Maeztu-Vía Verde del Ferrocarril Vasco/Navarro-Indiagana-Elabe-Itxogana-Puerto de Azazeta-Azazeta
near Maeztu / Maestu, País Vasco (España)
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Itinerary description
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 110:
Comienzo en la parada de bus de la localidad alavesa de Maeztu. Lo atravieso de lado a lado, y luego continuo por una ancha y cómoda pista señalizada con marcas PR amarilla y blanca. Dicha pista pertenece a la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, inaugurada en el año 1887 y clausurada en 1967. La vía tenía una longitud de 143km (o 123km, según en que página miréis), y unía la localidad guipuzcoana de Bergara con el municipio navarro de Estella/Lizarra, pasando entre medias por la ciudad alavesa de Vitoria.
Más adelante, me encuentro un túnel, en el cual antes y después del mismo, figuran imágenes de iglesias de distintas poblaciones que recorría la vía. Pero lo mejor estaba por llegar. Entro en el túnel, y al instante me llama la atención 2 cosas: la abundante decoración de las paredes en forma de hojas, y varios sonidos, que invitaban a adentrarse de lleno en aquella época, tales como cantos de animales, el viento, naturaleza... con los del paso del ferrocarril y el ambiente que lo rodeaba.
Pero es que, a medida que avanzo, en los laterales de la pared del túnel había numerosos murales, haciendo el mismo homenaje que el sonido. Todo está relacionado con el ferrocarril, la gente que lo transportaba, el trabajo que hicieron para crear dicha vía, y la fauna y naturaleza del entorno por los que circulaba el tren, una auténtica preciosidad!!
Salgo del túnel, y sigo por la cómoda pista, pasando al lado de un antiguo edificio que antes era una estación de tren.
Supero un par de puentes, y después, me desvío del camino, justo al finalizar la pista, para visitar la ermita de Santo Toribio.
A continuación, avanzo por una nueva pista, mucho más ancha que el anterior, que conduce hacia una de las canteras que hay por la zona. Aquí me encontré con un interesante "bicho", una víbora Aspid!!. Era muy pequeña, del tamaño de una mano (en las fotos da la impresión de que es mucho mas grande), aunque pueden crecer hasta los 70-80cm, y son venenosas. No obstante, con ese tamaño, la amenaza era nula. Una preciosidad de reptil, siendo una de las 4 especies de culebras o serpientes que hay en la provincia de Álava, y he dado justo con la única venenosa.
Asciendo lenta y cómodamente por la pista, y luego hago un triple giro derecha-izquierda-derecha.
Sigo cuesta arriba, con la pendiente siendo aún muy suave y llevadera. A ratos la calidad del terreno empeora un poco, siendo muy pedregosa, pero rápidamente vuelve a ser mayormente liso.
Al entrar en un bosque y hacer un giro a la derecha, es cuando el ascenso empieza a ser exigente de verdad, pero sin tener ninguna dificultad.
A medida que gano altitud, los árboles del entorno va cambiando, llegando a ir al final a por un bonito hayedo.
En el camino me encuentro con varios puestos de caza de palomas, cuidado aquí durante la época de caza.
Por el lado derecho, a ratos, se deja ver trazas de panorámica entre la arboleda, correspondiente a la enorme Llanada Alavesa, y a las sierras de Elgea, Aizkorri, Altzania y Entzia.
Finalmente, finalizo el ascenso, llegando así a la primera de las 3 cimas de hoy, el monte Indiagana (1093m). No hay vistas desde aquí, ya que la cumbre está rodeado de árboles. Al menos, si que hay un bonito buzón indicando la cima.
Prosigo la marcha, yendo recto, tras pasar un portillo de madera. Ahora el sendero se estrecha considerablemente, y sigue adentrándose entre la arboleda. Andar por aquí con niebla podría ser un problema, no obstante, en el suelo hay un montón de hitos de piedra marcando el camino.
Más adelante, he de hacer un nuevo giro a la derecha, muy cerrado. El problema es que a simple vista no se llega a ver donde hay que realizar dicho giro. Esto le pasó factura por un instante a una pareja que andaba por la zona. Afortunadamente, entre el track y un hito de piedras, dimos con la solución.
Los 3 íbamos al mismo lugar, hacia las 2 siguientes cimas, el Elabe y el Itxogana, y con destino al pueblo de Azazeta, así que fuimos juntos lo que restaba de ruta.
