Mamellones con ELJARA y TRANSITIVE

¡Qué chulos son los Mamellones, pero qué trabajo me está costando finalizar sus rutas bien a la vuelta! Menos mal que esta vez iba con los fieras ELJARA y TRANSITIVE.

Ante todo, hay que decir que tomé la ruta a VICTOR FULGENCIO SERRANO (http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=10041726), muchas gracias, Víctor.

Para cualquier aficionado al senderismo en la ciudad de Murcia, Los Mamellones formarían parte de algo así como LOS DIEZ MANDAMIENTOS: Hay que hacerlos alguna vez sí o sí. Además, es una ruta relativamente sencilla, al menos para hacer Los Mamellones en sí, pero si no quieres hacer ida y vuelta por ellos, igual se te complica un pelín la cosa si quieres volver por otro sitio, como me ha pasado ya a mí en dos ocasiones. Y todo eso, a pesar de seguir tracks con el GPS. Eso es que debo ser muy ceporro, sin duda.

Bueno, como digo, junto a nuestra montañica protagonista (apenas 449 en su máxima altitud) arranca el PR MU-12, que no sé si sigue homologado, aunque cartel haylo. Se puede dejar el coche ahí, sin más, pero preferimos hacer una ruta circular más amplia con la excusa de visitar el Cabezo del moro, luego diremos por qué. Y para eso me venía de maravilla la ruta de Víctor, aunque luego también matizaré por qué no nos resultó lo perfecta que yo esperaba.

Dejamos el coche en la carretera del Garruchal, justo al inicio del camino de Los Pérez y los Gónzalez, al ladito también del camino de La Cañisola y del imponente Puntarrón. Calentamos motores, cubriendo los apenas dos kilómetros hasta Los Mamellones, e iniciamos el ascenso. Nada más empezar, la joya de la corona, las preciosas oquedades con su característica erosión en panal de abeja que ha moldeado de formas increíbles lo que hace millones de años fue tierra marina. Seguimos subiendo y ya sólo queda recorrerlos de punta a punta, con el sube y baja de sus cinco alturas; disfrutando de sus impresionantes cortados (cuidadico con ellos) y de las vistas del paisaje lunar y las sierras circundantes. Además, y en la parte más meridional, podremos disfrutar hasta del Mar Menor. Ya desgajada de la sierra, bajamos a la peña del águila, roca en equilibrio que, según la perspectiva desde la que se mire, semeja una rapaz posada.
Aquí podríamos volver, como dije antes, pero seguimos en dirección al Cabezo del moro. Antes y después del mismo, tendremos algún problemilla con el GPS y la zona real, no sé si porque cuando Víctor la hizo no había tantísima maleza o porque fuimos muy torpes. El caso es que una vez en lo alto del cabezo, nos empeñamos en encontrar algún vestigio de construcción medieval, porque en algún sitio de la web (¡sitio oficial de la CARM!) se dice que aquí existían los restos de un castillo (¡). Como digo, la información que se puede consultar en internet es pobrísima y contradictoria, pero lo sitúan aquí. A pocos kilómetros, en plena sierra de Altaona, existe un alto llamado EL CASTELAR, y no sé si pudo ser allí donde hubiera podido estar ubicada algún tipo de construcción de vigilancia. Ambos topónimos animan a pensar que en uno u otro sitio hubo algo, pero sigo sin saber ná de ná. Si alguien quisiera iluminarme...
Tras esa visita infructuosa, bajamos -un poco a la buena de dios, sin senda- a la rambla de Chumilla y desde allí buscamos y encontramos, mal que bien, un camino de tierra que desemboca en el camino de la Trinidad y, finalmente, de nuevo en la carretera del Garruchal.

Ruta no muy larga y de no demasiado desgaste, pero nada recomendable en verano, ya que no hay una triste sombra fuera de los Mamellones. Eso sí, estos tienes que hacerlos en algún momento, aunque no sea con una ruta "adornada" como la que hemos hecho hoy.

Se nos fue un poco de tiempo por las zonas conflictivas comentadas (ver waypoints) y porque nos deleitamos en las alturas y en los recovecos erosionados. Calzado que agarre, mejor con bastones, y agüica que no falte. Un bocado tranquilo en lo alto del Pico del águila, y sobre pura roca, ayudará a resetear tu cerebro, te lo garantizo.

Fotos y buen rollo en la ruta, cortesía de ELJARA y TRANSITIVE.