Molinos del Odiel
near Sotiel Coronada, Andalucía (España)
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Itinerary description
Molinos del Odiel, en Sotiel Coronada, provincia de Huelva.
Tras abandonar la carretera nos adentramos en una suerte de paisajes donde se hacen fuertes los eucaliptos y los pinos en las zonas más elevadas y los acebuches en las márgenes fluviales. En el sotobosque están representadas todas las variedades nobles y menos nobles del bosque mediterráneo como el madroño, el mirto, la retama o la torvisca, pero también las plantas olorosas, cosméticas y medicinales como el romero, la jara pringosa o el cantueso. A las zonas más altas se agarraban las retamas cubiertas de flores amarillas.
Vigilante en todo momento el Odiel se retuerce tormentosamente formando meandros que se encajan en la roca madre. Las aguas, poco abundantes, dejan ver las grandes crecidas en su lecho mayor y las piedras más duras quedan como testigos de su forma agresiva de pulir. Pero no destaca este río por su caudalosidad o longitud, sino por recibir aportes de riberas y barrancos con aguas de colores, pues el mineral sobre el que circula el líquido elemento condiciona su pigmentación.
Si las aguas lavan manganeso llegarán con colores turquesas y si circulan sobre piritas con colores amarillentos o rojizos.
A lo largo de la travesía se pueden observar elementos patrimoniales de primera categoría como los molinos hidráulicos que antiguamente se utilizaron para moler el trigo y que actualmente permanecen en sus orillas como testigos de aquella grandeza.
Otro de los signos identitarios de las márgenes del Odiel es el patrimonio minero o arqueología industrial como el de las minas Tinto Santa Rosa y la Calañesa.
Tras abandonar la carretera nos adentramos en una suerte de paisajes donde se hacen fuertes los eucaliptos y los pinos en las zonas más elevadas y los acebuches en las márgenes fluviales. En el sotobosque están representadas todas las variedades nobles y menos nobles del bosque mediterráneo como el madroño, el mirto, la retama o la torvisca, pero también las plantas olorosas, cosméticas y medicinales como el romero, la jara pringosa o el cantueso. A las zonas más altas se agarraban las retamas cubiertas de flores amarillas.
Vigilante en todo momento el Odiel se retuerce tormentosamente formando meandros que se encajan en la roca madre. Las aguas, poco abundantes, dejan ver las grandes crecidas en su lecho mayor y las piedras más duras quedan como testigos de su forma agresiva de pulir. Pero no destaca este río por su caudalosidad o longitud, sino por recibir aportes de riberas y barrancos con aguas de colores, pues el mineral sobre el que circula el líquido elemento condiciona su pigmentación.
Si las aguas lavan manganeso llegarán con colores turquesas y si circulan sobre piritas con colores amarillentos o rojizos.
A lo largo de la travesía se pueden observar elementos patrimoniales de primera categoría como los molinos hidráulicos que antiguamente se utilizaron para moler el trigo y que actualmente permanecen en sus orillas como testigos de aquella grandeza.
Otro de los signos identitarios de las márgenes del Odiel es el patrimonio minero o arqueología industrial como el de las minas Tinto Santa Rosa y la Calañesa.
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