Malgartzagane desde Butrón y vuelta por Andraka

Hoy se trata de ascender a la discreta cima del Malgartzagane desde Butrón para volver dando un rodeo por Andraka, en una ruta circular corta que no llega a los diez kilómetros y en la que apenas se ascienden 263 metros de desnivel, y que yendo tranquilos se puede realizar en algo más de dos horas. Una buena opción para completar cualquier mañana que se nos ocurra visitar el espectacular Castillo de Butrón, que aunque no se puede visitar por dentro al menos lo podemos rodear y admirarlo por fuera.

Aparcamos el coche en cualquiera de los numerosos aparcamientos existentes en la especie de parque situado ante el puentecito sobre el río Butrón que da acceso al Castillo. Tras poner wikiloc en marcha para grabar la ruta me encamino unos metros río abajo hasta un cruce señalizado bajo el profuso arbolado, también con un pequeño puente, donde giro hacia la izquierda yendo por la carretera.

A unos cientos de metros hay que fijarse bien, ya que parte a la derecha un camino de tierra con un pequeño cartel en un árbol que dice: "Camino particular. Prohibido el paso". Por supuesto hago caso del cartel, pero omiso, y sin dudarlo cojo el amplio camino, que al principio es bastante pedregoso y asciende entre el arbolado, mezcla de pinos y eucaliptos. Tras unos doscientos metros de subida llego a una bifurcación junto a una verja de entrada de alguna finca y un camino al lado que sigue de frente. Hay que obviarlo y seguir hacia arriba por el camino trazando una curva a la izquierda. El camino se va estrechando poco a poco hasta convertirse en una senda muy clara y pisada que asciende entre la vegetación. Tras un rato de ascensión se ve a la derecha y abajo, entre el arbolado, la imagen majestuosa del Castillo de Butrón.

La senda sigue hacia arriba, aunque se aplana en algunos tramos siempre bajo una feroz vegetación que a veces invade con sus ramas el camino. Hay que seguir subiendo durante un buen rato hasta que la senda sale del bosque y traza una curva a la izquierda siguiendo su ascensión entre árgomas y brezos. Ahora el camino se va allanando y un poco más adelante ya se ve a lo lejos la antena situada muy cerca del buzón del Malgartzagane.

En toda la ladera de la derecha del camino veo con sorpresa una enorme cantidad de eucaliptos muy jóvenes. Y me llama la atención porque tenía entendido que desde finales de Abril del año pasado y hasta el 31 de Diciembre de 2025 existe una moratoria en Bizkaia para nuevas plantaciones de esta especie. Una de dos, o estos ejemplares han sido plantados antes de la moratoria o habían solicitado y registrado oficialmente la plantación previa al comienzo de la misma y plantadas después. En todo caso, personalmente me parece un desatino. Curiosamente en Australia, origen de la especie, prácticamente ya no se plantan eucaliptos, y puedo asegurar que por toda esta zona y hasta llegar a Andraka son abusivamente dominantes, y los hay por todos los terrenos que la vista alcanza.

Al poco llego a la cumbre del Malgartzagane (232 m), situada a unos pocos metros a la derecha el camino. Hay un poste geodésico y en su mojón de soporte un pequeño buzón en forma de casita con tejado rojo. Hace bastante calor, a pesar de ser mitigado por la reconfortante brisa, pero la humedad es altísima con gran sensación de bochorno. Bebo abundantemente, saco un par de fotos a pesar de la bruma y prosigo mi camino.

Tras unos pocos metros llego a un cruce triple, con la caseta de la antena y un camino situados a la izquierda. Si se sigue por ahí enseguida se accedería a un gran depósito de agua que imagino es para el riego de unos invernaderos situados más abajo. En el cruce tampoco hay que seguir de frente sino girar a la derecha para bajar por un camino ancho de tierra hasta otro nuevo cruce unos centenares de metros más abajo, siguiendo por él también de frente. El camino de tierra que sigo ahora es uno más de los muchos abiertos por los forestalistas eucalipteros para plantar y sacar apeas, pero no tiene desvíos ni cruces que nos hagan dudar, hasta...

...Hasta llegar enseguida a otro cruce en el que cojo a la izquierda siguiendo por una pista con piedrilla y apta para vehículos. Tras otro tramo de andar por ella con tendencia hacia arriba llego a otro cruce en el que hay que desviarse a la izquierda, para descender suavemente al barrio de Andraka (perteneciente al municipio de Lemoiz) que ya se ve a lo lejos.

En poco rato entro en el citado barrio, accediendo a él por una calle asfaltada con aceras e iluminación y con chalets a la derecha, hasta llegar enseguida a un desvío señalizado a la izquierda por donde hay que girar. Se entra ahora en un tramo de la GR 280 (Vuelta de Uribe) que se dirige hacia los caseríos de Atxutegi. Al principio hay que seguir por una carretera entre pastos que poco después discurre sombría bajo el arbolado de un precioso bosque autóctono, hasta llegar a un desvío a la derecha poco antes de una valla que cierra la carretera. Este desvío esta señalizado con un cartel de madera medio tapado por la vegetación que pone: "Butroigo Gaztelua, 4 Km". Hay que ir por él.

El camino, ahora de tierra y pedregoso en tramos, desemboca tras un buen trecho y en franco descenso en un cruce señalizado con el camino que procede de Gandia y bordea la ría de Plentzia. Bajo la sombra cerrada de los cipreses de Lawson en el cruce hay que girar a la izquierda para en unos metros acceder a una pista cementada y con gravilla que da servicio a un chalet. Hay que seguir por esta amplia pista hacia la izquierda, y tras andar otro tramo por ella dejando a la derecha los terrenos de una casa rural, se llega a la carretera de Butrón, por la que tras andar bajo el arbolado durante un par de kilómetros se llega al punto de partida.

En este último tramo de carretera se pasa al lado de la presa de Arbina (hay señales con un pequeño acceso de madera hacia la ría para poder verla). Esta presa es donde el río Butrón deja de ser río para convertirse en ría, la Ría de Plentzia. En este bonito paseo por la carretera de Butrón, primero al lado de la ría y luego a la vera del río, se ven en algunos tramos las verdosas aguas acariciadas con las ramas de los árboles de la ribera por las que a veces suelen remar algunas piraguas.

Estoy llegando ya al final de la ruta y paso por el cruce del camino por el que me he desviado al comienzo de la misma, el del cartel de "prohibido el paso", cerrando así el círculo para llegar en un par de centenares de metros al puentecito que da acceso a la zona del parque frente el Castillo donde tengo aparcado el coche. Hace un par de horas había menos movimiento, pero ahora hay turistas atraídos por la espectacularidad del Castillo y numerosos niños con sus piraguas y algarabía en los columpios de la zona. Fin de la ruta.