Mojácar Playa - Mojácar Pueblo.
near Mojacar Playa, Andalucía (España)
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Itinerary description
Agradable paseo desde la playa de Mojácar hasta lo más alto del pueblo. Si bien no llegamos hasta el castillo por tema de tiempo pero no hay ningún problema en hacerlo.
Cómo anécdota del pueblo, nos encontramos con la cueva de Mariquita la Posá. Con su curiosa leyenda de que se desposó con un viejo alquimista porque llegó al pueblo una epidemia de peste. Ella pensó que casándose con él, podría combatir la epidemia... Y allí habita el espíritu de ambos.
Quizás estemos ante el pueblo más bello de la provincia; quizás el más exótico; quizás el que mejor ha conservado su fisonomía moruna; quizás...
Sin más quizás, lo cierto es que Mojácar, pueblo situado en la costa levantina almeriense, es un bellísimo pueblo que en muchos detalles de su arquitectura parece de otra época y de otra cultura; que posee numerosos encantos y atractivos turísticos, como su paisaje y sus playas; que merece la pena visitarlo y disfrutarlo.
Historia
El antiguo emplazamiento de la ciudad estaba en un cerro próximo al mar, llamado Mojácar la Vieja.
Para algunos historiadores fue la antigua ciudad ibérica de Meschech o Mastia; de igual modo acogió a fenicios, cartagineses y romanos. La nueva ciudad se llamó Murgis-Akras, "Murgis en las alturas", luego pasaría a llamarse Mucacra, Mosaqar y Moxacar. Estuvo en la frontera entre dos provincias romanas, la Bética y la Tarraconense.
En los primeros años del siglo VIII, perteneció a la cora de Tudmir. A lo largo del Califato de Córdoba se mantuvo fiel a las autoridades califales y, cuando se produjo la desmembración de éste, fue conquistada por el sultán sevillano Al-Mutamid. Durante el periodo nazarí fue también frontera entre el Reino de Granada y el de Murcia.
Cuentan que el 10 de junio de 1488, los Reyes Católicos, que estaban en Vera, enviaron al capitán Garcilaso de la Vega para hablar con el alcaide de Mosaqar Alabez, éste le hizo ver que era tan de esta tierra como él y que en vez de enemigo lo tratara como hermano y le permitieran seguir trabajando sus tierras. La petición le fue aceptada y moros y cristianos siguieron conviviendo.
Con las revueltas moriscas de 1568-1570, al futuro marqués de Torrealta se le propuso convertirlo en rey por los rebeldes si se unía a la contienda a lo que éste rechazó. De Mojácar no fueron expulsados los moriscos.
Entre los siglos XVI al XIX, estuvo amurallada y aún se conserva la única puerta que tenían sus murallas.
El símbolo de la ciudad, el Indalo, se tomó de una de las figuras de la Cueva de los Letreros de Vélez-Blanco. Se ha convertido también en símbolo de toda Almería.
A partir de los años 60 se convirtió en un lugar turístico por excelencia de músicos, pintores y artistas en general, lo que hizo que se potenciara la villa como centro turístico y a pasar de la especulación y destrozos del paisaje ha sabido conservar ese sabor a ciudad árabe perfectamente entroncada en el paisaje.
Cómo anécdota del pueblo, nos encontramos con la cueva de Mariquita la Posá. Con su curiosa leyenda de que se desposó con un viejo alquimista porque llegó al pueblo una epidemia de peste. Ella pensó que casándose con él, podría combatir la epidemia... Y allí habita el espíritu de ambos.
Quizás estemos ante el pueblo más bello de la provincia; quizás el más exótico; quizás el que mejor ha conservado su fisonomía moruna; quizás...
Sin más quizás, lo cierto es que Mojácar, pueblo situado en la costa levantina almeriense, es un bellísimo pueblo que en muchos detalles de su arquitectura parece de otra época y de otra cultura; que posee numerosos encantos y atractivos turísticos, como su paisaje y sus playas; que merece la pena visitarlo y disfrutarlo.
Historia
El antiguo emplazamiento de la ciudad estaba en un cerro próximo al mar, llamado Mojácar la Vieja.
Para algunos historiadores fue la antigua ciudad ibérica de Meschech o Mastia; de igual modo acogió a fenicios, cartagineses y romanos. La nueva ciudad se llamó Murgis-Akras, "Murgis en las alturas", luego pasaría a llamarse Mucacra, Mosaqar y Moxacar. Estuvo en la frontera entre dos provincias romanas, la Bética y la Tarraconense.
En los primeros años del siglo VIII, perteneció a la cora de Tudmir. A lo largo del Califato de Córdoba se mantuvo fiel a las autoridades califales y, cuando se produjo la desmembración de éste, fue conquistada por el sultán sevillano Al-Mutamid. Durante el periodo nazarí fue también frontera entre el Reino de Granada y el de Murcia.
Cuentan que el 10 de junio de 1488, los Reyes Católicos, que estaban en Vera, enviaron al capitán Garcilaso de la Vega para hablar con el alcaide de Mosaqar Alabez, éste le hizo ver que era tan de esta tierra como él y que en vez de enemigo lo tratara como hermano y le permitieran seguir trabajando sus tierras. La petición le fue aceptada y moros y cristianos siguieron conviviendo.
Con las revueltas moriscas de 1568-1570, al futuro marqués de Torrealta se le propuso convertirlo en rey por los rebeldes si se unía a la contienda a lo que éste rechazó. De Mojácar no fueron expulsados los moriscos.
Entre los siglos XVI al XIX, estuvo amurallada y aún se conserva la única puerta que tenían sus murallas.
El símbolo de la ciudad, el Indalo, se tomó de una de las figuras de la Cueva de los Letreros de Vélez-Blanco. Se ha convertido también en símbolo de toda Almería.
A partir de los años 60 se convirtió en un lugar turístico por excelencia de músicos, pintores y artistas en general, lo que hizo que se potenciara la villa como centro turístico y a pasar de la especulación y destrozos del paisaje ha sabido conservar ese sabor a ciudad árabe perfectamente entroncada en el paisaje.
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