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Merida II

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Trail stats

Distance
6.71 mi
Elevation gain
233 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
174 ft
Max elevation
808 ft
TrailRank 
36
Min elevation
668 ft
Trail type
One Way
Time
7 hours 7 minutes
Coordinates
1057
Uploaded
October 18, 2013
Recorded
November 2012
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near Mérida, Extremadura (España)

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Itinerary description

Mérida es una ciudad de origen romano que conserva un importante Conjunto Monumental declarado Patrimonio de la Humanidad. Así mismo, su yacimiento arqueológico fruto de la ocupación estable de su solar durante más de dos mil años, sigue aportando, continuamente, información sobre el pasado de la ciudad. Fundada el año 25 a.C. por el emperador Octavio Augusto, fue capital de la provincia romana Lusitania, posteriormente del territorio hispano -Diócesis Hispaniarum- y, más tarde, volvió a ostentar esa misma función de capital en otras etapas históricas. Así mismo, conoció periodos de decadencia en los que no destacó del conjunto de villas y ciudades rurales extremeñas. En el presente su desarrollo urbanístico compatibiliza la modernización de su núcleo urbano con los restos históricos de su pasado y vive una etapa de expansión desde que fue denominada capital de Extremadura.

Esta ruta turística por Mérida nos permite conocer algunos de los edificios dedicados a espectáculos en una gran capital del Imperio Romano, así como acercarnos de forma superficial a la vida cotidiana de los primeros emeritenses y a sus formas de manifestarse ante el hecho de la muerte. La visita al Museo nos aportará las claves de una civilización que forma parte consustancial de nuestra cultura.

Les proponemos un paseo por el tortuoso callejero del casco viejo de la ciudad. Vamos a descubrir todo lo que ha venido sucediendo dentro de las murallas de la ciudad a lo largo de la historia y, sobre todo, vamos a adentrarnos en los lugares donde ha residido y reside el poder: los foros, el conventual y la plaza.

La ruta la comenzaremos en el CIRCO ROMANO y su centro de interpretación. Es uno de los circos mejor conservados del Imperio y, también, uno de los más grandiosos. Sus dimensiones lo certifican, cuatrocientos tres metros de largo por noventa y seis y medio de anchura, al igual que su cabida, que pudo ser de hasta treinta mil espectadores. Edificado en tiempo de la dinastía Julio-Claudia tuvo varias ampliaciones y restauraciones, siendo la última constatada del siglo IV d.C. Lo que demuestra que este espectáculo aún tenía una masa ferviente entre los habitantes de la ciudad y sus alrededores en un momento tan tardío.

Se construyó fuera de las murallas de la ciudad, junto a la calzada a Toledo y Córdoba, aprovechando la suave pendiente que el cerro de San Albín presenta antes de llegar a orillas del Albarregas. Forma un valle artificial drenado por atarjeas que, en la antigüedad, evitaban que éste se inundase.

Su planta es la de un rectángulo uno de cuyos extremos, el sudoriental, concluye en semicírculo. En el se ubicaba la puerta por la que salían los aurigas vencedores (porta pompae). El extremo noroccidental, el más cercano al centro de interpretación de este monumento, era rectilíneo, con los ángulos redondeados. En él se ubicaban las jaulas de salida de los carros (carceres).

Los lados longitudinales estaban ocupados por las gradas, que debieron de estructurarse de igual manera que las del Teatro. Un podio separaba a éstas de la arena. En el eje de uno de esos lados se ubicaba la tribuna, desde donde disfrutaba del espectáculo su patrocinador; en el mismo sitio, pero en lado opuesto, se encontraba la tribuna de los jueces.

La arena estaba longitudinalmente recorrida en su centro por un muro sobre elevado, la spina. Los grandes huecos que podemos observar nos recuerdan que la spina del circo emeritense estuvo decorada con obeliscos y estatuas colosales.

Después de la visita al Circo nos dirigiremos por la Calle Extremadura a la BASÍLICA MARTIRIAL DE SANTA EULALIA DE MÉRIDA Se podría considerar un núcleo muy importante del nacimiento del cristianismo en la península.

Según los investigadores, fue el primer templo cristiano erigido en Hispania tras la Paz del Emperador Constantino; esta iglesia fue por tanto edificada como basílica martirial en memoria de Eulalia de Mérida; por ello se convirtió, durante los albores de la Edad Media, en lugar de peregrinaciones que llegaban desde el Occidente Europeo y desde el Norte de África; al mismo tiempo la noticia del martirio de su titular se divulgó por todo el imperio romano y con sus reliquias se erigieron numerosas iglesias especialmente en la Europa occidental.

