Luzón, sus diablos , Hitos del Rodenal y Torre de los Moros (Guadalajara)

Luzón es un municipio perteneciente a la provincia de Guadalajara, integrado en la comarca del Señorío de Molina-Alto Tajo. Este pequeño pueblo bañado por el río Tajuña es conocido por los carnavales de los Diablos y Mascaritas y declarados Fiesta de Interés Turístico Provincial. Los orígenes de esta celebración no son muy claros, aunque se cree que puede ser en la Edad Media y desde entonces ha ido pasando de generación en generación hasta ahora. El sábado de Carnaval Los Diablos salen a la calle vestidos de negro, pintados con una mezcla de aceite y hollín, llevando grandes cuernos sobre la cabeza y cencerros atados a su cintura, además de una dentadura tallada de patata. Según cuenta la leyenda cierto día del año, se abre una grieta desde las profundidades de la tierra para dejar salir a los demonios cuya misión es crear alboroto en el mundo exterior.
Antes de participar en la fiesta decidimos conocer un poco más el pueblo y su entorno. Empezamos nuestra ruta en la parte baja del pueblo, en la Plaza Mayor donde está el Ayuntamiento, la iglesia parroquial de San Pedro Apóstol (s. XVI), la sede de la Asociación de Amigos situado en un antiguo caserón, además más tarde aquí se celebrará la fiesta del carnaval. Ascendemos a la parte alta del pueblo donde hay conjunto de edificios de los Escolapios (s. XIX), compuesto por capilla con bonito rosetón y escuela católica de niñas y niños. Caminamos un poco más y llegamos a la ermita de la Virgen de la Peña, patrona del pueblo. Detrás, en un escarpado cerro hay varias esculturas llamadas Hitos del Rodenal. Nos acercamos a las curiosas figuras repartidas a lo largo del risco, además disfrutamos de excelentes vistas. Descendemos y nos acercamos al antiguo lavadero, en una de sus fachadas hay un mural de cerámica de Los Diablos. Justo al lado hay una bonita fuente de 9 caños que según cuenta la leyenda fue bendecida por San Vicente en su visita a la localidad quien dijo que nunca se secaría. Cruzamos el río Tajuña por un puente con bonitas imágenes de diablos y mascaritas. Poco después llegamos a la ermita de San Roque, este año aquí se prepararan los diablos para su desfile. Seguimos por la pista asfaltada hasta divisar unos curiosos orificios en los riscos de la derecha, decidimos subir para investigar, allí encontramos una cueva y ruinas de edificaciones y vallas de piedra. Esta parte solo la aconsejo a los más aventureros, es mejor no subir y seguir por la carretera.
Ahora abandonamos la carretera y cogemos la pista de tierra, enseguida llegamos a la Torre de los Moros, se encuentra en estado de ruina progresiva y es de acceso libre. Sobre la parte baja de fachada hay sillares procedentes de otras construcciones, lápidas funerarias e inscripciones.
Ahora solo nos queda desandar el camino, volver al pueblo y disfrutar de los carnavales.