Maria Jiménez - Chiguel - San Andres - Exc 1494

- Esta excursión forma parte de un conjunto de seis excursiones entorno al Chiguel, el pico más alto de la parte sur de Anaga
- Malvasía. Barranco del Cercado E-1491
- Malvasía. El Chiguel. Cueva Bermeja E-1493
- María Jiménez. Chiguel. Malvasía. San Andrés E-1494
- Penico Valle Marcos. Malvasía. San Andrés E-1497
- María Jiménez. Los Manantiales. Abicore. Taganana E-1500
- San Andrés. Chiguel. Manantiales. Bailadero E-1554
- Los topónimos los obtengo del Mapa Topográfico Integrado del visor web del Gobierno de Canarias (Grafcan)
- ATENCIÓN: Los tracks son orientativos, no uso ningún dispositivo gps durante las travesías. Los tracks los compongo, a posteriori, con el Mapa Topográfico Integrado, y otros.
- Puede acceder a más excursiones en mi página web “El Aventurero Doméstico de Tenerife” en la dirección https://sites.google.com/view/adotf

• Excursión 1494. 6 Julio de 2023. Jueves. (Anaga 238ª)
María Jiménez. Chiguel. Malvasía. San Andrés.
Municipios: Santa Cruz.
ENP: Parque Rural de Anaga
De 10.25 a 19.10h. De 10 a 650 a 520 a 560 a 10m
Distancia: 12,4k. Duración: 8h 45m.

Resumen:
Subida por la loma que separa María Jiménez del barranco Cueva Bermeja. Desde el extremo alto de la loma subo por un sendero en un andén estrecho a la degollada entre los dos picos Chiguel y desciendo por la vertiente del barranco del Cercado hasta un sendero de cabras, y por otro sendero de cabras, difícil, bajo hasta Malvasía

Crónica:
La información que he sacado de Wikiloc sobre accesos al Chiguel me está dando para bastante, pero esta de hoy ha sido una idea mía. Se trata de subir al Chiguel siguiendo la cresta de la loma (Lomo Las Canteras) que separa los barrancos de María Jiménez y Cueva Bermeja.

En una mañana luminosa, alegre y no demasiado calurosa salgo del intercambiador en la 910 y me bajo en la entrada a María Jiménez. Cruzo la avenida y subo por una escalera, a la derecha, que conduce a un pequeño grupo de casas encaramadas en la ladera. Tengo suerte porque puedo hablar con dos hombres que viven aquí. Les pregunto por la ladera de enfrente. Me dice, el más mayor de los dos, que él recuerda haber visto como las vacas se movían por allí y que cultivaban grano en unas pequeñas terrazas. De un pequeño chamizo, me dice, que hay una vereda que sube hacia lo alto de la loma (Mesa del Ramonal). Este hombre fue cazador y me habla de cuando subían hacia las Casas de la Cumbre en sus batidas. Por lo que me cuenta parece que se puede subir por donde pretendo, por la cresta de la loma. Gracias a lo que me cuenta del Ramonal podré hacer una excursión más adelante (la 1499).

Tras pasar las últimas casas hay un pasillo al lado de una valla, pero no es por ahí por donde sube el viejo sendero, sino por la derecha de ese pasillo. Esa valla creo que está ahí para contener los posibles derrumbamientos de la ladera. El sendero lo encuentro más practicable y claro que las otras veces que lo recorrí, el rabo de gato que lo ocultaba completamente en un pequeño tramo ahora está más disperso y me gusta mucho subir por el sendero a ritmo lento, como me gusta al principio de una excursión larga. El firme es rocoso, o terroso, o arenoso, sobre tosca rojiza y va ascendiendo poco a poco por la ladera. La vegetación es baja, de tabaibas, matorriscos, pencas, cornicales, damas de Tenerife. A medida que subo me voy deteniendo para estudiar la ladera de enfrente y por las vistas, cada vez mejores, sobre las casas de María Jiménez, que empiezan a parecer como casas de juguete, donde la vida es feliz y no hay conflictos.

