MOLINOS-CUEVAS DE CRISTAL Y BATICAMBRAS (circular por Terurel)

Marcha realizada el sábado 1 de mayo de 2010
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Para coger la senda adecuada, primero hemos de cruzar todo el pueblo de Molinos por la misma carretera de entrada al pueblo, hasta que nada más salir del pueblo y dejar unas cuantas huertas a la derecha y pasar el arroyo de las huertas por un puente de piedra. Aquí la carretera continúa por la izquierda, mientras que nosotros seguimos de frente, ahora por una pista asfaltada el primer tramo, que transcurre por una amplia vega con fincas y un arroyo a la izquierda y una zona elevada a nuestra derecha que según el mapa se trata del Lecinar. Por el mapa nos damos cuenta también que vamos por un GR. Desde el pueblo hasta el primer cruce mantenemos el mismo camino durante un par de kilómetros y medio. Al llegar aquí, el camino se bifurca en dos. De frente por una senda llegaríamos a las cuevas de Baticambras, cosa que haremos a la vuelta. Por eso, tomaremos a la izquierda para en poco más de medio kilómetro plantarnos en las cuevas de Cristal, que son visitables con un guía que las explica “de aquella manera”. Desde aquí, decidimos hacer una circular para poder apreciar un poco más la zona y el paisaje. Para ello, seguimos un kilómetro con rumbo sur, y por un barranco muy bonito que ascendiendo poco a poco, nos saca a una altiplanicie en la que tomamos una amplia pista de tierra con dirección noreste. La pista mantiene el mismo rumbo durante poco más de dos kilómetros y medio, para llegar a una pronunciada curva a la izquierda con ligera bajada, que nos pone por la misma pista de vuelta hacia el cruce a la cueva de Baticambras. Para ello, tendremos que caminar algo menos de tres kilómetros, haciendo un pequeño desvío antes a una zona que nos llamó la atención y que no supuso mucho retraso. Al llegar al cruce inicial, ahora sí lo seguimos para poder acercarnos hasta la cueva de los murciélagos, y a la que después de acercarnos lo más posible pudimos comprobar que las dos entradas que tenía estaban protegidas por una verja metálica, por la que de vez en cuando salía y entraba algún murciélago. Desde dicho cruce hasta las cuevas poco más de un kilómetro, que habrá que hacer de vuelta, para por la misma pista de llegada hasta aquí, aunque ahora con rumbo norte, volver al pueblo en poco más de tres cuartos de hora.