Markinez-Cuevas Eremíticas de San Salvador-Belabia-Quintana-Angostina-Bernedo

De partida, comentar que he creado un nuevo track, ya que el original tenía fallos de cierta importancia en cuanto a orientación, y he preferido añadir otro corregido, para que no haya lugar a equívocos.


Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 113:

Comienzo en el bonito concejo alavés de Markinez, perteneciente al municipio de Bernedo. Hoy la mañana estaba muy nublada, demasiado. Anunciaron ligeros chubascos a partir del mediodía o por la tarde, pero aquí en el Sur deberían de ser anecdóticos.

Tras recorrer parcialmente el pueblo, avanzo por una ancha pista, para dirigirme hacia la única cumbre de esta ruta, al monte Belabia, situado en el Parque Natural de Izki.
Enseguida mis peores presagios se cumplieron, y comenzó a llover, y no fueron 4 gotas precisamente.

Afortunadamente, no tardé mucho tiempo en encontrar un lugar de mucho interés y que me sirvió también de refugio, las cuevas eremíticas de San Salvador.
Éstas, al igual que las Cuevas de Larrea, ubicadas al otro lado del pueblo de Markinez, se tratan de un conjunto de cuevas artificiales que entre los siglos V y VI ocuparon los eremitas. Eran ermitaños que se establecían en ellas aprovechando terrenos donde la roca se podía excavar fácilmente. Realizaron estas obras que fueron utilizadas como lugares de aislamiento y contemplación.

Aquí me detuve un buen rato para resguardarme de la lluvia. En cuanto paró, proseguí la marcha, aunque por desgracia, en pocos minutos volvió a llover. Llegué a un punto que me daba igual lo que sucediera, si o si iba a calarme de arriba a abajo, así que dejé de perder el tiempo buscando lugares donde cubrirme, y continué con la ruta, con independencia del estado de mi equipamiento.

Luego, paso por una pequeña pero bonita arboleda, con un montón de hojarasca en el suelo. Al salir de la arboleda, hago un giro a la izquierda. Tanto aquí como en los próximos km, tenéis que estar atentos al track, ya que apenas se aprecia sendero. El terreno pasa a ser de hierba, y comienzo a subir en ligera pendiente. Bonita vista hacia el Sur, con parte de la sierra de Toloño y otros montes.

Después de un rato sin rumbo fijo, al fin vuelvo a dar con el rastro del sendero. De frente, observo un peñasco rocoso, dicho de otra forma, un monolito. En este camino hay varios, aunque de menor tamaño, y a los lados, en la distancia, hay alguno que otro más.

Unos metros más adelante, vendría la primera de las confusiones (mas bien ida de olla). Me encuentro con una especie de espantapájaros algo raro, y después parece que hay un único camino a seguir, pero resulta que la senda correcta me la he dejado atrás. Hay que ascender ligeramente por el lado izquierdo, adentrándome por una zona repleta de arbustos. No obstante, se llega a apreciar un pequeño sendero, así que junto con el track, no hay pérdida.

Luego, llego a un llano, y a una especie de collado. Aquí me encuentro un poste, donde me indica que la cima del Belabia está a la derecha. En menos de 5 minutos, alcanzo el buzón y vértice geodésico cimero del monte Belabia (967m). No hay vistas, ya que se encuentra rodeado de arboleda.

Vuelvo hasta el poste, y ahora sigo de frente, aunque antes, decido desviarme ligeramente del camino, para subir un minúsculo repecho, en busca de alguna vista. La hay, aunque tampoco es muy espectacular. hay que añadir algún monte del condado de Treviño y el inconfundible radar meteorológico del Kapildui.

Ahora si, continúo por el sendero, que al principio está marcado con círculos amarillos, aunque en teoría tengo que abandonarlo a los pocos metros y meterme campo a través. No entiendo el porqué de esta acción, pero así lo tenía marcado en el mapa. Luego en casa he visto que hay una alternativa, la lógica, que es seguir todo el rato los círculos amarillos, y luego desviarse a la derecha para conectar con la puerta de madera. Así lo he indicado en el nuevo track.

