Matalascañas-Torre Carbonero

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Salida desde Los Palos, en Matalascañas, hasta la torre vigía Torre Carbonero, con parada en las ruinas del antiguo cuartel de carabineros. Precioso recorrido por las playas vírgenes del Parque Nacional de Doñana, sin nadie que te perturbe en kilómetros a la redonda, con el solo sonido del viento y el mar. La playa del Espacio Natural de Doñana tiene una longitud total de unos 60 kms sin interrupción desde Mazagón hasta Punta de Malandar, en la desembocadura del Guadalquivír. En esta ruta recorreremos poco más de ocho kilómetros, pertenecientes al Parque Nacional, del total de 28 con los que cuenta. Ten la precaución de hacer el recorrido en bajamar para evitar andar por la arena suelta. A lo largo del día se suceden en la playa dos procesos completos de flujo y reflujo mareal, de manera que la franja intermareal entre los límites de la pleamar y la bajamar varía desde los 100 hasta los 300 metros. La superficie en bajamar es muy llana, sin apenas inclinación. Recorrido ideal para los invidentes que gusten de la naturaleza y el senderismo.

1.-Ficha Técnica:
--Dificultad: moderada.
--Distancia: 17 kms.
--Tipo de camino: caminos naturales de arena.
--Duración media: 6 h'.
--Relieve: llano.
--Ruta Circular.
--Homologado: no
--Señalizado: no.
--Vegetación: vegetación dunar.
--Accesibilidad: bien. Prohibido ir por las dunas.
--¿Cuándo ir?: todo el año a excepción de la primavera.
--Valoración estética de la ruta: 8.
--Sombra: ninguna. Llevar protección solar.
--Precaución: mirar tabla de mareas: caminar por la playa en bajamar.

2.-Itinerario:
--Párquing: aparcamos al este de Matalascalas, junto al chiringuito Levante, lo más próximo posible al Parque Nacional de Doñana. Matalascañas o Torre de la Higuera, es un núcleo costero con escaso valor urbanístico perteneciente a Almonte. Al encontrarse a 67 kms de la capital andaluza, es muy visitada por los sevillanos. Su principal aval es estar rodeado por el parque nacional y natural de Doñana. Su playa se está perdiendo por los cambios mareales inherentes a la construcción de diques y puertos deportivos. Y la solución es mala porque las viviendas están pegadas a la costa.
--Casita de pescadores: hay varias casitas de pescadores salpicadas por la costa de Doñana, dedicadas a actividades como el coquineo. Una tradición ancestral que se permite hasta nuestros días.
--Casita de pescadores: en esta ruta nos encontraremos con los ranchos de pescadores: de Mona, Murillo, Chimbo, Mondaca, Rupertín y Enrique. En los siglos XVI y XVII los trabajadores de las almadrabas, hoy desaparecidas, se instalaban en las costas durante las épocas de migración de los atunes y utilizaban la vegetación costera para la construcción de las artes de pesca, de sus chozas y como combustible.
--Cordón dunar: no está permitido salir de la playa y adentrarse en el cordón dunar. Aunque muchos lo hacen, la visita al cuartel puede ser sancionada. Justo en los accesos hay carteles que te indican la prohibición de pasar por modificación. Con todo, en verano no hay nidos.
--Casa cuartel carabineros: llama la atención la envergadura del cuartel: cuadruplica la capacidad de la Casa del Palo, otra edificación de igual cometido ubicada en El Rompido. Lástima que se hayan dejado caer el edificio, con un indudable valor arquitectónico. Peor aún que no faciliten su visita. El cuartel de Carabineros-Guardia Civíl se usaba para el control de actividades ilegales, de los balnearios y de los ranchos de los veraneantes y de los pescadores. Hay presencia de veraneantes en estas playas desde la primera mitad del siglo XIX y era habitual que, junto a los poblados estacionales de pescadores y los puestos de vigilancia de la costa, se levantaran zonas de balnearios. En origen, esta actividad de balneario tenía fines medicinales y se producía en las áreas de las Atarazanas, la Higuerita y Matalascañas. Las caravanas de veraneantes eran precedidas por choceros (o rancheros) que levantaban largas filas de chozas individuales-con pino y barrón- insertas en un túnel que, mediante separaciones de broza, conformaban viviendas o ranchos más o menos uniformes. Estas construcciones eran abandonadas al finalizar la temporada de baño.
--Casita de pescadores: la casita dispone de un pozo, de seguro que de agua dulce. No es posible entender Doñana sin comprender la relación de su población con la naturaleza, que ha hecho de este territorio lo que hoy es. Desde siempre, la pesca, la caza y la recolección de materias primas han sido actividades cotidianas que han marcado modos de vida muy ligados al aprovechamiento de los recursos que Doñana brindaba. Aprovechamientos tradicionales compatibles han sido el carboneo, el coquineo, la apicultura, la recogida de piñas y la ganadería extensiva, si bien respecto a ésta, el Plan Sectorial de Aprovechamiento Ganadero recomienda su disminución y el fomento de la utilización de razas autóctonas y formas locales, así como la tendencia a la supresión del ganado ovino.
--Casita de pescadores: en los alrededores de las viviendas había huertos, comunales o privados, y colmenas de corcho. Además de la caza de liebres, conejos, aves y grandes herbívoros, en primavera también se recolectaban los huevos, y algo más tarde los patos mancones, esto es, mudando las plumas e incapaces de volar. Otra actividad habitual era la pesca, tanto en el mar como en ríos, caños y lucios. En la época del paso de los atunes se instalaban grandes almadrabas frente a la costa.
--Casita de pescadores
--Torre Carbonero: Torre Carbonero es una de las Torres vigías que flanquean la costa de Huelva. Llama la atención su envergadura y buena conservación, si bien faltan algunas piedras de la base que, con el tiempo, pueden provocar su caída. La Administración debería velar por la conservación de sus monumentos. Fue levantada entre los siglos XVI y XVII para alertar de las incursiones y pillajes de los piratas, sobre todo berberiscos y turcos; para defender posibles amenazas de las flotas holandesas e inglesa; y para proporcionar agua a las flotillas pesqueras de bajura. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1985. En los accesos por las dunas volvemos a encontrar carteles de prohibido el paso. No entiendo que se pongan trabas para el acceso a la torre, fuera de los períodos de nidificación, en aras de la conservación del Parque, y luego se permita la entrada masiva de romeros en las peregrinaciones a El Rocío.
--Los Palos: unos palos clavados en la arena marcan el comienzo de las playas del Parque Nacional de Doñana.
--Chiringuito Levante: comida en el chiringuito Levante: una vez que consigas aparcar por la mañana mi sugerencia es que no muevas el coche porque te va a costar encontrar nuevo aparcamiento. El lugar es muy agradable para comer. El precio es normal. Te lo recomiendo. Tienen un par de guisos diarios a 8.9€. Ojalá que te hayan valido estas humildes indicaciones, hechas sin profesionalidad, pero con afán de servicio. El senderismo debe ser un ejemplo de actividad solidaria, gratuita, altruista, una invitación a contactar con la naturaleza sanadora y respetarla, a tejer una red social y emocional de apoyo, a compartir experiencias y hacer amigos. Un fuerte abrazo. No olvides decirme “hasta pronto” en el camino.