Matillas - Mandayona
near Matillas, Castilla-La Mancha (España)
Viewed 144 times, downloaded 1 times
Trail photos
Itinerary description
Cómoda etapa de Matillas a Mandayona, saliendo desde su Plaza Mayor, en el que se encuentra la Iglesia de la Inmaculada Concepción y el Ayuntamiento (construidos en 1962, en la funcional arquitectura propia de aquellos años). Me desvío del Camino del Cid para visitar las ruinas de “Matillas la Vieja", en un altozano a un kilómetro y medio del pueblo; para ello salgo de la población por la CM-1003, cogiendo el camino asfaltado que lleva al cementerio y, un poco antes de llegar al camposanto, siguiendo a la derecha por un camino de tierra, cubierto de hierba, que sube al antiguo pueblo de Matillas. Éste se fue progresivamente despoblando en beneficio del barrio nuevo nacido junto a la fábrica de cemento, hasta que en 1965 Valerio Cañamares y su familia abandonaron la última casa habitada de la localidad. Paseo por sus fantasmales y silenciosas calles y casas derruidas, destacando la antigua parroquia de Nuestra Señora de la Blanca (que conserva aún algunos elementos arquitectónicos del románico tardío de repoblación, del siglo XIII). Desde aquí hay unas magníficas vistas del valle con la actual Matillas.
De vuelta a la carretera, la sigo unos metros a la izquierda para girar ahora a la derecha por una pista asfaltada por la que
alcanzo el Camino del Cid. Hasta Mandayona (y más allá) coincide con el GR-10, sendero que atraviesa la península
de este a oeste, desde Puzol (Valencia) hasta Lisboa, con una longitud de
cerca de 1 600 kilómetros (forma parte del Sendero Europeo E7).
Tras pasar junto a la Ermita de Santa Lucía y los Molinos de Edancho, la pista asfaltada cambia de dirección y se convierte en un camino, que poco después cruza el Henares junto a una antigua fábrica de luz. El camino discurre entre el monte a la izquierda y las tierras de labor, regadas por el Canal de Mandayona, a mi derecha, hasta llegar a Villaseca de Henares, pequeña población que no alcanza la treintena de habitantes y que se rodea por el sur (por la calle Extramuros). Desde antes de llegar al pueblo destaca la silueta de su iglesia parroquial, dedicada a San Blas, de origen románico, levantada para la población campesina en los siglos XII y XIII en un pequeño alto sobre el cauce del Río Dulce, frente a Castejón de Henares; en este Castejón existía al parecer en el siglo XI una pequeña fortaleza árabe de vigilancia (donde, según algunos autores, el poeta anónimo del Cantar ubicó la primera conquista del Cid en tierras de la taifa de Toledo). De aquí además parte un ramal del Camino del Cid, “La Algarada de Alvar Fáñez”, que se dirige hacia Guadalajara. Tras la conquista cristiana de estas tierras por Alfonso VI, que carecía de medios para controlarla, sería frecuente la presencia de guerreros andalusíes de la frontera, hasta que el poder castellano se consolidó en Atienza (ya en el siglo XII), quedando Villaseca vinculada primero a esta fortaleza y pronto al Común de Jadraque.
Tras subir al pueblo para ver de cerca la iglesia (una larga nave de ábside semicircular que conserva en su interior -muy modificado por actuaciones góticas, renacentistas y posteriores- una pila bautismal románica), bajo de nuevo al camino que pronto se va a internar en la ribera del Río Dulce, donde se agradece la sombra y el frescor, el canto de los pájaros y de vez en cuando el rumor del agua. A la izquierda quedan amplios prados que aún conservan su verdor, hasta las cercanías de Mandayona.
Este pueblo, ubicado en las comarcas de la Alcarria y la Serranía, donde comienza el Parque Natural del Barranco del Río Dulce (aquí se ubica el Centro de Interpretación), es un cruce de caminos, por donde pasó la vía romana que unía a
Mérida con Zaragoza y hoy el Camino de la Lana, además del GR-10 y el itinerario cidiano.
