MIRADORES DEL ARCHIDUQUE

Nuestro objetivo con la excursión de hoy es realizar un recorrido por los Miradores que el Archiduque Luis Salvador de Austria mandó construir en esta parte de la Sierra de la Tramontana y visitar también EL Caló o Puerto de s’Estaca. Es una de las rutas de senderismo más bonitas que se pueden hacer en nuestra sierra.

Dejamos aparcado nuestro vehículo en el arcén de la derecha, viniendo desde Valldemossa, a la altura del punto kilométrico 68.6 de la carretera Ma-10 que une Valldemossa con Deiá, frente al antiguo Hotel Encinar, hoy Hotel Continental. Junto al parking del hotel hay un pequeño muro que da acceso a unas escaleras que descienden.

Tras un breve descenso llegamos al primer mirador, conocido como Mirador des Pi por el pino que ocupa la parte central y también se le llama Mirador del Niu des Corb. Este mirador ofrece magníficas vistas de Sa Foradada y de la antigua finca de s’Estaca.

Retomamos el sendero que seguíamos y al poco tiempo se bifurca en dos. Nosotros continuamos por nuestra izquierda, por el Camí de la Torre, que sigue descendiendo pegado a la pared rocosa. Pasamos por un tramo no especialmente peligroso pero que conviene prestar atención. Un cable clavado en la roca nos ayuda a superarlo.

Un poco más adelante saltamos un rudimentario botador y poco después llegamos a la zona conocida como Pedrissos de S'entreforc donde encontramos un banco de piedra y una fuente de agua seca. Un poco más abajo alcanzamos un desvío, que tomamos por nuestra izquierda, y bajando por unas escaleras llegamos a un merendero con mesas y bancos de piedra.

Retomamos el camino y seguimos descendiendo. Al poco rato tomamos un desvío a nuestra izquierda que a través de unas escaleras nos deja sobre un puente de piedra, camuflado por la naturaleza, y que lleva hasta la Capilla del beato Ramón Llull, hoy en estado ruinoso debido a un rayo que le cayó. La capilla tiene forma cilíndrica y una barandilla a su alrededor que permite maravillarnos con las vistas panorámicas que ofrece.

Visitada la capilla retrocedemos hasta el camino y continuamos descendiendo hasta una nueva bifurcación. Nosotros continuamos por el Camí de la Torre, el camino de la derecha lo tomaremos un poco más tarde cuando regresemos de ver el Mirador des Creuer. Enseguida nos encontramos con un cruce de caminos. El de la izquierda es el Camí Nou de l’Estaca, que lo cogemos, y en pocos minutos alcanzamos el Mirador que tiene forma de torre con cuatro puntas.

A continuación regresamos hasta la bifurcación que he mencionado antes y ahora continuamos por nuestra izquierda. Un poco más adelante saltamos un botador de madera y a continuación llegamos a la zona de los Pontets de la Font Coberta. Se trata de un conjunto de 21 puentes de piedra construidos para salvar un pequeño torrente que baja de la montaña y para dar acceso a otros tantos bancales.

En la parte baja del Els Pontets, vemos a nuestra izquierda un botador que da acceso a unas escaleras y a un camino que desciende en zigs-zags y luego gira a la derecha aproximándose a una pared rocosa, donde el camino se convierte en una larga escalera dividida en dos tramos y que suben por la cornisa rocosa hacia Las Coves de Ponent. En el segundo tramo de escalera a la derecha encontramos un relieve de Ramón Llull en una de las paredes. Más arriba, pasamos una vieja rejilla abierta y nos topamos de frente con un coll de tordos y detrás a la izquierda está el Mirador del Guix. A este Mirador se puede acceder fácilmente desde el Monasterio de Miramar.

Unos pocos metros más abajo, entre los olivos podemos divisar el Mirador de Sa Ferradura, al que se llega salvando una rejilla metálica. Se trata de un pequeño banco con forma de herradura de caballo. Desde aquí las vistas a la Foradada y al mar están totalmente despejadas.

Desde este mirador, nosotros optamos por regresar por el mismo camino hasta unos metros antes de llegar a las escaleras a las que se acceden desde un botador, para desviarnos a nuestra derecha en busca del Camí d’es Guix que encontramos unos metros más abajo, después de atravesar un pequeño tramo de carrizos y monte bajo. El camino que comienza como sendero, a medida que desciende se va ensanchando.

Más abajo vemos otro mirador, a la izquierda del camino y que casi pasa desapercibido, es el Mirador des Pi Sec al que se accede por un pequeño puente de madera, aunque las vistas que ofrecía en su día hoy han quedado mermadas por efecto de la naturaleza.

Continuamos descendiendo por el Camí d’es Guix y llegando casi a la costa vemos una era de carbonero y un poco más abajo al amparo de unas rocas el Merendero dels Penyals con mesa y bancos de piedra y unos metros más abajo se hallan los restos de la Casa del Garriguer.

Desde aquí regresamos hasta la era de Carbonero y tomamos el camino que sale a nuestra derecha, es el Camí de ses Vinyes. Se trata de una pista de tierra bastante cómoda y con poco desnivel. Al poco rato pasamos por una rejilla con un rudimentario botador para salvarla y un poco más adelante llegamos a un cruce. De frente continuaremos luego, ahora giramos a la derecha por una pista cementada que nos va a conducir, tras un importante descenso, hasta s’Estaca.

Caló o Port de s’Estaca es un pequeño núcleo de casitas de pescadores, todas ellas de piedra y que rodean una pequeña cala protegida por una gran roca. Actualmente estas casitas han sido rehabilitadas y se usan como residencia de fin de semana o de veraneo.

Regresamos por el mismo camino de bajada hasta el cruce con el Camí de ses Vinyes. Aquí tomamos a nuestra derecha el Camí del Caló de s’Estaca que continua subiendo, obviamos un camino de tierra que sale a nuestra derecha y que conduce a la finca de s’Estaca. Unos cuantos metros más adelante, abandonamos este camino y seguimos por un sendero que sale a nuestra izquierda, cuyo inicio está marcado con unos hitos y conocido como Camí de sa Barrera de sa Marina.

Este camino va describiendo lazadas para salvar la pendiente. En poco tiempo alcanzamos el Mirador de sa Rassa, que ofrece unas magníficas vistas de la costa. Después de recrearnos con esta panorámica continuamos ascendiendo y llegamos hasta una barrera metálica que se abre. Detrás de esta barrera continua el camino y en poco tiempo llegamos al Mirador Nou que se encuentra en muy mal estado de conservación.

Un poco antes de llegar a este mirador hay un camino a nuestra derecha
que nos va a llevar directamente hasta la carretera, pasando cerca de Can Parroquia. Es la opción más correcta.

Nosotros decidimos seguir de frente desde el Mirador Nou, buscando equivocadamente una salida a la carretera que nos dejara más cerca del punto de inicio, pero nos encontramos con un chalet en construcción con todo el perímetro vallado y como única salida la vía de entrada desde la carretera que nos vino a dejar muy cerca del punto al que hubiéramos llegado de optar por la opción correcta. Una vez en la carretera ya solo se trata de caminar por el asfalto, aproximadamente un kilómetro hasta el lugar donde hemos dejado aparcado nuestro coche y dar por finalizada esta impresionante excursión.





Los componentes del grupo hemos sido: Pepe, Salvador, Emiliano y yo (Juan González Blázquez) como guía.
Mas información en mi Blog Caminandopormallorca
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