Moncayo tres cumbres

Ascensión a las tres cumbres principales del moncayo cresteando la sierra.
Bonita excursión por parajes variados y mucho más solitaria que la ascensión habitual desde el santuario.
Se deja el coche en el parking que hay antes del santuario y se sube caminando hasta el mismo santuario. Se toma el camino de ascensión al Moncayo, pero a los pocos metros se toma el desvío (señalado) a mano izquierda que nos lleva al collado de Bellido. Este tramo es muy bonito, entre bosques por un sendero que nos deja muy buenas vistas del valle. Pasaremos por un manantial que siempre lo he conocido con agua. En el collado de Bellido nos encontraremos en un paraje precioso, praderas de altura, las peñas de Herrera a un lado y la cima de Lobera al otro. En este punto se toma a la derecha en clara ascensión por todo el cordal de la sierra. No hay un camino evidente, pero no tiene pérdida, siempre para arriba, al punto más alto, la cima de Lobera, que nos regalará unas vistas increíbles. Seguimos el cordal en descenso para superar el collado y ascender al pico Morca. De nuevo grandes vistas sobre el valle y el propio Moncayo que ya lo tenemos cerca. Siguiendo la cresta nos toparemos con el camino tradicional que sube desde el santuario y seguramente con un gran número de excursionistas. Llegamos al Moncayo propiamente dicho. En este punto se nos echa la niebla encima que todo el día llevaba amenazando.
Para bajar, seguimos la misma dirección, en este caso en un descenso entre piedras hacia en barranco de Castilla. En esta bajada cuidado con las rodillas y tobillos ya que es entre piedras sueltas, sin un camino muy definido, pero sin ningún tipo de pérdida.
Al llegar al collado, se puede subir a la cima de Negrilla, cosa que no hicimos nosotros. Tomamos a la derecha, por detrás de los árboles, un pequeño sendero que desciende al valle. Junto a un mojón hecho con piedras amontonadas, sale un sendero a la derecha horizontalmente entre pinos. lo tomamos y a media ladera nos va llevando de regreso. En esta parte nos encontrábamos en medio de una espesa niebla, pero os aseguro que las vistas son espectaculares. En esta zona hay restos del caza americano que se estrelló hace ya años. Atravesamos un canchal de piedras y rocas que a ratos se puede hacer incómodo, pero que no es nada exigente. Para finalizar, un pequeño descenso nos lleva hasta el mismo aparcamiento.

En días de verano llevar agua y gorro ya que toda la cresta es muy expuesta.