Mañaria-Mugarra-Artatxagan-Leungane-Área Recreativa Landaederra-Barrios de Bernagoitia y Euba (Amorebieta)

Hoy Domingo, también con previsión de temperaturas veraniegas y riesgo de tormenta (aunque más bien para la tarde/noche), mi amiga y yo decidimos hacer un poco el cabra, y realizar una ruta por el extremo oriental del macizo de Legarmendi/Aramotz. La idea es ascender 3 picos, ni más ni menos que el Mugarra, Artatxagan y el Leungane, los 3 montes de mayor elevación de todo el macizo.


Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 6:

Comenzamos en la parada de bus de la localidad vizcaína de Mañaria. En los alrededores tenemos 3 gigantes rocosos, por un lado el monte Eskuagatx, por otro el Untxillatx, y por último, nuestro primer objetivo, el Mugarra.
Lo primero es explorar un poco la localidad (casualidad hoy había una feria de ganado, con cabras Azpi Gorri de diferentes lugares), y después, ascender por una empinada pista de cemento.

Más adelante, el camino pasa a ser de tierra y piedras, y las rampas no cesan casi en ningún momento, apenas hay descanso. Caminamos muy despacio pero el avance es muy cómodo. Además, a medida que ganamos altitud, disfrutamos de una magnífica vista de los montes Udalatx, Anboto, Alluitz, Untxillatx, Urkiolamendi, Saibigain y Eskuagatx. De frente, tenemos a un lado los paredón del Leungane/Artatxagan, y al otro, el imponente Mugarra.

Subimos un último repecho, y llegamos al precioso collado de Mugarrikolanda. Este lugar nunca defrauda, siempre que he pasado por aquí me he encontrado con caballos, vacas, cabras... la naturaleza en estado puro. Hoy no ha sido la excepción, una maravilla!

Aquí tenemos 2 opciones, o seguir recto para luego desviarnos a la izquierda, e ir hacia la dupla Artatxagan-Leungane, o girar a la derecha y ascender los últimos 200m de desnivel hacia la cima del Mugarra. Obviamente, lo primero es coronar el Mugarra, así que giramos a la derecha, y encaramos un empinadísimo repecho por hierba. Vistas a la localidad de Amorebieta en lo alto.

Después, tras superar un portillo, el terreno cambia a piedra y roca, y nos toca andar como podemos por un estrecho e incómodo sendero que se interna a ratos entre la arboleda. Hay un momento en que la presencia de piedras y rocas es muy elevada, y conviene usar las manos para avanzar con seguridad. Eso yendo cuesta arriba, mucho más cuesta abajo.

Superado este tramo, llegamos al cresterío, y aquí podemos andar más cómodamente, aunque estando atentos a cada paso que damos.
En pocos minutos, llegamos a la cumbre del monte Mugarra (964m). Descomunales vistas desde lo alto, a pesar de estar un lado cubierto por la arboleda: la sierra de Anboto al completo, Udalatx, Aizkorri, Aralar, Oiz, Gorbea, y muchos más (sobre todo hacia la zona de Gipuzkoa). También se observa parte de la comarca del Gran Bilbao, Durango, y varios picos del macizo de Aramotz, como nuestros siguientes objetivos, Artatxagan y Leungane.

Tras un buen rato parados disfrutando de las vistas, y tras hacer las fotos de rigor, volvemos sobre nuestros pasos, hacia el collado de Mugarrikolanda.
Lo más lógico hubiera sido ir por el mismo camino, pero vi a algunas personas que ascendían por otro lado, y decidí que podía ser interesante hacer lo mismo que ellos, pero cuesta abajo.

Dicha alternativa recorre íntegramente la cresta occidental del Mugarra, y aunque presenta numerosos puntos en los que conviene usar las manos e incluso apoyar el culo para avanzar con seguridad, no nos ha parecido que fuese un descenso demasiado complejo. Muy diferente al que hubiera sido por la pedrera y arboleda inicial, pero de una dificultad similar. La verdad, es que nos ha gustado mucho este itinerario.