No me separé del móvil hasta llegar al Itxogana, ya que desde el mencionado giro cerrado hasta dicha cima, hay momentos en el que el camino no es fácil de seguir. Se intuye, pero si uno se despista, se puede dejar atrás con mucha facilidad, sobre todo en los distintos hayedos de la zona.
Tras hacer un par de giros y adentrarnos de lleno en uno de esos hayedos, llegamos a un punto elevado, que se trata de la cima del monte Elabe (1068m). Aquí tampoco hay vistas, ni buzón, así que cagando leches, continuamos la marcha.
Salimos del hayedo, seguimos la traza del sendero, y en pocos minutos, llegamos a la tercera y última cumbre del día, el Itxogana (1063m). Sin duda alguna, se trata de la cima más interesante, por la presencia de un buzón y vértice geodésico, pero sobre todo, por las vistas, que sin llegar a ser demasiado amplias y espectaculares, si que hacen que merezca la pena venir hasta aquí. Aparte de lo ya mencionado antes del Indiagana, añadir los Montes de Vitoria, Anboto, Gorbea, el embalse de Ullibarri Gamboa, la ciudad de Vitoria, pueblos como Alegria-Dulantzi entre otros muchos, y por el Sur, la inconfundible sierra de Toloño.
Tras las fotos de rigor, avanzamos brevemente hacia el Sur, para luego girar de nuevo hacia el Norte. Descendemos en fuerte pendiente por un cómodo sendero natural, que se interna en otro hayedo más, hasta salir pronto de él, justo al llegar a una campa herbosa, donde hay un área recreativa con varias barbacoas, y una ermita de grandes dimensiones, la de San Vitor, considerado como el protector de sembrados y sanador de las enfermedades nerviosas y dolores de cabeza.
Yo dolores de cabeza no tenía, pero idas de olla, si. Aquí cometí un error de novato. Me dejé llevar por la pasión y descendimos por un visible sendero marcado con numerosos puntos rojos en los árboles. Era tan evidente el sendero, se internaba por un hayedo tan bonito, e iba casi a la par del camino que tenía indicado en el track para bajar, que me dije, "esto seguro que va por buen lugar, acabaré conectando con el sendero del track". Pero no fue así.
Bajamos y bajamos, además en fuerte pendiente, y poco a poco nos íbamos alejando del camino correcto, hasta que llegó un punto en el que el sendero giraba y se alejaba aún más. Aquí nos detuvimos, analizamos la situación y decidimos que había que dar media vuelta y volver a la ermita de San Vitor.
El camino correcto lo teníamos en la misma campa herbosa de la barbacoa, bien claro, ancho y visible. Fallo de novato por confiarme, a menudo hay segundos caminos que conectan con el principal, mucho más bonitos y salvajes que el principal, pero a veces, como en este caso, llevan a otro lugar completamente diferente. En caso de duda, mirad bien el mapa, no os alejéis en exceso del camino que tengáis marcado, retroceded y mirad bien a todos los lados, hasta encontrarlo.
Por fortuna el error no fue importante, tenía fácil solución, aunque si que hicimos un desgaste físico importante. Esta es la razón por la que he decidido subir un nuevo track, con dicho error ya corregido, para que no haya confusiones.
Ahora, descendemos en suave pendiente por una ancha pista natural entre el hayedo.
Superamos una puerta metálica, y finalmente salimos a cielo abierto, hasta llegar en pocos minutos a una carretera. Nos encontramos en el Puerto de Azazeta. Para llegar al pueblo del mismo nombre, giramos a la izquierda, andamos brevemente por la carretera, y seguido, la abandonamos girando a la derecha.
Pico después, nos desviamos a la izquierda, andamos por un camino herboso, hacemos un atajo por la izquierda, y en última instancia, avanzamos por una pista asfaltada aparentemente abandonada.
Aquí me encontré con un segundo "bicho". Parecía una culebra, pero no sé apreciaban las escamas, parecía liso, y era diminuto, del tamaño de un dedo. Después de una búsqueda exhaustiva, vi que se trataba de un Lución, Sirauna o Sirún, es decir, una especie de lagarto, pero sin patas.
Dicha pista nos llevaría directamente a nuestro destino, el pueblo de Azazeta, finalizando así esta sencilla e interesante ruta.
