Malpais de La Corona: Los Rostros - La Hoya de La Cueva del Guanche - La Caleta 24022024

De nuevo en ruta para atravesar el Malpais de La Corona partiendo en esta ocasión desde la Zona de El Bailadero, frente al extremo final de Lomo Blanco, junto y a la derecha de la carretera que baja hacia Orzola donde hace una curva muy cerrada.
Aquí hay un camino de tierra que se adentra en El Bailadero y que se bifurca en dos, pasamos por la que está mas a la izquierda para dejar el coche en las inmediaciones de la finca, un cartel que indica que está en venta nos acoge y promete cuidar de él, se lo dejamos.
Regresamos un poco por la pista hasta una vereda que nos permitió conectar con el otro camino que nos llevó hasta dos viviendas, antes de llegar a ellas cogimos un desvío a la izquierda que nos dejo en otra vereda.
Aquí iniciamos nuestro periplo por Los Rostros, meseta rocosa que casi recorre toda la zona hasta Las Tabaibitas (Las Casas de Arriba) para descender abruptamente hacia El Malpais.
Lo primero que luce es una vivienda coronada con la bandera Canaria, el lugar es verdaderamente precioso, rocas y tabaibas lo llenan casi todo, la vereda se va adentrando en Los Rostros y pasadas esta zona seguimos por la vereda ya de cara al MalPais.
Luce desde lo alto toda la extensión del Malpais de La Corona acotado por la inmensidad del Atlantico que brilla enfrente.
Toca descender, seguimos avanzando por el borde de la ladera (Acantilado!) hasta que la vereda gira en descenso y la “escalera” nos va acercando al mar de lavas del malpais.
Llegamos a un cruce de veredas y seguimos a la derecha ya en horizontal, avanzamos por la vereda que se distingue del resto del empedrado de nuestro piso por su tono mas oscuro y llegamos a terreno conocido, otro cruce de vereda señalizado por una “puñao” de chuchangas (caracol) y que me indica que por aquí ya he pasado muchas veces.
Seguimos ruta por la vereda en dirección a la Peña de las Siete Lenguas aunque, un rato después, la dejamos por otra que iba en dirección a la costa.
Avanzamos por la nueva vereda casi en línea recta hasta que alcanzamos La Hoya de La Cueva del Guanche, aquí estuvimos recientemente pero a pesar de ello nos dirigimos a la Cueva y allí nos entretuvimos un buen rato en observar los alrededores. Después de ello, seguimos ruta atravesando la Hoya para dirigirnos a la otra cueva, la que está en lo alto a modo de caseta de vigilancia.
Hechas las visitas pertinentes continuamos ruta, avanzamos por la vereda dirigiéndonos a otra hoya, casi al llegar vimos un fisura ancha y larga en la que nos entretuvimos intentando deducir de donde había salido. Entramos en la otra hoya, otra cueva que visitamos y continuamos avanzando por la hoya hasta subir por una de sus laderas para alcanzar otra de las cuevas del lugar, aquí también se percibe huellas de su uso.
Regresamos, intentamos hacerlo por otra vereda pero se nos perdió en una zona alta muy rocosa y decidimos regresar por la misma vía por la que accedimos.
Atravesamos una especie de barranco que marcha bordeando el pie de una ladera hasta llegar a la hoya previa al Jable Grande, este es terreno pisado ya varias veces. Hay varias opciones de continuación y seguimos por la que nos llevará a La Caleta del Mojón Blanco, la misma que el pasado 10 de febrero.
Al alcanzar la zona del echadero de camellos que vimos ese día cogimos otro cruce para prolongar un poco la ruta y no repetir trayecto.
Cogimos un desvío que nos acercó a la vereda “principal” de la zona, la que viene de Los Peligros, en las inmediaciones de la Peña Redonda, esta es una de las mas largas del malpais y cuenta con muchos ramales que conecta unas con otras formando verdaderas telas de araña sobre la lava.
Aparecen unas rocas enormes que parecen marcar el encuentro con la vereda, la alcanzamos y nos regresamos a la costa siguiendo su trazado. En la andadura volvemos a encontrarnos con enormes rocas y no pudimos eludir el preguntarnos como vinieron a parar aquí. La vista del mar nos anima y continuamos la senda oscura hasta que casi tocamos la carretera, la vereda marcha paralela a ella hasta que unos metros antes del aparcamiento de La Caleta nos dejó en el asfalto.
Unos metros mas por el asfalto y alcanzamos el coche que estratégicamente habíamos dejado aparcado en el lugar esta mañana. Nos fuimos a por el otro coche y la cerveza.