Moguer-Convento de la Luz- Lucena del Puerto

--Moguer-Convento de La Luz-Lucena del Puerto (14.11.19).
Salimos al Oeste de Moguer, en dirección al río Tinto. Hay una senda, al margen de la que te lleva al Puerto de Moguer, que sale también al río. Nosotros seguimos esta última. Hay que tener cuidado porque no todas lo hacen, toda vez que se meten terrenos privados por medio. Bajando por la senda, encontrarás una carretera que va de la depuradora a la A-494 (San Juan del Puerto-Moguer). Paralelo a esa carretera va un sendero de tierra con una valla de madera. Nosotros seguimos ese sendero en dirección a la A-494, buscando el polígono industrial La Jara. El camino se llama “Senda de la Marisma”. El trayecto es bonito, con vegetación típica de marisma, aunque por esto mismo es muy despejado, por lo que recomiendo hacerlo en una época en la que el sol no castigue demasiado. Por fortuna, el tiempo nos acompañó durante el recorrido: cielo encapotado y ligeras lloviznas de vez en vez.
Al llegar a la A-494, la Senda de la Marisma se pierde, hay un camino a la derecha que te manda a Moguer (2’5 kms), ideal para una ruta circular. A la izquierda, entre las cañas, hay un panel informativo con el recorrido de la Senda de la Marisma (13’5 kms). En este punto, nos encaminamos al polígono La Jara, justo enfrente de donde nos encontramos, pero para llegar hasta allí necesitamos caminar un pequeño tramo por la carretera A-494, en dirección a San Juan del Puerto. Luego, el camino sigue por la A-496 en dirección a Lucena del Puerto, siquiera unos metros, ya que de inmediato vemos la carretera de acceso al polígono la Jara, semidesierto, suntuoso, exponente de la época del boom inmobiliario, y hoy venido a menos. A la entrada volvemos a ver un cartel que vuelve a recordarnos que estamos cerca de la Senda de la Marisma. Bordeamos el polígono por un caminito que rodea a las naves, en dirección a la parte alta, hasta cruzar con un camino que pasa por la Finca los Abuelos y vuelve a salir a la carretera A-496. Este mismo camino, en dirección contraria, lleva a Moguer (una alternativa para los que no quieran ir pegados al río). Como indicaba, seguimos este camino hasta su desembocadura en la A-496, el punto que puede serviros de referencia es su intersección con el Arroyo Valbuena.
En el Arroyo Valbuena, volvemos a recuperar la Senda de la Marisma. Subimos todo el sendero hasta llegar primero a unos olivares, donde vimos que el recorrido se interrumpía con un vallado, y luego volvimos sobre nuestros pasos y subimos hasta la finca Valbuena, donde el sendero muere por otro vallado. Nos encontrábamos muy cerca del Convento de la Luz, pero los propietarios han vallado la Senda de la Marisma ante la dejadez de la Administración, con lo que no tenemos acceso. De seguro que algunos representantes políticos se han fotografiado en el inicio de la senda, junto al río, para proclamar su apuesta por el desarrollo rural y la rehabilitación de senderos y espacios verdes y luego no hacen nada contra los usurpadores de los caminos públicos. Un lugareño asegura que el Ayuntamiento, cuando organiza rutas populares, solicita a los propietarios de las fincas que abran las puertas. Y yo me pregunto: ¿qué necesidad hay de que abran las puertas de unos caminos públicos cuando deberían estar siempre de par en par? Lo peor es que, si saltas, debes sortear la amenaza de los perros y de los propietarios, que te coaccionan con llamar a la Guardia Civil. Qué triste querer disfrutar de tu entorno, del contacto con la naturaleza, de los viejos caminos que enlazaban los pueblos, de los antiguos pasos ganaderos, y observar cómo los propietarios, en la mayoría de los casos, han vallado los accesos, usurpado los espacios de todos, ante la inacción de nuestras administraciones.
Así las cosas, regresamos a la carretera A-496, seguimos por la vieja carretera, que discurre en paralelo, hasta el kilómetro 5 de la A-496, donde hay un acceso al Convento de la Luz, usado en la actualidad para celebrar eventos. Rodeamos el convento, en la parte posterior, en el interior de un patio, hay una familia que guarda el convento. Pese a pedirlo de forma amable, nos dijo que no podíamos ver el convento por dentro y que saliéramos del patio. Ni siquiera me dejó echar una foto. ¡Menudo día! Tan difícil es habilitar un horario para que los Bienes de Interés Cultural estén abiertos al público. Y lo digo con conocimiento de causa, pues ya con anterioridad había hecho indagaciones para tratar de visitar el interior del convento. En el exterior, volví a ver un panel informativo que, con alharacas, volvía a informarme de la Senda de la Marisma. La funcionalidad de una senda o de una carretera es comunicar un punto con otro; pero, si está cortada, la senda o la carretera acaban perdiendo su esencia más íntima, su razón de ser.
Volvimos sobre nuestros pasos hasta la vieja carretera y salimos a Lucena. Reseñar que la vieja carretera vuelve a perderse a unos 400 metros del pueblo, con lo que el último tramo hay que hacerlo, con el consiguiente riesgo para nuestra integridad física, por el estrecho arcén de la A-496. El trayecto estaba calculado para unos 14 kilómetros; pero, debido a los cortes, acabamos haciendo unos 23 kilómetros. Salimos a las 09.00 h de Moguer y llegamos a Lucena a las 15.00 h.