Mirador de Olvena

Ruta relativamente sencilla en la que se asciende a un mirador natural que permite ver en su integridad el Congosto de Olvena.

Se inicia en la carretera N-123 aproximadamente en el km. 16,800 donde, junto a la carretera, existe un estacionamiento bastante largo (caben al menos 8 coches).

Desde este punto parte el sendero GR-45 que en su primera parte tiene barandillas de madera y algunos peldaños en precario estado. El sendero no está limpio del todo aunque las plantas que lo bordean e inundan son bastante agradables, parece que estemos en una "selva". Predomina el viburnum que está en plena floración y muchos arces, también alguna coscoja y aliaga pero pocas. En la parte alta hay muchos romeros, tomillos y festuca.

Pasaremos pronto por un punto en el que se observan dos rocas que sobresalen de la ladera que se asemejan a figuras humanas. Les podría llamar "el Rey y la Reina", como unas figuras de piedra que hay en la canal del Turbón.

Subimos por la senda ganando altura rápidamente, el caminito va como entallado en la roca caliza o buscando los mejores pasos ya que la verticalidad es manifiesta. Se suceden las zetas para salvar la verticalidad, el caminar es cómodo pero exigente.

Después de un buen rato habremos alcanzando una especie de collado, hay que virar a la izquierda progresando entre los pinos con pendientes más suaves pero continuas.

Finalmente saldremos a una especie de mirador - balcón natural que en invierno nos ofrece unas magnificas vistas hacia el pirineo nevado si el día está limpio. Hoy las panorámicas también son excelentes hacia el Congosto de Olvena y el embalse de Barasona, y todavía queda nieve en las montañas como para disfrutar de estas espectaculares vistas.

Desde el mirador, avanzamos unos metros y nos incorporamos a un camino forestal.

Este camino pronto se adentrará en el bosque de la cara norte de la Sierra de La Carrodilla, formado por grandes masas de pinar que se alternan con algunos robles y carrascas.

Sin entrar en el bosque me desvié a la derecha por lo que parece un sendero, pero no tardaría en darme la vuelta pues el pinar se cierra.

Regresé atrás y ví unas ruinas, en ese lugar sorprendí a una gran culebra bastarda tomado el sol sobre las vigas de la casa derrumbada.

Regresamos por el mismo sendero con cuidado porque la pendiente como dije es importante y siempre hay piedras sueltas que nos pueden dar un susto.