Siguiendo por la calle Almendralejo llegaremos al PARADOR DE MÉRIDA. Tanta historia como ha vivido Mérida guarda el parador entre sus muros. Algunos dicen, incluso, que estas o parecidas paredes fueron levantadas mil años antes de que naciera Jesucristo. Lo cierto es que este recinto fue Foro Provincial romano y templo de la Concordia de Augusto y, después, basílica visigoda. Más tarde, los moros levantaron una mezquita que fue convertida luego en parroquia de Santiago. A principios del XVIII se instaló aquí el convento de Jesús, con clara vocación hospitalaria. Se dispuso entonces el edificio de modo que los enfermos pudieran seguir desde sus camas la misa que se celebraba en la iglesia contigua, que hoy es el salón capilla en el cual hoy el huésped puede descansar, leer, tomar una copa...

Más tarde ha sido Jardín de Antigüedades, manicomio... hasta convertirse, en el verano de 1933, en Parador por pura necesidad, pues había que disponer de un lugar adecuado donde alojar a los visitantes que llegaban con motivo de la restauración de la representación de Medea.

El edificio actual conserva la estructura del convento del siglo XVIII y es un conjunto arqueológico que cuenta con elementos mudéjares, romanos y visigóticos. El hotel, su historia y su riqueza cultural son, además, un punto de partida para descubrir tanto el patrimonio de Mérida como los espacios naturales de los alrededores.

Junto al Parador Nacional se encuentra la PLAZA DE ESPAÑA. Esta plaza, de origen medieval, ha tenido a lo largo de su historia, como todas las plazas mayores españolas, dos funciones principales: la mercantil y la festiva. Por tanto, ferias, corridas de toros, teatros, mascaradas, etc. han tenido como escenario este lugar. Rodeada de soportales por tres de sus lados, alberga, actualmente, edificios de finales del XIX y comienzos del XX realmente interesantes: AYUNTAMIENTO, PALACIO DE LA CHINA, CASA DE ALONSO SEGUNDO PACHECO, FUENTE.... Así mismo, el PALACIO DE LOS VERA MENDOZA de origen medieval o la IGLESIA DE STA. MARÍA, hoy CONCATEDRAL, dan una idea de la larga trayectoria histórica de la ciudad.

El hallazgo de alguna pieza visigoda hace pensar que aquí se ubicó la famosa catedral matriz de Santa María de Jerusalén, con su baptisterio, el palacio obispal y el atrio que los unía. Lo cierto es que, reconquistada la ciudad, se erigió aquí una ermita que fue progresivamente ampliada. Hoy se nos presenta como un conjunto gótico arcaizante, es decir, un templo muy macizo y achaparrado, con sencillos pináculos en la cabecera.

La fisonomía de la Plaza, sobreelevada en gran parte, le confiere un aspecto singular. Esta estructura se la confiere la reforma efectuada a finales del siglo XIX que, además, conllevó la instalación de un elemento muy significativo: la fuente ornamental construida en Lisboa.

A finales del siglo XX, una nueva reforma peatonalizó dos de los lados de la Plaza.
En la PLAZA DE ESPAÑA destaca la presencia, en su centro, de una fuente neobarroca de mármol de finales del XIX, obra del taller lisboeta de Germano José do Salles. De un gran estanque circular emerge un pedestal con amorcillos que, montados sobre delfines, van haciendo sonar unas cornucopias.

Desde la Plaza de España nos dirigimos al PALACIO DE DIANA. En época romana este templo destacaba dentro de una gran plaza conocida como “Foro de la Colonia”. Rodeada de importantes edificios públicos, fue el centro urbanístico y el principal lugar de encuentro de los ciudadanos de Augusta Emerita. Aquí transcurría la vida política, se administraba justicia, se hacían transacciones financieras y mercantiles y se ofrecían sacrificios en honor de los dioses. El templo, flanqueado por dos estanques, se ubicaba en la cabecera de la plaza, en un espacio sagrado conocido como Temenos, donde se celebraban actos religiosos al aire libre. Delante del templo existía una tribuna pública, elevada sobre la plaza. Desde ella, las autoridades se dirigían a los ciudadanos.

