Moncayo circular. P. Nt. Moncayo.

Preciosa y espectacular ruta por una de las montañas más míticas de Aragón y Castilla y León, ya que hace limite con Zaragoza y Soria (siendo el techo de ambas provincias), con sus 2315 msnm famosa por los fuertes vientos que la azotan y su bella forma.

La ruta comienza en un parking que hay en la pista forestal que da acceso al parque natural, el último parking, antes de llegar al Santuario-refugio de Nuestra Señora del Moncayo. Desde ahí seguimos el camino en dirección al Santuario, al que llegamos muy pronto, una vez en el santuario ya vemos los carteles y balizas indicativas de la ruta, no tiene perdida y está perfectamente indicada, por lo menos hasta la cima. La subida es en constante y moderado ascenso, sin apenas tregua, pero el esfuerzo es recompensado con las maravillosas vistas que tenemos y al principio del bello pinar de Pino Silvestre que nos acompaña. Según tomamos altura el pinar desaparece y ya podemos contemplar el Circo de San Miguel. La senda está muy bien trazada, con muchas “zetas” que facilitan el ascenso y poco a poco tomamos altura rápidamente y cuando nos vamos a dar cuenta estamos en el Collado del Moncayo, desde donde ya vemos muy cerca al Moncayo, ya casi en un llaneo, pero primero pasaremos por el Cerro de San Juan, y unos metros más adelante el Moncayo. Una vez en cumbre, si el viento lo permite, podremos disfrutar de las estupendas vistas que nos ofrece tan maravilloso mirador. Para volver lo haremos por el Collado de Castilla, uno de los collados más bonitos que he visto... Para ello seguiremos una senda, algo difusa, marcada con hitos de piedra, que en multitud de “zetas” y en fuerte descenso, por una pedrera, te conduce al collado. Una vez en el collado, en primavera colmado de Piorno y su peculiar aroma, seguiremos la senda, casi oculta por el Piorno que nos lleva en suave descenso hasta un cruce de caminos (marcado con waypoint) que giraremos a la derecha y nos adentra en un bello pinar, que luego atraviesa una enorme pedrera, pero con senda definida, hasta que llegamos de nuevo a otro pinar que pronto se mezclará con bellas hayas y en cómodo paseo nos conducirá al parking donde hemos dejado el coche.
¡Recorre el camino y que la única huella que dejes sea la de tu bota!