El tiempo total dedicado al recorrido ha sido de 4h y 22min, sin haber hecho paradas por el camino, excepto para sacar fotos, y habiendo ido a un ritmo intermedio.
Comienzo en la parada de bus de la localidad alavesa de Maeztu. Lo atravieso de lado a lado, y luego continuo por una ancha y cómoda pista señalizada con marcas PR amarilla y blanca. Dicha pista pertenece a la Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro, inaugurada en el año 1887 y clausurada en 1967. La vía tenía una longitud de 143km (o 123km, según en que página miréis), y unía la localidad guipuzcoana de Bergara con el municipio navarro de Estella/Lizarra, pasando entre medias por la ciudad alavesa de Vitoria.
Más adelante, me encuentro un túnel, en el cual antes y después del mismo, figuran imágenes de iglesias de distintas poblaciones que recorría la vía. Pero lo mejor estaba por llegar. Entro en el túnel, y al instante me llama la atención 2 cosas: la abundante decoración de las paredes en forma de hojas, y varios sonidos, que invitaban a adentrarse de lleno en aquella época, tales como cantos de animales, el viento, naturaleza... con los del paso del ferrocarril y el ambiente que lo rodeaba.
Pero es que, a medida que avanzo, en los laterales de la pared del túnel había numerosos murales, haciendo el mismo homenaje que el sonido. Todo está relacionado con el ferrocarril, la gente que lo transportaba, el trabajo que hicieron para crear dicha vía, y la fauna y naturaleza del entorno por los que circulaba el tren, una auténtica preciosidad!!
Salgo del túnel, y sigo por la cómoda pista, pasando al lado de un antiguo edificio que antes era una estación de tren.
Supero un par de puentes, y después, me desvío del camino, justo al finalizar la pista, para visitar la ermita de Santo Toribio.
A continuación, avanzo por una nueva pista, mucho más ancha que el anterior, que conduce hacia una de las canteras que hay por la zona. Aquí me encontré con un interesante "bicho", una víbora Aspid!!. Era muy pequeña, del tamaño de una mano (en las fotos da la impresión de que es mucho mas grande), aunque pueden crecer hasta los 70-80cm, y son venenosas. No obstante, con ese tamaño, la amenaza era nula. Una preciosidad de reptil, siendo una de las 4 especies de culebras o serpientes que hay en la provincia de Álava, y he dado justo con la única venenosa.
Asciendo lenta y cómodamente por la pista, y luego hago un triple giro derecha-izquierda-derecha.
Sigo cuesta arriba, con la pendiente siendo aún muy suave y llevadera. A ratos la calidad del terreno empeora un poco, siendo muy pedregosa, pero rápidamente vuelve a ser mayormente liso.
Al entrar en un bosque y hacer un giro a la derecha, es cuando el ascenso empieza a ser exigente de verdad, pero sin tener ninguna dificultad.
A medida que gano altitud, los árboles del entorno va cambiando, llegando a ir al final a por un bonito hayedo.
En el camino me encuentro con varios puestos de caza de palomas, cuidado aquí durante la época de caza.
Por el lado derecho, a ratos, se deja ver trazas de panorámica entre la arboleda, correspondiente a la enorme Llanada Alavesa, y a las sierras de Elgea, Aizkorri, Altzania y Entzia.
Finalmente, finalizo el ascenso, llegando así a la primera de las 3 cimas de hoy, el monte Indiagana (1093m). No hay vistas desde aquí, ya que la cumbre está rodeado de árboles. Al menos, si que hay un bonito buzón indicando la cima.
Prosigo la marcha, yendo recto, tras pasar un portillo de madera. Ahora el sendero se estrecha considerablemente, y sigue adentrándose entre la arboleda. Andar por aquí con niebla podría ser un problema, no obstante, en el suelo hay un montón de hitos de piedra marcando el camino.
Más adelante, he de hacer un nuevo giro a la derecha, muy cerrado. El problema es que a simple vista no se llega a ver donde hay que realizar dicho giro. Esto le pasó factura por un instante a una pareja que andaba por la zona. Afortunadamente, entre el track y un hito de piedras, dimos con la solución.
Los 3 íbamos al mismo lugar, hacia las 2 siguientes cimas, el Elabe y el Itxogana, y con destino al pueblo de Azazeta, así que fuimos juntos lo que restaba de ruta.