Cruzo el Río Dulce por un puente entrando en la localidad junto a la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, renacentista. Luego me desvío para subir a un pequeño cerrete donde se situaba un castillo, alrededor del cual se estableció el núcleo de población tras la conquista cristiana en 1121 por las tropas del obispo de origen francés Bernardo de Agén, siendo Urraca reina de León y de Castilla. Lamentablemente no quedan apenas restos de la fortaleza (algunas huellas del foso y algunos subterráneos, utilizados siglos después como bodegas), que ya era una ruina total en el siglo XVII. Desde aquí, vigilando el paso del Río Dulce, concluyo este agradable paseo.
De vuelta a la carretera, la sigo unos metros a la izquierda para girar ahora a la derecha por una pista asfaltada por la que
alcanzo el Camino del Cid. Hasta Mandayona (y más allá) coincide con el GR-10, sendero que atraviesa la península
de este a oeste, desde Puzol (Valencia) hasta Lisboa, con una longitud de
cerca de 1 600 kilómetros (forma parte del Sendero Europeo E7).
Tras pasar junto a la Ermita de Santa Lucía y los Molinos de Edancho, la pista asfaltada cambia de dirección y se convierte en un camino, que poco después cruza el Henares junto a una antigua fábrica de luz. El camino discurre entre el monte a la izquierda y las tierras de labor, regadas por el Canal de Mandayona, a mi derecha, hasta llegar a Villaseca de Henares, pequeña población que no alcanza la treintena de habitantes y que se rodea por el sur (por la calle Extramuros). Desde antes de llegar al pueblo destaca la silueta de su iglesia parroquial, dedicada a San Blas, de origen románico, levantada para la población campesina en los siglos XII y XIII en un pequeño alto sobre el cauce del Río Dulce, frente a Castejón de Henares; en este Castejón existía al parecer en el siglo XI una pequeña fortaleza árabe de vigilancia (donde, según algunos autores, el poeta anónimo del Cantar ubicó la primera conquista del Cid en tierras de la taifa de Toledo). De aquí además parte un ramal del Camino del Cid, “La Algarada de Alvar Fáñez”, que se dirige hacia Guadalajara. Tras la conquista cristiana de estas tierras por Alfonso VI, que carecía de medios para controlarla, sería frecuente la presencia de guerreros andalusíes de la frontera, hasta que el poder castellano se consolidó en Atienza (ya en el siglo XII), quedando Villaseca vinculada primero a esta fortaleza y pronto al Común de Jadraque.
Tras subir al pueblo para ver de cerca la iglesia (una larga nave de ábside semicircular que conserva en su interior -muy modificado por actuaciones góticas, renacentistas y posteriores- una pila bautismal románica), bajo de nuevo al camino que pronto se va a internar en la ribera del Río Dulce, donde se agradece la sombra y el frescor, el canto de los pájaros y de vez en cuando el rumor del agua. A la izquierda quedan amplios prados que aún conservan su verdor, hasta las cercanías de Mandayona.
Este pueblo, ubicado en las comarcas de la Alcarria y la Serranía, donde comienza el Parque Natural del Barranco del Río Dulce (aquí se ubica el Centro de Interpretación), es un cruce de caminos, por donde pasó la vía romana que unía a
Mérida con Zaragoza y hoy el Camino de la Lana, además del GR-10 y el itinerario cidiano.
Cruzo el Río Dulce por un puente entrando en la localidad junto a la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol, renacentista. Luego me desvío para subir a un pequeño cerrete donde se situaba un castillo, alrededor del cual se estableció el núcleo de población tras la conquista cristiana en 1121 por las tropas del obispo de origen francés Bernardo de Agén, siendo Urraca reina de León y de Castilla. Lamentablemente no quedan apenas restos de la fortaleza (algunas huellas del foso y algunos subterráneos, utilizados siglos después como bodegas), que ya era una ruina total en el siglo XVII. Desde aquí, vigilando el paso del Río Dulce, concluyo este agradable paseo.
Waypoints
Religious site
2,844 ft
Iglesia de San Pedro Apóstol
Puerta principal con los escudos de armas de los Mendoza y la Cerda, Señores de Mandayona
You can add a comment or review this trail
Comments