El templo fue construirlo con granito procedente de canteras locales y revestido con estuco. Estuvo rodeado de columnas en todos sus lados. Estas apoyan en un podio de tres metros de altura. Mientras el templo estuvo en uso, se accedía a su interior subiendo una escalera monumental, hoy perdida.

Desde el siglo XVII, es popularmente conocido como Templo de Diana, aunque actualmente sabemos que estuvo consagrado a Roma y al Emperador.

Plaza y templo se planificaron al fundarse la ciudad en época de Augusto, siguiendo el modelo urbanístico de las nuevas ciudades imperiales. Posteriormente, en el siglo I d. C., la plaza se amplió con un segundo recinto en el que se levantó otro templo.

A finales del siglo XV, siguiendo los gustos de la época por los vestigios de la antigüedad, Don Alonso Mexía, caballero de la Orden de Santiago, construye su residencia palaciega sobre los restos del templo romano. Actualmente se conserva parte de la fachada principal del palacio renacentista. En ella, destacan una sencilla portada y una ventana decorada con reminiscencias góticas. Del interior del palacio se conserva la arquería de un patio. Fue levantada en dos pisos y aprovecha columnas y capiteles romanos, visigodos e islámicos.

En 1972 el edificio fue expropiado con la intención de recuperar el antiguo templo romano aunque, posteriormente, se decidió mantener parte del palacio por su indudable valor patrimonial. La construcción del Palacio de los Corbos, popularmente conocido como “CASA DE LOS MILAGROS”, facilitó que el templo llegara a nuestros días en un excelente estado de conservación

En la calle Santa Eulalia, justo antes de llegar a la Puerta de la Villa, se puede contemplar un tramo de una de las dos calles principales de la ciudad romana: el DECUMANUS MAXIMUS. El resto de la antigua vía transcurre bajo la actual calle peatonal hasta su punto de origen, junto al puente romano.

El DECUMANUS MAXIMUS tuvo más de seis metros de ancho para que los carros pudieran circular en doble sentido. Durante los siglos I y II sus aceras estuvieron porticadas para proteger a los peatones de las inclemencias del tiempo.

Otros restos arqueológicos se pueden visitar en la Sala anexa que recibe su nombre de esta calle.

Después se llega a la PUERTA DE LA VILLA, plaza en cuyo centro se alza una fuente con una estatua femenina de bronce. Representa a la arqueología como una mujer vestida a la usanza romana, portando un ramo de laurel en una de sus manos. La escultura es obra del afamado escultor local Juan de Ávalos. Ésta se hizo en homenaje a los arqueólogos que iniciaron las excavaciones en Mérida a comienzos del siglo XX. Si miramos al fondo, a nuestra derecha, descubrimos la presencia de otra estatua, en este caso de mármol. Es la representación ideal de la Mártir Eulalia, patrona de la ciudad. Fue realizada por otro escultor emeritense: Eduardo Zancaza.

Pocos metros más allá nos encontramos con el denominado PÓRTICO DEL FORO. Se trata de la esquina de un pórtico monumental que formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emerita. Éste pórtico fue erigido hacia mediados del siglo I a imagen y semejanza del Foro de Augusto en Roma.

Ahora desandaremos el camino para llegar al CENTRO CULTURAL ALCAZABA, en cuyo interior podremos ver restos de manzanas de la ciudad romana delimitadas por calzadas. Estas manzanas presentan una mezcolanza de estructuras de diversos momentos y con funciones diversas, así un espacio público altoimperial del que se conserva un gran estanque, posteriormente reutilizado para la edificación de unas termas.

Antes de llegar a la Plaza de España, es obligado pasar por la Plaza del Rastro, donde podemos admirar la fachada del CONVENTUAL DE LA ORDEN DE SANTIAGO. El acceso al edificio se hace a través de una portada en arco de medio punto. Al cuerpo principal de Conventual se une la torre del homenaje, un sólido cubo con un único y minúsculo vano. Adosada a ésta vemos la fachada de la que fuera la iglesia prioral, reformada para albergar un salón de actos. Este edificio es hoy la sede la Presidencia del Gobierno de Extremadura.

Junto a la Alcazaba se encuentra PUENTE ROMANO sobre el Guadiana.Su construcción está vinculada a la fundación de Augusta Emerita. Su imagen actual es el resultado de más de dos mil años de historia. Rasgos de su aspecto original se pueden observar en los tramos correspondientes al inicio y al final de la obra ya que, por una parte las grandes avenidas del río y por otra, los conflictos bélicos, han hecho necesarias numerosas restauraciones. Originalmente, la obra se realizó con varios tramos de arquerías de los que, los más próximos a la ciudad, se unían mediante un tajamar levantado aguas arriba para frenar la fuerza de la corriente.