Superamos el portillo, y bajamos por la preciosa ladera herbosa al collado de Mugarrikolanda. Aquí nos topamos con 2 chicas muy majas, que me reconocieron de verme en mis rutas de Wikiloc. Un saludo, y gracias por vuestra amabilidad.

Ahora, seguimos por la derecha. Enseguida nos encontramos con una fuente con agua muy fresca y buena, aunque hoy el chorro que echaba era muy pequeño. Tal vez en Verano, sin precipitaciones, no salga agua.

Antes de encarar la próxima subida, decidimos seguir de frente unos metros para fotografiar la cara Oeste del Mugarra con todo su esplendor. Yo debería de haber pasado por aquí al menos dentro de un mes, para tener así la misma foto en las 4 estaciones del año (solo me faltaba fotografiar el Mugarra durante el Verano), pero decidimos que hoy era un buen momento para hacer esta ruta. Ya vendré en otra ocasión, obviamente en Verano, para cumplir así con mi pequeño reto.

Ahora si, iniciamos el ascenso rumbo al monte Artatxagan, siguiendo en todo momento las marcas amarillas y blancas del PR pintadas en los árboles. No obstante, tras caminar aprox 700m, abandonamos dichas marcas (que realmente nos llevaría directos al Leungane) y giramos a la izquierda para subir un último y empinado repecho por hierba y roca, hasta alcanzar la cima del Artatxagan (998m). Vistas limitadas también hacia un lado, tapando casi por completo al Mugarra, pero al menos seguimos viendo el resto de sierras y montes. Aquí la novedad es poder contemplar el enorme y caótico macizo rocoso de Legarmendi/Aramotz, y algún que otro macizo mas, como el Ganekogorta, Untzueta o Sierra Salvada. De frente, tenemos cerca el Leungane. Hacia allá vamos.

Bajamos un pequeño repecho, hasta llegar a un collado, lugar donde se ubica un ¿dolmen?.
Acto seguido, volvemos a subir, rodeando el monte de derecha a izquierda, hasta cruzarnos con el sendero señalizado con marcas PR.

Ascendemos otra corta pero empinada rampa, hasta llegar al buzón y vértice geodésico cimero del monte Leungane (1009m). Mismo patrón, la vista no llega a ser completa, pero si lo suficientemente amplia para disfrutar de descomunales vistas. Añadir a lo anterior una vista de los pueblos de Dima e Igorre.

Mi plan inicial consistía en continuar un rato más por el corazón del macizo, hasta llegar a la también cumbre del Askorri, pero el tiempo se nos echaba encima, aun quedaba muchísima distancia por recorrer. Ésta vez he pecado de ambicioso, de optimista y de imprudente, porque no es lo mismo ir solo que acompañado.
Claramente, lo mejor era retroceder de nuevo hasta el collado de Mugarrikolanda, y pegarle un buen mordisco al kilometraje de la ruta.
Otra opción podría haber sido no hacer estas 2 últimas cimas, y descender desde el collado directos a nuestro destino, el barrio de Euba.
En cualquier caso, a lo que si le pegamos un mordisco fue a nuestros bocadillos, tras hacer la primera parada del recorrido.

Después bajamos cómodamente, siguiendo en todo momento las marcas iniciales del PR, pero esta vez sin desviarnos por el Artatxagan.
Una vez en el cruce del collado, descendemos por el mismo camino que usé para sacar la famosa foto de las 4 estaciones. Dicho camino es ancho y cómodo, y pensé que sería así durante buena parte de la bajada, pero me confié en exceso. El sendero solo llegaba hasta una borda, luego no había forma de continuar por culpa de la maleza. Es lo que suele pasar cuando a uno le toca improvisar y no mira el mapa. En casa, hay que observar y estudiar posibles vías de escape, tener claro un plan B, para que estas cosas no ocurran.

Por fortuna, el verdadero camino no se encontraba muy lejos. Retrocedimos unos pocos metros, para luego girar a la izquierda, y descender por un estrecho sendero natural, que pasa cerca de la base del Mugarra. Existen 2 maneras de llegar a una cómoda pista que hay mas abajo: uno es un camino mas corto y directo (el que va mas pegado al Mugarra), y otro mas largo y a priori, llevadero (se aleja del Mugarra, que pasa cerca de una cantera de mármol).

