Máguez - Arrieta (del Risco a la Playa) 28102023

De nuevo desde la parada de guaguas junto a la Iglesia y por la calle Luis Morote, hasta alcanzar la calle San Pedro para luego irme a la calle Tahoyo. Avanzas dejando las roferas de Máguez a tu derecha y hasta el desvío a la derecha en dirección a El Valle por la pista (calle Casa de Atrás). La pista se adentra en El Valle y continua dando acceso a las fincas del lugar, para terminar ya en la zona de las rinconadas de Taoyo, Los Risquetes. En los mapas de Google aparece el topónimo con h (Tahoyo) pero en el diccionario de Don Agustín Pallares viene citado sin la h, el señor Pallares manda!
Se trata de un paseo gratificante muchas palmeras y los veroles que ofrecen al viento sus esporas (vilanos) para que las disperse por los alrededores.
El camino termina en la última vivienda y resulta paradójico ver como el dueño de la misma se ha apropiado del lugar y “te prohibe” el paso amenazándote con perros peligrosos y cámaras que te graban.
Hay una cadenita con todas esas advertencias y después de obviarla (tengo que seguir) se continua al frente alzandote por un murito de contención para no interferir en la tranquilidad del “señor de la casa”. La vereda sigue (se acabo la pista de tierra pero hay sendero) hasta alcanzar el Risco.
Con todo ello llego al naciente del valle y toca deleitarse con las miradas. El día está luminoso aunque no hace calor, un rato de asueto contemplando el Risco, la playa de Famara y las montañas de Soo; un poco de hidratación y empiezo el ascenso.
Hay que continuar y para ello me voy a mi izquierda y cojo la vereda que me subirá hasta La Campanilla (La Mesa en algunos mapas). Se trata de una vereda que desde el suelo impresiona un poco pero que a medida que vas avanzando por ella se va abriendo con un transito fácil, el verde de la ladera y las miradas al Valle y a Máguez te acompañan hasta que empieza a aparecer las primeras viviendas de Haria y con ellas Los Castillos que dan nombre al siguiente valle.
Ya estoy en el vértice de La Campanilla (La Mesa) es casi obligado parar un poco para maravillarse con las vistas: se puede observar desde lo alto a Máguez y Haria, las laderas de los lomos de Matos Verdes y sus castillos, Aganá y su ladera que da al valle del Rincón e impresiona mirar a la “cortada” que forma la cabeza del valle de Los Castillos y sus vistas del Jable y de Tiagua, Tao y San Bartolomé.
Cubierta la curiosidad empiezo a descender hacia el castillo (preeminencia rocosa que parece separar el lomo en dos), los acotamientos rocosos (cercados) indican que en su tiempo esta zona tuvo uso agrícola pero ahora está todo abandonado. Avanzo por la estela de lo que parece una vereda, aunque no está muy clara, hasta alcanzar el picacho rocoso, por el camino resalta las fincas cuidadas del Valle del Rincón. En el castillo y por entre las rocas se ven pisadas recientes (estamos en época de caza) y me voy por ellas descendiendo hasta una zona intermedia porque después las rocas continuan, avanzo sorteándolas hasta alcanzar otro tramo de rocas mas elevadas (castillo) y de nuevo buscar la manera de sortearlo.
Se acaban las rocas y el descenso se convierte en un paseo hasta alcanzar la pista que viene del Valle de Maguez (Calle Casa Atrás) y por ella llegar hasta Haria.
Por la calle Cruz de Ferrer anduve hasta poder enlazar con la Calle Molino que me va a ayudar a ascender La Atalaya. Empiezo el ascenso por la calle asfaltada y que cuando terminan las viviendas pasa a ser pista de tierra que continua hasta el mismo cráter del volcán. Aquí hay una pequeña granja que vas dejando atrás mientras atraviesas todo el cráter y, por la pista, alcanzas el depósito regulador de aguas que está al otro lado, donde busco camino para descender hasta el barranco de Ternesía.
Hay una vereda que recorre la ladera de la montaña hasta alcanzar la carretera (Calle Vista de la Vega), la cruzas y continuas bajando hasta alcanzar la carretera que viene de Máguez (LZ-206) pasas al otro lado y por sus alrededores localizo la manera de enlazar con otra pista que me va a conectar con la que viene de Punta Mujeres.
Toca acercarse al depósito de aguas de Trujillo Alto para descender por ahí.
Localizo la vereda y me voy por ella, en esta ocasión quería descender en línea recta por la ladera en vez de recurrir a la que desciende por el barranco y a ese propósito me dediqué los siguientes minutos. La única precaución es procurar afianzar la pisada para evitar los resbalones y con la paciencia debida logré alcanzar la zona de Los Rincones y continuar después en busca de la pista que marcha por el cauce del barranco La Negra.
Por esta pista logre acceder a la zona de La Salida y al aparcamiento del Colegio de Arrieta donde di por terminada la ruta.