El puente mide 792 metros de largo. está construido con un núcleo de hormigón revestido de sillares almohadillados. Consta de sesenta arcos con aliviaderos entre ellos.
Desde 1993 su uso es, exclusivamente, peatonal

Desde el puente Romano nos dirigimos por el Paseo Roma hasta el ÁREA ARQUEOLÓGICA DE MORERÍA.

La excavación del ÁREA ARQUEOLÓGICA DE MORERÍA, con 12.000 metros cuadrados de extensión, ha aportado gran cantidad de datos referentes a la evolución urbanística e histórica de la ciudad. Su situación, junto al río Guadiana, y su proximidad al puente romano, han favorecido una ocupación persistente de esta zona en las sucesivas fases históricas: romana, visigoda, islámica, medieval cristiana, moderna y contemporánea.

Además de poder conocer la evolución de un barrio desde época romana hasta la actualidad, en este recinto se encuentra el centro de Interpretación de la Vía de la Plata. Así mismo, Morería es el paradigma de la convivencia de la ciudad antigua y la contemporánea. Sobre la excavación y construido sobre micropilotes, se levanta el edificio de las Nuevas Consejerías, diseñado por Navarro Baldeweg, sirviendo de cubierta a los restos arqueológicos. Una solución integradora con elementos patrimoniales, antiguos y contemporáneos, de primer orden.

Desde aquí tenemos una magnífica panorámica del PUENTE LUSITANIA. En 1991 se inauguró este puente diseñado por el arquitecto e ingeniero Santiago Calatrava. Unas plataformas de hormigón, con una vía peatonal central, se suspenden, con tensores de acero, de un gran arco. La inauguración de este puente, permitió liberar al puente romano sobre el Guadiana del tráfico rodado.

Recorremos toda la calle Romero Leal, donde aún se conservan algunas CASONAS SOLARIEGAS DECIMONÓNICAS o de los inicios del siglo XX.

En la Calle Graciano podremos observar restos de la MURALLA ROMANA muy bien conservados y algo más adelante llegaremos a la Plaza de Santo Domingo donde visitamos EL CONVENTO DE SANTO DOMINGO. Aunque fue mandado construir por los padres dominicos en 1571, su construcción se alarga hasta mediados del siglo XVII. Actualmente se encuentra prácticamente en ruinas, destacando la fachada que se abre hacia la plaza a la que da nombre el convento.

Siguiendo por la rectilínea Calle Oviedo y junto a la Plaza de Toros de Merida encontramos la CASA DEL MITREO

Se conoce con el nombre de CASA DEL MITREO por su proximidad con los restos de un posible templo dedicado a Mitra, aparecidos en el solar ocupado por la plaza de toros. La casa, situada extramuros de la ciudad romana, se construyó a finales del s.I ó comienzos del s.II. Algunas de sus estructuras y decoraciones son de fechas posteriores dadas las remodelaciones que su uso, a lo largo de varios siglos, hizo necesarias. Sus dependencias se distribuyen en torno a tres patios que articulan la vida de la casa y le proporcionan luz y ventilación. Está pavimentada con uno de los mosaicos más interesante aparecido en la ciudad: el Mosaico Cosmológico. En él se personifica la concepción del mundo y de las fuerzas de la naturaleza que lo gobiernan, junto con alguna actividad humana.

A continuación nos encaminaremos por la Calle Ensanche y girando a la izquierda en la Calle Guardia Civil, llegaremos al El TEATRO ROMANO; se construye bajo el patrocinio de Agripa, yerno de Augusto, a caballo entre los años 16 y 15 a.C., cuando la Colonia fue promovida como capital provincial de la Lusitania. Al igual que el edificio contiguo del Anfiteatro, el Teatro se edificó parcialmente en la ladera de un cerro, lo que abarató sustancialmente los costes de su fábrica. El resto se erigió en obra de hormigón forrada de sillares. Aunque los romanos no eran muy aficionados al teatro, una ciudad de prestigio no podía dejar de contar con un edificio para los juegos escénicos. El de Augusta Emerita fue especialmente generoso en su cabida: unos seis mil espectadores. Éstos se distribuían de abajo a arriba según su rango social en tres sectores de gradas, CAVEAS SUMMA, media e ima, separados por pasillos y barreras. A todas las gradas se accedía con facilidad desde escalerillas distribuidas de manera radial por las caveas. A través de pasillos se llegaba a las puertas de acceso o vomitorios. El espacio semicircular donde se ubicaba el coro, la orchestra, luce un suelo mármol fruto de una reforma tardía. Tras la orchestra se eleva el muro del proscenio, de exedras circulares y rectangulares. Sobre él se desplegaba la escena. Originalmente era un entarimado de madera bajo el que se distribuían todos los artilugios de la tramoya.