Todo esto lo se ahora, porque en vivo y directo, simplemente fui por el primer camino transitable que vi, osea, el mas alejado al Mugarra. Al menos íbamos por buen camino, llegaba a alguna parte, no como el anterior. No obstante, la bajada no fue todo lo sencilla que nos hubiera gustado. El sendero es sumamente estrecho, y hay mucha roca por el camino que nos incomoda y ralentiza el avance. Aun así, yendo despacio y con "buena letra", lo salvamos sin mayores problemas.

Conectamos con la mencionada pista, y giramos a la derecha. Ahora, descendemos cómodamente hasta llegar al área recreativa de Landaederra, repleto de gente. Aquí hacemos un segundo parón para comer y beber algo, y luego, continuamos la marcha.
Ahora, nos adentramos en un pinar, algo sucio por el paso de maquinaria para talar árboles. Por fortuna, mas adelante la situación mejoraría y mucho.

Caminamos durante varios km por diversos bosques de gran belleza, repletos de árboles que daban un toque verde que alegraba a la vista. Hacemos varios giros a lo largo de la arboleda, aunque no hay pérdida alguna, ya que en todo momento hay que seguir las marcas roja y blanca del GR.
Decir que en numerosos puntos tuvimos que sortear zonas embarradas y encharcadas. Menos mal que durante varios días ha hecho mucho calor y apenas ha llovido, sino, lo más seguro es que buena parte de los caminos de estos bosques estarían repletos de barro.

Al cabo de unos minutos, salimos del bosque y a lo lejos vemos un caserío. Aquí hay una bonita vista del monte Oiz y de la cara Norte del Mugarra. Superamos un par de puertas metálicas, y continuamos por un cómodo sendero que alterna la tierra con piedras incrustadas, adentrándonos a su vez en nuevas arboledas. De vez en cuando, salimos a cielo abierto, y volvemos a disfrutar de nuevas vistas de los mencionados montes, añadiendo a la lista el Anboto y el Udalatx.

Mas adelante, avanzamos por una pista de cemento, y finalmente, por carretera. Es justo en este último cambio de terreno, cuando llegamos al barrio de Bernagoitia, perteneciente al municipio de Amorebieta.
Descendemos por una carretera durante 3km, rumbo a nuestro destino, el barrio de Euba, perteneciente también al mismo municipio. Como anécdota, decir, que nos encontramos en mitad del asfalto a un diminuto ratón y a una ardilla. Desde luego, hoy el día nos ha dado mucho juego.

Por desgracia para nuestros intereses, la previsión meteorológica se equivocó en parte, ya que las lluvias y las tormentas se adelantaron. Sobre las 18:15, empezaron a caer las primeras gotas, seguido de un pequeño chaparrón. Al menos hubo una tregua y nos dio tiempo a llegar a nuestro destino, antes de que el verdadero diluvio llegase.

Finalmente, llegamos al barrio de Euba, y nos dirigimos hacia la estación de tren, para concluir así esta exigente aunque preciosa ruta. Muy recomendable.


PD: El tiempo dedicado a la ruta es muy elevado debido a que hemos ido a un ritmo bastante lento de principio a fin. No teníamos la necesidad de ir rápido, ni siquiera con la amenaza de tormentas, pues las esperábamos mucho mas tarde. La primera mitad del recorrido es demasiado exigente y tremendamente bonito, como para pensar en acelerar la marcha y perder así la oportunidad de disfrutarlo al máximo. Sin embargo, como he comentado antes, debí haberme preparado desde el principio una vía de escape en caso de ir demasiado apurados.

Aun así, si decidís ir a un ritmo medio de forma constante, sin entreteneros en exceso, creo que un tiempo realista podría ser unas 7-8h. Y para aquellos que tengáis un nivel físico y técnico excelente, como para afrontar estos desniveles y terrenos con comodidad, fácilmente podréis bajar de las 6h.