No me separé del móvil hasta llegar al Itxogana, ya que desde el mencionado giro cerrado hasta dicha cima, hay momentos en el que el camino no es fácil de seguir. Se intuye, pero si uno se despista, se puede dejar atrás con mucha facilidad, sobre todo en los distintos hayedos de la zona.
Tras hacer un par de giros y adentrarnos de lleno en uno de esos hayedos, llegamos a un punto elevado, que se trata de la cima del monte Elabe (1068m). Aquí tampoco hay vistas, ni buzón, así que cagando leches, continuamos la marcha.
Salimos del hayedo, seguimos la traza del sendero, y en pocos minutos, llegamos a la tercera y última cumbre del día, el Itxogana (1063m). Sin duda alguna, se trata de la cima más interesante, por la presencia de un buzón y vértice geodésico, pero sobre todo, por las vistas, que sin llegar a ser demasiado amplias y espectaculares, si que hacen que merezca la pena venir hasta aquí. Aparte de lo ya mencionado antes del Indiagana, añadir los Montes de Vitoria, Anboto, Gorbea, el embalse de Ullibarri Gamboa, la ciudad de Vitoria, pueblos como Alegria-Dulantzi entre otros muchos, y por el Sur, la inconfundible sierra de Toloño.
Tras las fotos de rigor, avanzamos brevemente hacia el Sur, para luego girar de nuevo hacia el Norte. Descendemos en fuerte pendiente por un cómodo sendero natural, que se interna en otro hayedo más, hasta salir pronto de él, justo al llegar a una campa herbosa, donde hay un área recreativa con varias barbacoas, y una ermita de grandes dimensiones, la de San Vitor, considerado como el protector de sembrados y sanador de las enfermedades nerviosas y dolores de cabeza.
Yo dolores de cabeza no tenía, pero idas de olla, si. Aquí cometí un error de novato. Me dejé llevar por la pasión y descendimos por un visible sendero marcado con numerosos puntos rojos en los árboles. Era tan evidente el sendero, se internaba por un hayedo tan bonito, e iba casi a la par del camino que tenía indicado en el track para bajar, que me dije, "esto seguro que va por buen lugar, acabaré conectando con el sendero del track". Pero no fue así.
Bajamos y bajamos, además en fuerte pendiente, y poco a poco nos íbamos alejando del camino correcto, hasta que llegó un punto en el que el sendero giraba y se alejaba aún más. Aquí nos detuvimos, analizamos la situación y decidimos que había que dar media vuelta y volver a la ermita de San Vitor.
El camino correcto lo teníamos en la misma campa herbosa de la barbacoa, bien claro, ancho y visible. Fallo de novato por confiarme, a menudo hay segundos caminos que conectan con el principal, mucho más bonitos y salvajes que el principal, pero a veces, como en este caso, llevan a otro lugar completamente diferente. En caso de duda, mirad bien el mapa, no os alejéis en exceso del camino que tengáis marcado, retroceded y mirad bien a todos los lados, hasta encontrarlo.
Por fortuna el error no fue importante, tenía fácil solución, aunque si que hicimos un desgaste físico importante. Esta es la razón por la que he decidido subir un nuevo track, con dicho error ya corregido, para que no haya confusiones.
Ahora, descendemos en suave pendiente por una ancha pista natural entre el hayedo.
Superamos una puerta metálica, y finalmente salimos a cielo abierto, hasta llegar en pocos minutos a una carretera. Nos encontramos en el Puerto de Azazeta. Para llegar al pueblo del mismo nombre, giramos a la izquierda, andamos brevemente por la carretera, y seguido, la abandonamos girando a la derecha.
Pico después, nos desviamos a la izquierda, andamos por un camino herboso, hacemos un atajo por la izquierda, y en última instancia, avanzamos por una pista asfaltada aparentemente abandonada.
Aquí me encontré con un segundo "bicho". Parecía una culebra, pero no sé apreciaban las escamas, parecía liso, y era diminuto, del tamaño de un dedo. Después de una búsqueda exhaustiva, vi que se trataba de un Lución, Sirauna o Sirún, es decir, una especie de lagarto, pero sin patas.
Dicha pista nos llevaría directamente a nuestro destino, el pueblo de Azazeta, finalizando así esta sencilla e interesante ruta.
El tiempo total dedicado al recorrido ha sido de 4h y 22min, sin haber hecho paradas por el camino, excepto para sacar fotos, y habiendo ido a un ritmo intermedio.
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