Mirador de la Cruz de la Cabezuela - Peñalabra - Tres Mares

Día despejado y cálido. Ruta sin dificultad técnica (si se hace sin nieve). Catalogada como moderada por la distancia y el desnivel.

Comenzamos la ruta en el mirador de la Cruz de la Cabezuela, por una pista clara. Al poco, llegamos a un giro fuerte a la izquierda. Aquí tenemos dos opciones, una la utilizamos para subir y otra para bajar. Dos caminos rodean el pico Milano. La pista que llevamos, lo bordea por la izquierda, y la utilizamos en la vuelta. Para subir, pasamos una valla y un camino claro, pero a la vista está que poco andado, rodea el pico por la derecha. Hay que pasar varias vallas, pero al final, nos juntamos con el otro camino. Vamos subiendo suavemente hasta llegar a un collado donde se acaba la pista.

Giramos a la izquierda y por una dura ladera herbosa, nos plantamos justo debajo de la proa de Peñalabra. Pero por aquí subir a la cima no se puede hacer sin escalar, por lo que rodeamos por la derecha para buscar el acceso. Un buen tramo lo tenemos que hacer sin camino claro, pero no supone ningún problema, ya que se anda bien. Al cabo de un rato, nos juntamos con la senda que sube desde Piedrasluengas, y ahora ya se anda más cómodamente. Esta senda nos conduce hasta la intersección (marcada en el track) que girando a la izquierda culmina en Peñalabra. Sin embargo, nosotros pusimos un poco de picante trepando por una canal fácil. Desmbocamos en la senda que con facilidad nos lleva hasta la cumbre.

Volvemos para atrás para continuar hasta Tres Mares. En vez de volver hasta la intersección (que es lo mejor), tiramos más recto pasando unos bloques de piedra, hasta juntarnos con la senda que nos conduce hasta el pie de la cumbre. El principio es una canal dura pero corta, para luego rodear la cima por la izquierda cómodamente. Aparecemos en la pista que viene desde el mirador del Chivo, pero la obviamos para subir directamente por la cresta hasta Tres Mares.

Ya sólo nos queda retornar prácticamente por el mismo recorrido que utilizamos a la subida, salvando el antes descrito rodeo al pico Milano.