Tras el muro del frente escénico se desarrolla un amplio jardín porticado cerrado por muros con hornacinas que fueron decoradas con estatuas de miembros de la familia imperial. En el eje de este pórtico, en línea con la valva regia y el espacio sagrado de la ima cavea, se halla la aula sacra, un pequeño espacio sagrado con una mesa de altar donde se honraba a la figura del divino Augusto.

En el extremo oeste del pórtico del Teatro podemos ver la CASA DEL TEATRO, vivienda cuyo excavador, José Ramón Mélida, creyó que las estancias dotadas de ábsides con ventanas en sus cabeceras, formaban parte de una iglesia donde se reunía una de las primeras comunidades cristianas, de ahí que la denominase “Casa-Basílica”. La entrada de la casa se encuentra al oeste y da a una calzada realizada con lastras de diorita, que discurre de este a oeste. Las fauces de la vivienda dan a una serie de estancias que se articulan en torno a un patio que estuvo porticado y en cuyo centro se aprecia aún los restos de un estanque. Algunas estancias conservan restos de mosaicos decorados con temas geométricos y de lazadas vegetales. Salvo el suelo de la zona del ábside, que posiblemente estuvo enlosado con mármol, el resto de la estancia estuvo decorada con un mosaico en el que destaca la presencia de una crátera inscrita en un cuadrado.

Junto a él se encuentra el ANFITEATRO; fue erigido en el 8 a.C. como atestiguan las inscripciones halladas en sus tribunas y sirvió de escenario para espectáculos muy populares: los juegos de gladiadores, las cacerías de fieras y la lucha entre animales salvajes en escenarios artifíciales que recreaban bosques, selvas con lagunas o desiertos, todo ello sobre las grandes tarimas de madera que formaban la arena. La cabida aproximada de este coso gigantesco era de entre quince y dieciséis mil espectadores.

Contiguo al Teatro, está separado de él por una calzada que circunda ambos edificios. Con más pobreza de medios, este edificio se alzó de manera similar a la del Teatro y, como aquel, es fruto de diversas fases. Para abaratar costes, parte del graderío se asentaba sobre cajas de fábrica rellenas de tierra fuertemente apisonada. Los paramentos eran de piedra del lugar bien desbastada. En ocasiones las tongadas de los paramentos se igualaban con verdugadas de ladrillo. En los arcos de los vanos de acceso, se utilizaban sillares presentando el característico almohadillado de época augustea. La distribución del graderío era similar a la del Teatro, aunque hoy solo se conserva bien la cavea ima y algunos sectores de la cavea media. Flanqueando las puertas de los ejes mayores, hay una serie de estancias que, o bien se usaron a modo de jaula para las fieras como de estancias donde se preparaban los gladiadores. En la arena se aprecia la presencia de un gran foso. En él se asentaban los pilares de madera que sostenían las tarimas y, bajo las cuales, se ocultaban todos los ingenios necesarios para el desarrollo de unos espectáculos tan complejos.

Fuera del recinto anterior, que engloba Teatro y Anfiteatro,y a unos pocos metros, se encuentra la CASA DEL ANFITEATRO, zona arqueológica que se encontraba fuera de las murallas de Augusta Emerita, en una zona donde cohabitaron viviendas con espacios funerarios e industriales. Engloba dos casas: la Casa de la Torre del Agua, del siglo I a.C., y la Casa del Anfiteatro, que tuvo una vida algo más longeva, desde finales de siglo III a.C. hasta inicios del V d.C.

Para terminar visitamos el MUSEO NACIONAL DE ARTE ROMANO.
Este edificio proyectado por Rafael Moneo, se inauguró en 1986 para acoger la colección más representativa de la Hispania Romana. El arquitecto, al diseñar la obra, quería sugerir al visitante el orden de las dimensiones que, en su día, tuvo la Mérida romana. En el interior, la zona expositiva se articula con una gran nave atravesada por otras paralelas que presentan un sistema de arquería de impronta clásica.

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