Máguez - Arrieta (La Mesa - Matos Verdes - Malpaso -Temisa) 27102022

Desde las inmediaciones de la iglesia de Máguez y por la calle Alpidio Curbelo me fui en dirección al Valle de Máguez a través de la calle Tahoyo. Pasada la zona de las Roferas, en la ladera del Pico de Gallo, se accede directamente al Valle continuando por el camino de la derecha y dejando la calle de Tahoyo. El camino es una pista habilitada para acceder a las fincas por lo que la andadura es cómoda y gratificante con las vistas que muestra el Valle.
La idea de volver por aquí surge después de contemplar el verde de los últimos pateos y se trataba de ver las huellas del paso de Hermine en el Valle ya que cuando estuve por Filomena (El Valle de Máguez-paseo botanico-23022021) el paseo fue memorable.
El valle está muy verde, precioso, pero todavía conservo el recuerdo y las fotos de entonces y claro, la impresión no fue la misma; supongo que tendrá mucho que ver la época, aquello fue en febrero y ahora es octubre.
El Valle comienza tras el cruce de caminos que conecta Haria (Calle Casa Atrás) con Máguez (Calle Tahoyo) y tiene una corta profundidad, apenas 1.300 metros. La pista continua hasta la última finca con vivienda (un cartelito avisa de que hay perro y que no se debe seguir) y continua (sin problemas) por una vereda hasta llegar al Risco de Famara. Por el camino se observan las dos ladera del valle cubiertas de verde y en la izquierda (ladera sur) ademas proliferan las palmeras, un paseo agradable (a pesar de los cazadores). Hay infinidad de veroles que están terminando la floración y dispersando las semillas plumosas, muchos cerrajones empezando a salir (no tienen todavía flores) y abundan las jarillas (Helianthemum bramwelliorum) que si están en flor coloreando de verde amarillento el entorno. Se ven algunas lenguas de vaca (Echium lancerottense), muchos tajasnoyos (Ferula Lancerotensis) empezando a brotar, tojias amarilla (Asteriscus intermedius) sin flores, algúnos treintanudos (Fagonia cretica) y demás pero no el espectacular despliegue de colores que se vio en aquel febrero.
Se llega al final (cabecera del Valle - Mirador de Máguez) y, a pesar de las veces que lo he visto, sigue impresionando las vistas del acantilado de Famara. A La derecha El archipiélago Chinijo, con la velas recogidas de los barcos fondeados en la bahía del Salao, y a la izquierda Caleta de Famara, hoy en calma y luciendo bañadores (supongo) y si te acercas un poco igual hasta te mareas al contemplar el acantilado. Dicen que por ahí abajo pasa una vereda, Dios!!!
Toca ascender, miro a mi izquierda y veo el corte en el macizo y entran cosquillitas pero hay que subir. Cojo mis bastones, ajusto la gorra y me voy en ascenso. Un rato de andadura y aparece un cruce, yo me voy a la izquierda a bordear la Mesa; la otra sigue al frente ascendiendo hasta arriba del todo pero como he venido a ver verde…
Desde la vereda se observa el valle que voy dejando a mi izquierda y al fondo Máguez, todo muy verde, bonito de verdad. Llego a La Mesa y da para un rato de contemplación: Izquierda, derecha y al frente y el verde se repite a satisfacción.
Dejo las contemplaciones y me voy a la derecha, consciente de que viene la parte mas complicada de la ruta. Toca descender hacia el naciente del Valle de los Castillos, un tramo rocoso y con mucha piedrita suelta sobre esas rocas en las que se asientan y por tanto con muchas opciones a resbalones. Lo hice con cuidado buscando alternativas antes de dar un paso y un rato después, me vi en la cabecera del Valle de Los Castillos.
De nuevo las vistas del acantilado de Famara dominan las impresiones, consciente de que lo peor había pasado me toco relajarme, aprovisionarme de nutrientes y prepararme para el siguiente ascenso. El valle de Los Castillos no desmerece del de Máguez, está igual de verde bonito; ademas cuenta con los castillos, esas peñas que sobresalen en el lomo de la derecha (Los Castillos) y que le da una impronta mas singular si cabe.
Ahora toca subir a Matos Verdes y bajar al Valle del Rincón, trayecto mas suave y sin casi dificultades. Se sube por la ladera contemplando las palmeras del valle, con Máguez al fondo, y se llega al Lomo de Los Castillos. Impresiona ese cono montañoso sobre el mismo lomo y a su derecha Haria a la sombra de Faja, muy bonito. Bajar al Valle del Rincón es casi un paseo, hay una vereda que se alcanza tras descender por varias terrazas y toca seguir sin prisas el trazado de la misma. Te deja en el mirador de El Rincón y de nuevo a contemplar Las Caletas, ya la Graciosa no se divisa.
Rearmado de determinación toca seguir los planes y eso pasaba por continuar por la pista de tierra que termina en el Barranco de Elvira Sánchez, aunque me voy a desviar antes de llegar al barranco.
Seguí por la pista (Calle Rincón de Aganada), lo que me permitió observar una panorámica magnifica de Haria y su palmeral, hasta la curva a la derecha donde cogí el desvío que baja al Valle de Malpaso. Atravesé el valle hasta alcanzar la calle Elvira Sánchez (pista de tierra) para desde ella alcanzar la carretera LZ-10 a la altura de la entrada hacia Tabyesco (LZ-207).
Llegue a la degollada de El Cuchillo y descendí hasta el Valle de Temisa, por la vereda habilitada en la ladera del barranco. Ya casi había terminado la jornada, me acompañe de los chicos de La M.O.D.A. (maravillosa Orquesta del Alcohol, recomendable grupo de Burgos) y con toda la tranquilidad del mundo me fui canturreando hasta llegar a la Playa de La Garita