Luque. Abuchite (por la Cañada del Sastre y el Pecho del Canalizo). Cañón del Bailón. Zuheros. Luque

Preciosa ruta circular por una de las zonas menos famosas de la Subbética, pero que ha resultado ser muy completa. La iniciamos al amanecer en Luque, andando por la pista que llega a Carcabuey, marcada como el Sendero de las Buitreras. Pronto nos desvíamos por la Cañada del Sastre que sube en acusada pendiente paralela al Arroyo del Zurreón. Tras pasar una cortijada llegamos a la Fuente del Espino, de la que manaba bastante agua a pesar de no haber llovido bien en meses. Desde aquí comienza lo más bonito de la subida al Cerro Abuchite, el Pecho del Canalizo, que es no es más que una vaguada entre grandes farallones calizos. Hay un precioso paso aéreo, pero no expuesto, sin peligro. Llegamos así a la antecima de la loma del Abuchite, marcada por una pica metálica. Desde aquí preciosas vistas a toda la Subbética: Lobatejo, Gallinera, Horconera, y las cercanas Lastra y Esparragal. El lapiaz plano (Llanada del Cerro en los mapas) de la loma del Abuchite es de paso complicado a pesar de que la roca está en buen estado; no obstante, la vegetación te impedía muchas veces ver donde estabas pisando y necesario era. El punto más alto del Abuchite está a unos centenares de metros de la antecima, pero tardamos en llegar una media hora. Bajamos con una malla como referencia, que podía salvarse con una escalera para quien quiera asomarse a los Tajos del Cucaero y del Castillo, donde los buitres crian a sus camadas. A nosotros nos esperaban aún muchos kilómetros y los vimos desde lejos en la bajada, mucho más cómoda que la Llanada del Cerro.
Volvemos a las inmediaciones de la Fuente del Espino sin volver a tocarla, para coger la Colada de Zuheros a Priego, que pasa por numerosos cortijos en ruinas y preciosas y fértiles eras abandonadas. El paisaje no desmerece, pues hay vistas al Cerro de las Mentiras y a los cortados de la Fuenblanca y el Cerro del Cavio.

Escuchamos agua antes de cruzar el Arroyo de la Zarcilla, de la única corriente (fuera de las fuentes) de la que disfrutamos. Seguimos a la vera del arroyo por un sendero precioso y claro hasta que el arroyo se une al seco Bailón. Curiosamente, el arroyo que traímos pierde el agua por el camino, probablemente por filtración, por lo que no aportaba nada tampoco al Bailón, que pronto se encajona en un precioso y conocido cañón que va a dar a la villa de Zuheros. ¡Ojo! Cuando el Bailón baja con mucha agua puede ser difícil cruzarlo y el camino lo hace varias veces.

En Zuheros damos un rodeo para pasar por su puente colgante y visitar los cortados del castillo. Desde el puente comienza la última y larga subida hasta la Dehesa de los Tallones, donde había un curioso pozo con agua. Bajamos hasta Luque por el sendero señalizado de Malos Vientos que, entre la linde de dos fincas, atraviesa el denominado Pecho de la Corneta para llegar de nuevo a Luque, punto de partida de esta preciosa ruta circular por nuestra querida Subbética.