Al llegar a la degollada (Gollada La Veta, 220m) tengo vistas hacia el barranco de Cueva Bermeja y me quedo un rato tratando de ver si localizo por donde va un sendero que va por la ladera de enfrente entre una casa-cueva y el caserío de Cueva Bermeja. No lo logro. Ahora empiezo a subir por la cresta y tengo que sortear la base de una torre de electricidad y subir por rocas antiguas ocres y beis y rojizas que están medio erosionadas y se fracturan en lascas. El paso, después, por la arista de la loma, no es complicado, no hay grandes desniveles ni saltos, aunque sí la arista es bastante afilada y hay que ir, como caminando a grandes saltos para sortear las piedras grandes. Paso un pico (Cabezo las Casas de Abajo, 290m) con una continuación llana (Gollada Cueva Blanca). A continuación de la degollada la pendiente se hace más fuerte y es más esforzada la ascensión al siguiente pico (Cabezo el Quicio, 360m). Hay que descender después sus buenos 20 metros para llegar a una degollada amplia. A estas alturas ya he dejado atrás las casas de María Jiménez y tengo vistas a la entrada al barranco de Valle Grande. El sol no es excesivamente intenso y algunas rachas de viento no muy fuerte me facilitan la subida.

De la última degollada subo a otro saliente de la cresta (Cabezo el Rayo, 375m) que no sobresale excesivamente de la línea de la arista. Después encaro la parte que parece más complicada de toda la subida, es un risco de color gris-blanco bastante afilado (430m). Está compuesto de rocas puntiagudas en grandes tiras tanto verticales como horizontales. Con confianza, y algo de paciencia, las voy trepando por su derecha. Por el otro lado el risco es completamente vertical. Desde el propio borde sobre el abismo es donde mejores son las vistas. Sólo hay una trayectoria posible, entre la vegetación densa y recia y las grandes piedras no hay muchas alternativas. Cada vez me está gustando más esta ascensión. Tras el risco gris viene una zona más llana de arena fina donde veo una vereda fina, seguro que es un camino de cabras, que me lleva hacia arriba. Ya estoy muy cerca del último saliente de la loma (Cabezo de Mancha de los Cardos, 560m). La vereda se echa a la derecha para evitar este último pico, pero yo subo campo a través por una zona agreste de pencas medio mordidas, tabaibas y cornicales donde veo un precioso almácigo, redondeado, esférico y no muy grande, me pongo debajo e inmediatamente me llega el frescor de su sombra. Subo malamente por entre las peñas y las pencas y corono en lo alto del último pico (560m). Es un pico rocoso y muy desgastado con rocas redondeadas.

Bajo un poco (degollada Camajato) y empiezo a buscar el sendero que baja hacia Ajitio, lo busco por la degollada y antes de otro saliente (Roque La Cuesta, 560m). Hay varios pequeños senderos que parecen bajar, pero no me llevan a nada, y es que por debajo hay una caída fuerte de entre 80 y 100 metros de desnivel. Me empeño un buen rato. Me frustró no encontrar este sendero en la excursión 1493 y por eso ahora no suelto la presa. Por fin lo dejo. Paso el saliente del Roque La Cuesta y llego a otra parte que es más llana (Gollada Ajagua) y con una pendiente más suave hacia la izquierda (hacia el barranco de Ajitio) y por aquí lo encuentro, encuentro el sendero que baja a Ajitio, está cerca de un cartel de coto de caza y al lado de grandes piedras que medio afloran del suelo. En realidad, es muy sencillo, no es difícil, mi problema es que lo estaba buscando por donde no estaba. Lo bajo un poco para terminar de cerciorarme, es el sendero, ok.

