Malpais de La Corona: Las Hoyas - El Raso - Peña Siete Lenguas 28022024
near Ye, Canarias (España)
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Trail photos
Itinerary description
Partimos desde el pequeño aparcamiento que hay a la entrada de Las Hoyas, viniendo desde la curva cerrada que hay al pie de Lomo Blanco y en la zona de El Bailadero.
Fuimos siguiendo la estela del muro que delimita y separa Las Hoyas del resto del Malpais hasta alcanzar la Peña de Las Lagartijas, rodeamos el pedrusco, de cara al Bailadero, para continuar ruta por el “pasillo” entre murallas que sirve de camino para avanzar en dirección a la Peña de Las Siete Lenguas.
Levantar la mirada de vez en cuando, hay que mirar el suelo por donde marchamos porque no es regular, nos permite admirar el ingente trabajo que supuso el intento de sacar rédito a esta zona del malpais. Supongo que al ver el palmeral que hay en la zona sobreentendieron que en el subsuelo debería de haber agua y se lanzaron a repoblar el lugar de arboles frutales que pudieran aprovechar esa agua y sacar con ello un poco de sustento para la precaria economía de la época. Levantaron el muro para que las cabras que deambulaban en el malpais no les restaran de su aprovechamiento y llenaron el recinto de corralitos para salvaguárdarlos del viento, el resultado es un paisaje que impresiona por su belleza, aún hoy, a pesar de los derrumbes y abandonos.
Avanzamos siguiendo la estela de la vereda, el muro de la izquierda desaparece y nos encontramos, en su lugar, una zona muy rocosa con pequeños barranquillos que descienden por la ladera hasta acabar en la zona de El Raso, la zona de las cabras.
Alcanzamos el punto del “estreno”, la referencia es la Peña Lisa (por el lado que no se ve desde aquí es casi una pared vertical) que se encuentra en el interior del recinto de Las Hoyas, desde este lado se percibe que la línea de piedras del muro está ocupada por unas rocas enormes que deben de formar parte del conjunto de la Peña Lisa.
Blas se adentra en la ladera y yo me voy tras él, al principio no veo vereda pero unos pasos después ya se percibe el tono mas oscuro de las piedras que pisamos lo que me confirma que estamos en la senda buscada.
Vamos descendiendo por una zona llena de semiesferas tabaibales que embellecen nuestro paso, algunos espinos de mar (Lycium intricatum) muy grandes entorpecen el avance (benditos pantalones largos) pero con paciencia y cuidado llegamos a la horizontal. La vereda continua y llegamos a un cruce que ya conocía, el que contacta con la hoya bajo la Siete Lenguas, seguimos en dirección al Raso Pende, por la vereda que continua hacia las Casas de Arriba (Las Tabaibitas).
Por el camino nos acercamos a un antiguo corral de cabras levantado en una hoya, casi no se percibe porque los muros están casi todos derruidos pero las huellas permanecen.
Llegamos a una amplia explanada, tabaibas y rocas, y nos entretuvimos buscando un desvío en la vereda que nos permitiera circundar por la zona y regresar al aparcamiento donde dejamos el coche.
Localizada la vereda nos fuimos por ella, al frente una roca inmensa, mas ancha que alta, nos reclama a su vera. Logramos alcanzarla y la vereda marcha rodeándola por la izquierda (sentido de marcha). Alcanzamos una elevación rocosa y la vereda se nos fue por otros derroteros, un rato de desconcierto mirando por los alrededores y la intuición de Blas volvió a funcionar, localizamos la vereda (u otra) y por ella continuamos. Alcanzamos una zona mas elevada que sirvió para orientarnos, desde la misma se veían las lomadas de la Hoya de La Cueva del Guanche, lo que sirvió para asentarnos en el lugar y continuar ruta. Por el camino tropezamos con varios cruces de vereda que marchaban a la costa pero nosotros teníamos como objetivo acercarnos a la Peña de Las Siete Lenguas y elegimos vereda.
Fuimos rodeando una zona mas elevada que iba quedando a nuestra derecha, pasamos por una zona con una alineación de mojones altos que nos hizo pensar que debía de ser un acotamiento de zonas de uso para recoger tabaibas. Seguimos bordeando la elevación de nuestra derecha y llegamos a una Tegala y nos resulto curioso localizarlo en medio de este mar de lavas.
Seguimos avanzando, los referentes están al frente: La Peña de las Siete Lenguas y el Señor de La Corona, llegamos a una hoya y de nuevo un cruce de veredas señalizado por un apilamiento de rocas nos hace detener.
Seguimos a la izquierda para avanzar por la hoya y ascender un poco después, al frente tenemos inequívocamente la Peña de Las Siete Lenguas que luce detrás de otro peñasco que parece un dedo haciéndonos la peineta, para allá que nos fuimos.
