Miravete por el embudo de los Ramos

Para hacer esta ruta he estudiado los tracks de Pedro Albadalejo y de Anthercas y por supuestos las sendas y trazas que en se aprecian en los mapas tanto en papel como digitales. A partir de ellos he realizado una combinación que ha dado por resultado el actual recorrido que, creo, ha resultado muy satisfactorio. Una zona que desconocía y que tenía pendiente de reconocer. También me ha permitido, la realización de esta ruta, conocer a un nuevo amigo y muy buen guía, Pepe Lozano. Quien nos facilita a través de su perfil en wikiloc la oportunidad de conocer nuevos y espectaculares lugares de nuestra sierra cercana y asombrarnos de los tesoros de nuestro entorno.

SOBRE LA RUTA

La salida se hace desde el campo de fútbol y de la fábrica que está más pegada a la montaña. Enseguida encontramos una intersección en la que tomamos la senda más que evidente que sale a la derecha en dirección a la primera loma que nos ofrece un estupendo mirador. Tras unos instantes de observación continuamos ascendiendo por la misma senda denominada el Embudo, desconociendo si dicha término es topográfico o, simplemente se le ha puesto por los senderistas que por allí han pasado como consecuencia de la orografía que ofrece esta de subida. Una recta que permite ascender unos 330 metros de desnivel constante en sólo 2,5 km. Hasta situarnos en la misma cresta de la sierra y en el paraje denominado Las Majadas. En la subida ignoraremos una senda que a izquierda nos dirigiría a nuestro ruta de vuelta.

Desde aquí nos dirigimos en dirección suroeste hacia la cumbre del Miravete. Pasando antes por una balsa de riego cuyo tamaño y a la altura en la que está situada nos permite tomar unas fotos impresionantes. Y más con la luz del atardecer, las nubes en el cielo y la línea sin fin de toda la sierra, con el monolito inconfundible de la Panocha en el horizonte.

Tras recrearnos en las vistas de la ciudad, sus pedanías y su extensa y maltrecha huerta sembrada de construcciones familiares que intoxican un paraje que bien debía de haber sido causa de protección, volvemos sobre nuestros pasos y a kilómetro tomamos en dirección sur, ignorando previamente la senda que nos llevaría al mismo punto de encuentro. Nosotros optaríamos por un bonito cresteo que bien mereció la pena. Pasando por un puesto de cazadores pero disfrutando de un firme salvaje pero agradecido.

Ya en la senda la seguimos hasta encontrarnos con una pista evidente aunque con los signos de abandono típicos por su falta de uso. La seguimos en dirección noroeste y en la primera intersección que nos encontramos la abandonamos para tomar la de la izquierda y que, manteniendo el mismo rumbo, nos permitirá pasar por la curiosidad de una moto marca Bultaco abandonada y en posición vertical que, como es lógico, llama nuestra atención. A partir de aquí iniciamos una pequeña subida hasta el alto del paraje denominando Peñarroya, pasando por una nueva balsa e iniciando descenso por una pequeña zona que, sin senda alguna, nos obliga a descender monte a través sin mayores dificultades. Tan sólo prestando la atención típica que nos impida tener algún resbalón sin consecuencias.

Continuamos ruta en dirección noroeste hasta llegar a una nueva intersección que, a izquierda nos llevaría a nuestra ruta de subida y a derecha, por donde vamos, nos permitirá andar por las colinas que completan esta singular sierra. Con barrancos profundos y seguramente intransitables, pero con un aspecto atrayente aunque, a estas horas nocturnas, algo peligrosos. Durante la bajada hacemos una pausa en una pequeña colina que nos permite observar ahora toda la noche sobre la ciudad, ofreciendo una bella imagen que nos permite estar agradecidos por la buena tarde que estamos disfrutando.

Tras este momento de contemplación continuamos nuestro descenso hasta nuestro punto de inicio. Satisfechos por haber descubierto un nuevo paraje de nuestra sierra y por haber disfrutado de una muy agradable compañía.