Lograda la ascensión de la loma y resuelto el pequeño enigma del sendero a Ajitio tengo la moral alta y ahora me atrevo con el paso por debajo del Chiguel, es un pequeño andén sujetado por plantas. Subo por el borde del barranco (Ajitio) hacia la ladera vertical por debajo del Chiguel. A medida que subo el sendero se va echando hacia la izquierda y no hay uno sino varios senderillos (cosa de las cabras) que en paralelo van hacia el andén. Más relajado de lo que debería voy yendo de uno a otro hasta que llego al andén, que, siempre, que lo recorro me parece de lo más seguro del mundo (todo lo contrario de la vista desde la Gollada de Ajagua). En uno o dos minutos llego al cauce de un barranquillo y por él subo hasta la gran planicie inclinada. Toda su superficie está cubierta de trigo seco, tomo algunas espigas y saco sus granos. En invierno, con las lluvias, deberá ser algo impresionante ver toda esta planicie verde. También crecen cardos alcachofa y algún cornical, pero es el trigo el que domina en estas antiguas terrazas donde traían las vacas a pacer y se cultivaba. Atravieso la planicie inclinada hacia la izquierda y llego a un collado (670m) que está a la izquierda de un pequeño saliente (Risco Peligro), un saliente poco llamativo entre los dos Chigueles, el de Arriba (a la izquierda) y el de Abajo (a la derecha). Por la izquierda del Risco Peligro me emociona localizar la pequeña vereda que llanea por la ladera del risco, termina pronto y después empiezo a bajar por entre grandes rocas redondeadas y más abajo, ya hay un medio sendero que sigue bajando por la pendiente hasta alcanzar, en perpendicular, un sendero ancho (580m, punto A).

Ahora quiero recorrer este sendero hacia la derecha hasta un roque (Cabezo los Charcos). Este sendero rodea el Chiguel hasta ese cabezo y después baja hacia San Andrés. Nunca lo he hecho, esto es nuevo para mí. La vez que bajé desde el Chiguel a San Andrés lo hice por la arista hasta la base del cabezo y después bajé por un sendero hasta San Andrés. De entrada, es muy claro, y rodea el nacimiento de un barranco (Valle Marcos) y llega a una esquina (La Tafetana, 580m), una nervadura de la ladera, de pendiente suave en este tramo. Tras la primera esquina el sendero va descendiendo por una ladera de más pendiente y de trazado con más pequeñas curvas y salientes, y el sendero sigue siendo claro, aunque se va estrechando. Por aquí descubro un naciente. Al nivel del suelo han hecho un pequeño espacio donde se remansa el agua (para que beban las cabras, me imagino), y, como a un metro del suelo, hay una tapa cuadrada de plástico, que se puede abrir y dentro hay agua clara y limpia, vuelvo a ponerle la tapa. Tras unos cinco minutos largos (300 metros) llego a otra esquina (Cabezo el Drago, 550m), otra nervadura de la ladera. Después el sendero se hace un poco más complicado de seguir, es estrecho y con muchos cambios de nivel (Andenes de las Angojas). Paso una oquedad con sombra, delante está el esqueleto blanqueado de una cabra, distingo la mandíbula inferior y un cuerno. En toda esta parte he visto muchas cagadas frescas de cabras, son muy negras, con el tiempo se vuelven marrones y pálidas. Esta parte me resulta más trabajosa y, por fin, llego ante otro roque (Cabezo los Charcos, 520m) y por aquí un sendero sigue hacia abajo. Me doy la vuelta, hoy no quiero bajar a San Andrés, prefiero otro recorrido. Cuando llego a la oquedad me quedo a comer mirando hacia San Andrés y el Cabezo de los Charcos. Hace bastante calor y necesito resguardarme un rato a la sombra.