Paso por una de las muchas puertas de madera de esta ruta, y me adentro por un denso bosque. Al principio el camino es cómodo, pero luego se complica considerablemente, al empezar a ir cuesta abajo. La pendiente es algo elevada, y junto con la alta presencia de hojarasca, tierra suelta y agua de la lluvia, me obliga a cuidar cada paso que doy para no patinar.

Al menos, tengo la seguridad de que voy correctamente, ya que hay círculos amarillos pintados en los árboles.
Al final del camino, llego a un cruce, en el cual tengo que girar a la izquierda. Aquí ya el sendero mejora notablemente, siendo mucho más ancho, llano y limpio, aunque hay algo de barro.

Al final del mismo, conecto con un nuevo sendero, más bien pista, y aquí giro a la derecha. Este camino es aún más cómodo y llevadero, me permite avanzar con mucha rapidez. Además, dejó de llover, y ésta vez de manera definitiva, así que la alegría fue doble. Me adentro por un denso y bonito bosque, guiado por varias marcas roja y blanca del GR 282 pintadas en los árboles.

Ahora, mi próximo objetivo es llegar al pueblo de Quintana. Aun se encuentra algo distante, pero a este ritmo no tardaría demasiado en llegar.
Sin embargo, no iría por esta pista hasta el final, ya que aún me faltaba por hacer varios desvíos, con los consiguientes cambios en la calidad del camino. Aún así, todos ellos son cómodos y de fácil andar. Además, se suma un nuevo tipo de marca, en esta ocasión una tricolor blanca, roja y verde.

A 1km de llegar a Quintana, me desvío voluntariamente a la izquierda, para observar la balsa de Las Rozas. Aquí hago un largo parón para comer y beber algo.
Después, no tardo mucho en llegar al pueblo de Quintana.

A continuación, tras salir a la carretera, giro a la izquierda para seguir por una pista de cemento, y poco después, por un sendero de tierra y piedras. Aquí disfruto primero de una vista del pueblo de Quintana, y de los montes Peña del Santo y Muela, y unos metros mas adelante, por el otro lado, una descomunal panorámica de la sierra de Toloño casi al completo, junto con mi destino, el municipio de Bernedo.

Lo primero es descender unos metros, al principio por cómodo sendero, pero luego prácticamente desaparece, y se convierte en otro de tierra, algo caótico por estar rodeado de vegetación y maleza, que se adentra campo a través.

Luego, llego a un cruce de caminos, y la calidad del camino mejora. Avanzo por senda de tierra y hierba, hasta dar con una ancha y cómoda pista, con vista directa al siguiente pueblo, Angostina. A medida que me acerco mas a la sierra de Toloño, la vista es cada vez más espectacular, de postal.

Enseguida llego al pueblo de Angostina, y luego hago un doble giro derecha-izquierda, con el fin de evitar andar por la carretera. Avanzo por una pista natural durante unos cientos de metros, hasta volver a dar con el asfalto.
Giro a la izquierda, y camino los últimos metros hasta llegar a mi destino, la localidad de Bernedo. Sólo me queda recorrerlo en su mayoría, hasta volver a la parada de bus, donde concluyo esta sencilla y bonita ruta.


PD: En realidad esta ruta es sencilla, perfectamente podría haberla calificado de "FÁCIL", aunque la verdadera razón por la que he puesto "MODERADO" ha sido por lo complejo que es seguir el itinerario en algunos momentos. Si no estáis atentos al track, es fácil que os equivoquéis de camino, y ya no os digo nada si hubiera niebla. El tramo que va entre el collado del Belabia hasta la primera de las cómodas pistas es algo incómodo, y hay que asegurar cada paso.

El tiempo total dedicado a la ruta ha sido de 7h y 37min, habiendo hecho numerosas paradas y de larga duración, bien por resguardarme de la lluvia, bien para comer y beber, o para sacar fotos. De ir a piñón fijo y sin entreteneros demasiado, se podría completar la travesía en unas 5h y media o 6h.