Lugros a Dehesa del Camarate.

El día de todos los santos, primer día de este mes de Noviembre, y como el tiempo prometía bueno, por la mañana temprano, (siete y media), salí hacía Lugros en coche, a donde llegué sobre una hora después. Concretamente estacioné en la zona del área recreativa de Las Herrerías, desde donde inicié la marcha, pasadas las ocho y media, por el sendero señalizado que me llevaría hasta la finca de la Dehesa del Camarate, concretamente al Horcajo, donde se encuentra la puerta de acceso a la finca, tras casi cinco kilómetros de marcha.
El sendero hasta aquí, ha transcurrido bien señalizado, en primer lugar en ascenso hacia el monte bajo hasta los llanos de Paquito, para pasar después a discurrir por el borde de la acequia (unos dicen que de Polícar y otros que de Guadix), para seguir a continuación por la pista forestal hasta llegar a la ribera del Río Alhama, donde nos sorprenden gratamente los primeros colores amarillos y ocres en sus chopos. Y continuando por el camino de la margen derecha del río algo más de dos kilómetros, llegamos ya a la entrada de la finca donde para evitar que se salga el ganado, está la gran puerta central entre dos pilares y una más pequeña lateral, que mencionaba al final del párrafo anterior.
A la llegada al lugar me aborda un funcionario de medio ambiente de la Junta de Andalucía, que me advierte de que solo puedo usar el camino de la derecha a la entrada de la finca; y que no se puede hacer el sendero de la izquierda. Igualmente me advierte que para próximas ocasiones me tengo que inscribir en la web del Ayuntamiento de Lugros.
Traspasada la puerta de entrada a la finca, se inicia el ascenso por el camino, siempre ascendiendo (sobre cinco kilómetros) hasta llegar al Tentadero. El camino discurre entre el bosque por el margen izquierdo del barranco de las rozas, durante casi tres kilómetros, donde lo cruza el barranco y continua ascendiendo hasta llegar al tentadero, pasando por los accesos al cortijo El Camarate cuando llegamos justo a la cota de 1,780 metros. Lugar donde comienza a cuajar la nieve caída la tarde y madrugada anterior, haciéndose más presente cuanto más subimos, hasta alcanzar los veinte centímetros en las inmediaciones del tentadero, a una altitud de 1,850 metros. Donde aprovecho que sobresale del terreno una roca que está limpia de nieve, para encaramarme a ella y tomarme el bocata. Un poquito de descanso y para abajo, por el mimo camino, dado que como se dijo al principio, no se permite el tránsito por el sendero que discurre por el propio cortico de El Camarate.
En el camino de bajada, no paraba de cruzarme con gente, que ahora subían; y abajo en el camino, fuera ya de la finca, el autobús lanzadera tampoco paraba de paraba de dar viajes cargado de gente; que seguro disfrutaron de lo lindo, con la nieve y el día de sol que se levantó.
Así pues, tras cinco horas y media, aproximadamente de marcha, con casi veinte kilómetros (19.700) andados, llegué al coche y en ese momento, me acordé que tengo un amigo en Guadix, que hace unas chuletillas de cordero a la brasa que están de muerte, y sin pensarlo más, allí me dirigí y me alegré mucho de ver a mi amigo.
Sobre las cuatro dela tarde en casa con las pilas cargadas para toda la semana siguiente. Preciosa la ruta, que os la aconsejo en esta época