Tras una media hora, me lo tomo con calma, regreso por el sendero con cierta emoción, a veces no se ve la continuación, hay piedras y cambios de rasante. Me gusta mucho volver a ver el naciente, qué ingenio para aprovechar el agua. De nuevo en el punto A, el sitio por donde accedí en perpendicular desde el Chiguel, ahora quiero explorar un saliente que es la parte superior de una loma que va hasta un pequeño caserío en el barranco del Cercado (La Condesa). Este saliente está compuesto de tres lomitas que van a la misma altura. Recorro el saliente por la derecha, no por lo alto de las lomitas, y tras unos cinco minutos (250 metros) llego al extremo de la parte llana del saliente (Penico de la Hacienda de Cuba, 560m). Me he acercado hasta este punto para evaluar la posibilidad de bajar por la loma hasta La Condesa, que tiene un roque sobresaliente y puntiagudo en su primera parte (Penico de Valle Marcos). Un usuario de Wikiloc (HLopezSaul) subió una ruta por la arista de la loma, pero sin dejar ninguna explicación me cuesta trabajo creerlo. Pero visto desde arriba parece posible (lo haré en la excursión 1497).

A la vuelta y tras salir de la lomita final hay una vista, y un precipicio tremendo, hacia otro saliente por donde también fue HLopezSaul. Regreso al punto A y sigo hacia la derecha. El sendero es fantástico, estrecho, bien marcado, y va rodeando las nervaduras y bajando y subiendo. Por aquí hay laderas con docenas de senderillos. Pero este es el único para humanos. Me encanta recorrer este sendero. Tras unos 350 metros llego a una loma (560m) donde hay unos riscos sobresalientes (Cuchilletes del Cerco) y bajo por ahí, por la izquierda de los cuchilletes, donde hay un poblado bosquete de brezos. El sendero al principio no se ve bien, hay que ir pegado a los cuchilletes, después sí es más claro. Por aquí empiezan unas rachas tremendas de viento, yo lo agradezco, es la única manera de mitigar el calor. Cuanto más abajo más claro y asurcado el sendero. Llego a un pequeño llano con un brezo por donde pienso que hay que girar a la derecha, pero no, es un poco más abajo en un llanito (420m), por donde hay que girar. El viento me ha dado un poco de ansiedad en este punto decisivo. Giro a la derecha en el llanito y sigo por un sendero claro que va, al principio, entre jaras y después sigo por una vereda estrecha, pero muy trillada y clara hasta el cauce de un barranquillo (400m), lo cruzo y remonto un poco y sigo por otra vereda estrecha que va, llaneando, sobre una pared muy vertical con oquedades (esto lo he visto desde el otro lado antes de empezar a recorrerlo).

Este sendero lo he hecho recientemente varias veces y lo tengo muy claro. Tras el tramo llano sobre la pared muy vertical cambio de vertiente. El sendero ahora no es tan claro, se puede ir campo a través. La referencia, el sitio que tengo que alcanzar ahora es una loma alargada de tosca rojiza a unos 100 metros. Llego enseguida a la loma. Muy claro ahora va el sendero por una canal y un dique y después va pasando oquedades en la tosca rojiza, algunas verdaderas cuevas. El viento sigue siendo muy fuerte, demasiado fuerte por momentos, se empieza a poner seria la cosa. Bajo por la loma, el sendero me va llevando, hay alguna bifurcación, pero yo sigo siempre por la rama más clara. Así bajo hasta muy cerca de un pequeño caserío (Malvasía) y cuando estoy muy cerca del cauce de un barranquillo, cauce muy ocupado por plantas, grandes y ramificadas, encuentro un atajo que penetra entre ellas y atraviesa el cauce. Al otro lado desciendo al lado de un grupo de hermosas palmeras y enseguida salgo a la carretera.

Lo demás ya es dejarse llevar por la suave bajada por el asfalto. Sólo me detengo un rato en el caserío de La Condesa (60m) para ver por dónde subir al Penico del Valle Marcos. Creo encontrarlo. En San Andrés me paro en una pequeña venta, al lado de un campito de fútbol, donde hay una gran animación para conseguir agua, mucha agua. Me voy a la acera de enfrente y un poco aparatosamente, me echo una botella de agua por la cabeza, lo necesitaba, después me seco, lo recojo todo y sigo mi camino que termina en la avenida marítima donde sigue la eterna obra de la acera.