Pasamos por una hoya en la que luce majestuosa una enorme roca ancha, pasamos por enfrente de ella para ascender por una ladera y alcanzar una especie de lomo donde ya vimos señales conocidas. Desde esta altura el dedo no parece tan desafíente e incluso nos sirvió de apeadero para reponer nutrientes e hidratación.
Repuestos de electrolitos y energizantes seguimos por la vereda hasta el encuentro con la que baja a la hoya bajo la Peña de Las Siete Lenguas, unos pasos a la izquerda (hacia la zona de La Redonda) y de nuevo un cruce nos hace dejar la vereda que traíamos para continuar por otra que nos llevará a la señora de las peñas del lugar.
Avanzamos por la vereda, en algunos tramos por intuición mas que por otra cosa, hasta el pie de la Peña, los cuervos nos saludaron con algarabía, no quisimos interrumpirles y avanzamos volteando la Peña hacia el otro lado. Aquí la vereda es bastante irregular ya que marcha sobre rocas y no hay indicativos, pero la idea es rodear la inmensa roca y plantarnos en su trasera y eso ayuda a vanzar.
Ahora hay que atravesar las fincas abandonadas que cubren todo el lugar, muchos corrales que daban cobijos a frutales que hoy son árboles resecos. Poco a poco avanzamos hacia el otro lado de esta meseta para descender a la hoya que desciende desde La Peña del Quintal, recorrerla unos metros para luego salir por ella hasta la pista del tierra que da acceso al lugar.
Unos metros mas adelante y justo enfrente de otra de las hoyas (la mas central) nos salimos de la pista para avanzar por nuestra derecha y avanzar entre rocas en ascenso y descenso continuo hasta alcanzar el lomo central que separa las hoyas de abajo. Nos subimos al lomo hasta alcanzar la Peña de Las Tres Hermanas, contemplamos las tres palmeras que lucen muy sedientas de agua y seguimos. Un rato sobre el lomo para llegar a su extremo y descender hasta el salón de recepción de Las Hoyas, una amplia superficie mas horizontal que el resto de lo que vamos dejando atrás, y que nos va dirigiendo a su entrada donde habíamos dejado el coche.
Waypoints
Las Hoyas
Partimos desde el pequeño aparcamiento que hay a la entrada de Las Hoyas, viniendo desde la curva cerrada que hay al pie de Lomo Blanco y en la zona de El Bailadero. Cogimos a la izquierda siguiendo la vereda que marcha pegada al muro.
Las Hoyas
Fuimos siguiendo la estela del muro que delimita y separa Las Hoyas del resto del Malpais hasta alcanzar la Peña de Las Lagartijas.
Las Hoyas
Rodeamos el pedrusco, de cara al Bailadero, para continuar ruta por el “pasillo” entre murallas que sirve de camino para avanzar en dirección a la Peña de Las Siete Lenguas. Avanzamos siguiendo la estela de la vereda, el muro de la izquierda desaparece y nos encontramos, en su lugar, una zona muy rocosa con pequeños barranquillos que descienden por la ladera hasta acabar en la zona de El Raso, la zona de las cabras.
Las Hoyas
Buscando la zona de desvío hacía la ladera que tenemos a nuestra izquierda.
El Raso
Alcanzamos el punto del “estreno”, la referencia es la Peña Lisa (por el lado que no se ve desde aquí es casi una pared vertical) que se encuentra en el interior del recinto de Las Hoyas, desde este lado se percibe que la línea de piedras del muro está ocupada por unas rocas enormes que deben de formar parte del conjunto de la Peña Lisa. Blas se adentra en la ladera y yo me voy tras él, al principio no veo vereda pero unos pasos después ya se percibe el tono mas oscuro de las piedras que pisamos lo que me confirma que estamos en la senda buscada.
El Raso
Vamos descendiendo por una zona llena de semiesferas tabaibales que embellecen nuestro paso, algunos espinos de mar (Lycium intricatum) muy grandes entorpecen el avance (benditos pantalones largos)
El Raso
La vereda continua y llegamos a un cruce que ya conocía, el que contacta con la hoya bajo la Siete Lenguas.
El Raso
Y llegamos al otro cruce, al que viene hacia donde hemos bajado, el que sigue hacia la costa y hacia la vereda que viene de Las Tabaibitas.
El Raso
Seguimos en dirección al Raso Pende, por la vereda que continua hacia las Casas de Arriba (Las Tabaibitas).
El Raso: Corral de cabras
Por el camino nos acercamos a un antiguo corral de cabras levantado en una hoya, casi no se percibe porque los muros están casi todos derruidos pero las huellas permanecen.
