Máguez - La Majadita - Las Hoyas 03082021

En las anteriores vistas a Las hoyas siempre repetía la entrada a la zona, frecuentemente lo hacia por Las Peñas de Tao, mas de una vez por la Peña del Artisco en las proximidades de Lomo Blanco en la carretera de Orzola y una vez lo hice por el camino del Raso próximo a la Peña Redonda. Me faltaba aproximarme por la zona de La Majadita y a ese menester me dedique hoy.
Salí de Máguez en dirección al Cercado de Los Llanos, al inicio del camino y al pie de la montaña de Los Llanos me desvié a la derecha por el camino que circunda a la montaña para luego desviarme por el cercado en dirección a los Valichuelos que bajan desde la falda de La Corona. Son dos y el camino pasa por enfrente de los desagües de los mismos en el Cercado, era la primera vez que me acercaba por la zona y el paso sirvió para curiosearla.
Desde aquí y siguiendo por la carretera asfaltada que viene de Máguez alcance la carretera LZ-201 que une Arrieta con Ye, anduve por ella cruzando el Valichuelo de Adelante (el de las roferas) y antes de coger la curva que asciende hacia Los Molinos me desvíe por un camino de tierra en dirección a La Majadita. El camino progresa entre fincas, básicamente de parras, y llega a termino al borde de una de las fincas del lugar que esta en desuso.
Tenía que subir la loma de La Majadita en dirección a Los Jameos de Arriba y me entretuve un rato buscando sendero. Como siempre este existe y por él me fui, aunque después de un rato comprobé el poco uso del mismo. Tabaibas secas camuflaban el itinerario y tuve que echar mano de la intuición para no salirme mucho de él.
Se alcanza un jameo (de Francisco León, figura como nombre el los mapas del IDE) completamente relleno de piedras y por el deduje que continuaba el sendero y para arriba me fuí.
Alcance la parte alta de La Majadita de Don Eusebio y por el camino, ahora sí bien claro, me adentré hacia El Picacho Pende (de nuevo copiado del IDE). Este camino termina al pie de una peña (no encuentro el nombre por ningún lado, seguro que lo tiene) y de una antigua finca que cuenta con aljibe y cuarto de apero. Más arriba se observa otras viviendas que sí parecen en uso pero desde aquí el acceso a las mismas se complica un poco.
La idea inicial era encontrar camino hacia la Peña de Las Siete Lenguas desde esta zona atravesando la Hoya Honda (IDE) y a ese menester me dispuse.
En la zona hay varias peñas y el referente era la Peña de Las Siete Lenguas, así que una vez localizado lo que me pareció el sendero más fiable me adentre por él.
Al principio se sigue fácil pero después cambia todo y una vez adentrado en la Hoya todo se complica, muchas piedras y vegetales resecos que cubrían los posibles caminos, así que me adentre como pude sorteando los obstáculos y ya casi con la Peña de Las Siete Lenguas en las narices apareció de nuevo el sendero.
Una vez ubicado en las proximidades de la peña el terreno se volvía mas llevadero por las varias veces que lo he transitado y hacia la peña que tenia a mi izquierda y frente a la de las siete lenguas guié mis pasos. La relajación asoma junto con la visión de la vivienda de la zona y ya todo se vuelve euforia, lo había logrado!
Un rato después y ya en las inmediaciones de la vivienda tocaba afrontar el último trecho, el que me llevaría a la carretera LZ-204.
El plan era buscar de nuevo camino por la hoya que esta frente a la vivienda y desde ella alcanzar el camino que se adentra en la zona desde la carretera.
Al principio el avance fue tranquilo, rodeado de higueras y parras abandonadas a su suerte, pero de pronto apareció un muro de piedras que me hizo avanzar y retroceder en busca de hueco por el que pasar. No hubo suerte y tuve que “escalar” el muro para pasar al otro lado. De nuevo el camino se volvió pausado entre los abrigos de los frutales y pude avanzar hasta alcanzar la zona de bajada del cerro desde donde he terminado en otras ocasiones. Localizado el sendero/camino ya no había perdida, así que cambié la música y me fui con los chicos de Metálica hasta la carretera LZ-204. Objetivo cumplido. Esta claro que tendré que volver, menuda cruz la mía!