trazamos una curva cerrada a la derecha. Estamos ya inmersos en un mar de pino radiata que nos acompañará casi toda la ruta.`

Seguimos de frente sin abandonar la pista en ningún momento. Vamos a seguir por ella un buen rato trazando dos amplios zigzags. Llegamos al primero con una curva a la izquierda. Tras ello seguimos la ruta en suave ascenso y enseguida pasamos al lado del camino por el que a la vuelta atajaremos esta primera lazada y que de momento dejamos a nuestra izquierda. Seguimos la pista adelante sin desvíos para llegar a la segunda y cerrada curva, esta vez a la derecha, pero ¡ojo!, desviándonos allí mismo, también a la derecha, por una senda que asciende por el pinar.

El sendero, bien visible, asciende bastante empinado, llegando al poco a un camino forestal perpendicular, para seguir de frente hasta otro camino forestal. Al llegar al tercer camino forestal nos desviamos por él a la derecha hasta confluir con un camino más amplio que viene por nuestra derecha. Nosotros seguimos de frente y salimos un rato a terreno mas despejado, ya que a nuestra derecha han hecho una matarrasa (tala masiva) viéndose el valle de Gueñes a la derecha y abajo. Tras saltar sobre varios pinos que han caído sobre el camino seguimos la ruta trazando una amplia curva a la izquierda hasta llegar a una intersección, o mas bien un brusco giro a la izquierda, siguiendo por el camino durante un rato hasta llegar a una cerrada curva a la derecha.

Allí mismo, en la curva, parte un sendero pisado por la derecha que asciende dentro del pinar hasta llegar a la primera cima del día: Los Troncones (543 m), sin buzón y con un montoncito de piedras a modo de señal de la cumbre. Desde él no existe panorámica alguna por estar totalmente rodeado de pinos. Selfie de rigor y seguimos el camino.

Éste sigue recto de frente, descendiendo suavemente hasta el cercano camino que rodea la cumbre. En la intersección nos fijamos bien y no seguimos el camino principal sino que allí mismo parte otro sendero a la derecha que tras subir un poco nos deja en la segunda cima de la ruta, el Arzia Mendia o Carobo, de 565 m, que según dicen es puntuable para los cien montes. Desconozco porqué le llaman así. Hay un "lauburu" metálico sobre un pedestal de cemento en honor a dos montañeros. Nuevo selfie y a seguir la ruta.

Estamos en la luminosa cresta de los montes de Santxosolo y ya solo se trata de crestear por la hierba en un clarísimo sendero que tras unos cientos de metros nos deja en la cima del Ilso–Eguen, o simplemente Ilso, de 563 m. Así se denominan por estos lares encartados a los "munarris", mojones o piedras fronterizas. Al lado hay un ilso con la inscripción "Gordexola", un mojón de cemento con las clásicas pinturas rojiblancas de GR y un poste geodésico. A unos metros encontramos un hermoso mirador colgado sobre el vacío con unas preciosas vistas sobre Zalla y Aranguren. Para completar el conjunto, un largo palo sostiene una ikurriña deshilachada por los fuertes vientos.

Hacemos más fotos y seguimos nuestro camino hasta llegar a unos pocos cientos de metros a otro precioso mirador de madera, esta vez elevado y con unas escaleritas de acceso a su piso superior. Estamos en el entorno del Laguna (552 m), llamado así por una cercana laguna hoy desaparecida, y que tiene otro gran ilso al lado. Hemos llegado al final de la sierra de Santxosolo y nos disponemos a descender un poco hasta el antiguo aeródromo y allí, junto a un murete de mampostería de un pequeño edificio derruido, nos zampamos los bocatas acompañados del inefable líquido espirituoso que emana de la querida "damajuana" (la siempre bien rellena bota de Jose Mari).

Tras el refrigerio iniciamos la marcha de descenso surcando parte del viejo aeródromo, actualmente en desuso pero utilizado no hace muchos años por avionetas de fumigación forestal. Tras pasar ante sus antiguas barreras bajamos durante un buen rato por la pista de acceso al aeródromo sin desviarnos en ningún momento de la misma. Llegamos a confluir con el sendero donde nos hemos desviado a la derecha en la subida, aunque ahora lo dejamos a nuestra izquierda.

Seguimos unos cientos de metros más por la pista y ahora sí, nos desviamos a la derecha por un ancho camino de tierra bastante roto e inclinado que tras un rato de bajada confluye de nuevo con la pista, aunque bastante mas abajo. Se puede decir que hemos hecho un atajo directo, evitando el gran bucle que hemos dado en la subida.

Nada mas acceder de nuevo a la pista tomamos otro atajo, esta vez desviándonos a la izquierda para acceder otra vez un poco más abajo a la pista cementada, que seguimos hacia abajo para llegar a la carretera Gordexola–Aranguren. Ya no tenemos mas que seguir unos cientos de metros por la carretera para llegar a la ermita San Juan de Berbikiz, donde hemos aparcado el coche.

No damos por concluida esta ruta sin parar un ratito en la plaza del Molinar de Gordexola para tomar unas cervecitas en una terraza y comprar unas barras de pan de la zona. En resumen, una ruta sencilla y corta que recorre varias humildes y curiosas cimas desde las que se divisan panorámicas extraordinarias. Merece la pena sin duda.