Lugros - Dehesa del Camarate /El Bosque Encantado

Lugros. Al borde de las Badlans y de la Cordillera montañosa. En tierra de nadie. Parece colgada sobre una loma. Sale un camino que lleva a la joyita de la zona: la Dehesa del Camarate. Sin prisas parece aconseja le. Si has venido a caminar, hazlo. Si llegas tarde y el día es corto, mejor te acercas a la entrada del Parque.
La pista ancha sin especial interés. Los robles y carrascas revientan las vertientes y más arriba, ya en la puerta, el agua se hace omnipresente y también las vacas.
La pista sube suave y muy bien pisada para el trabajo de los vaqueros en sus 4x4 y demás. Sin chance alguna ganando altura. Es invierno y por tanto el principal aliciente que es el disfrute de los colores otoñales o primaverales está difuminado, diluido.
Más arriba se llega a una divisoria, un alto, y un cruce de caminos. A derechas sigue la pista tan bien plantada para vehículos, y a izquierdas se entra un una propiedad privada. Qué cosas!! Dentro de un Parque Nacional una propiedad privada!! Bravo!!! Igual entramos. La puerta está abierta. Es una explotación de vacas y cabras. Sólo vemos algunas cabras encerradas. No hay perros ni humanos. Al pasar la propiedad vallas caídas, un cartel turístico y un sendero bien culo que se estira hacia el barranco. Por el seguimos hasta la divisoria, donde cruzamos el río y del otro lado al tiempo comienza la bajada esta falda es menos arbórea e igual de bonita, aunque más lo sería en otoño o primavera.
No hablaron de un burladero pero no lo vemos. Es extraño, pues no hay pérdida posible. La bajada se hace muy rápida y sin sobresaltos. La senda apenas está marcada pero aún así es sencillo orientarse para acabar cayendo a la puerta de entrada a El Camarate. Desde aquí se deshace el camino de la mañana hasta las afueras del PN.
Interesante parar a comer en El Bosque Encantado, el bar de Lugros, la única cocina recomendable en toda la comarca.