El Raso
Seguimos ruta hacia la hoya que aparece en el mapa de la aplicación como El Raso Pende
El Raso Pende
Llegamos a una amplia explanada rocosa que figura en el mapa como Raso Pende aunque en otro mapas esa toponimia se la adjudica a otro lugar no muy lejano. Nos entretuvimos buscando un desvío en la vereda que nos permitiera circundar por la zona y regresar al aparcamiento donde dejamos el coche. Localizada la vereda nos fuimos por ella, al frente una roca inmensa, mas ancha que alta, nos reclama a su vera.
El Raso Pende
Alcanzamos una elevación rocosa y la vereda se nos fue por otros derroteros, un rato de desconcierto mirando por los alrededores y la intuición de Blas volvió a funcionar, localizamos la vereda (u otra) y por ella continuamos.
El Raso Pende
Alcanzamos una zona mas elevada que sirvió para orientarnos, desde la misma se veían las lomadas de la Hoya de La Cueva del Guanche, lo que sirvió para asentarnos en el lugar y continuar ruta.
El Raso Pende
Por el camino tropezamos con varios cruces de vereda que marchaban a la costa pero nosotros teníamos como objetivo acercarnos a la Peña de Las Siete Lenguas y elegimos vereda.
El Raso Pende
Seguimos bordeando una zona mas elevada que nos va quedando a nuestra derecha.
El Raso Pende
Fuimos rodeando una zona mas elevada que iba quedando a nuestra derecha, pasamos por una zona con una alineación de mojones altos que nos hizo pensar que debía de ser un acotamiento de zonas de uso para recoger tabaibas.
El Raso Pende: Tegala
Seguimos bordeando la elevación de nuestra derecha y llegamos a una Tegala y nos resulto curioso localizarlo en medio de este mar de lavas.
El Raso
Seguimos avanzando, los referentes están al frente: La Peña de las Siete Lenguas y el Señor de La Corona, llegamos a una hoya y de nuevo un cruce de veredas señalizado por un apilamiento de rocas nos hace detener. El cruce nos ofrece la posibilidad de seguir al frente hacia la zona por donde bajamos de Las Hoyas ó a la izquierda que es el que seguimos con la idea de alcanzar la zona de Las Siete Lenguas
El Raso
Seguimos a la izquierda para avanzar por la hoya y ascender un poco después, al frente tenemos inequívocamente la Peña de Las Siete Lenguas que luce detrás de otro peñasco que parece un dedo haciéndonos la peineta, para allá que nos fuimos.
El Raso
Pasamos por una hoya en la que luce majestuosa una enorme roca ancha, pasamos por enfrente de ella para ascender por una ladera y alcanzar una especie de lomo donde ya vimos señales conocidas. Desde esta altura el dedo no parece tan desafíente e incluso nos sirvió de apeadero para reponer nutrientes e hidratación.
El Raso
Repuestos de electrolitos y energizantes seguimos por la vereda hasta el encuentro con la que baja a la hoya bajo la Peña de Las Siete Lenguas, unos pasos a la izquierda (hacia la zona de La Redonda) y de nuevo un cruce nos hace dejar la vereda que traíamos para continuar por otra que nos llevará a la señora de las peñas del lugar.
Las Hoyas: Siete Lenguas
Avanzamos por la vereda, en algunos tramos por intuición mas que por otra cosa, hasta el pie de la Peña.
Las Hoyas: La Peña de Las Siete Lenguas
Y llegamos al pie de la Peña, los cuervos nos saludaron con algarabía, no quisimos interrumpirles y avanzamos volteando la Peña hacia el otro lado
Las Hoyas: La Peña de Las Siete Lenguas
Ahora hay que atravesar las fincas abandonadas que cubren todo el lugar, muchos corrales que daban cobijos a frutales que hoy son árboles resecos. Poco a poco avanzamos hacia el otro lado de esta meseta para descender a la hoya que desciende desde La Peña del Quintal.
Las Hoyas
Descendemos a la hoya que baja desde La Peña del Quintal, recorrerla unos metros para luego salir por ella hasta la pista del tierra que da acceso al lugar.
Las Hoyas
Unos metros mas adelante y justo enfrente de otra de las hoyas (la mas central) nos salimos de la pista para continuar por nuestra derecha y avanzar entre rocas en ascenso y descenso continuo hasta alcanzar el lomo central que separa las hoyas de abajo.
Las Hoyas: Peña de Las Tres Hermanas
Nos subimos al lomo hasta alcanzar la Peña de Las Tres Hermanas, contemplamos las tres palmeras que lucen muy sedientas de agua y seguimos.
Las Hoyas
Un rato sobre el lomo para llegar a su extremo y descender hasta el salón de recepción de Las Hoyas, una amplia superficie mas horizontal que el resto de lo que vamos dejando atrás,
Comments (1)
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Ññooos , templado casi caliente para la cueva Tisná💪👏😅