Marvao y las caleiras de Escusa

La ruta se inicia en Portagem, en cualquiera de los aparcamientos de que dispone esta población aunque, en este caso, dejamos el coche en el que se encuentra junto al puente medieval sobre el río Sever. Para la subida a Marvao hemos elegido la ruta de la senda medieval. Camino empedrado en buen estado, duro y exigente en algunos tramos que puede resultar fatigoso para el que no esté demasiado acostumbrado a las rutas senderistas.
A poco más de 1 km. de subida tomaremos un camino que se abre a la derecha. Camino este de tierra por el que llanearemos cerca de 1 km. Al llegar a este punto hay que estar atento porque, abandonando el camino principal, tomaremos un pequeño sendero que se aparta bruscamente a la izquierda. Es un sendero que permanece casi oculto por la vegetación por lo que puede pasar totalmente desapercibido. Llegamos de nuevo a la senda medieval y ya sin abandonarla nos conduce directamente a Marvao. A partir de aquí comienza uno de los tramos más bonitos del recorrido: un nuevo camino empedrado que se inicia en la última curva antes de llegar a la entrada principal del recinto amurallado y que nos llevará hasta las cercanías del cementerio municipal. Tras pasar por los restos de un crucero de nombre enigmático, la cruz de la calavera, nuestro camino discurre entre castaños y carballos. Al llegar al cementerio nuevo giro a la izquierda y nuevo camino. En este caso utilizaremos parte de la senda que unía Marvao con Castelo de Vide en donde nos encontraremos alguna fuente en la que poder refrescarnos. Un bonito recorrido entre árboles.
Al llegar a la carretera comienza la parte menos atractiva de la ruta. Se trata de cerca de 2 kms de asfalto en un ascenso suave pero constante. Circulan pocos vehículos por esta zona pero este tipo de recorrido siempre nos obliga a extremar las precacuciones. Abandonamos la carretera al tomar un camino a la izquierda que, ya sin abandonarlo, nos lleva hasta las caleras de Escusa. Caleras y hornos que, a pesar de estar declarados monumento nacional en Portugal, lamentablemente se encuentran en un estado de total abandono que los conducirá a la ruina absoluta si no se toman las medidas de conservación que este rico patrimonio de la arqueología industrial merece.

Paso por las proximidades del abandonado campo de golf de Marvao, primeras casas de Portagem, calles floridas, vecinos saludándose en las puertas de las casas y de nuevo el puente medieval y el río Sever.

Mi recomendación personal: Si optas por hacer esta ruta no dejes de visitar el pueblo y el recinto amurallado de Marvao. Y, por supuesto, no hay que dejar de subir a lo alto de la torre del homenaje del castillo. Ese luegar desde donde, en palabras de Saramago y contemplando las planicies del Alentejo, el viajero murmura: "qué grande es el mundo"