Montañas: Coruja - Los Rostros - El Rodeo - De Las Nueces 20112020

Otra visita pendiente: La Montaña de El Rodeo y, como a todas las que organizo, le añado complementos para hacer la jornada mas interesante.
Partiendo de la parada de guaguas de Mancha Blanca, cogí dirección a Tinguatón con la idea de buscar un desvío que aparece como calle Frasquita Duarte en el Google Maps, lo encuentro y transito por esta calle hasta alcanzar la carretera asfaltada que atraviesa Hoya de la Perra. Después de un rato de andar por ella cojo el desvío que me permitirá circundar el grupo de montañas que conforman las Montañas Coruja y de los Rostros, primer objetivo de la jornada.
Por este camino continúo hasta el desvío que permite el ascenso a la Montaña Coruja; la subida no es pesada y te acerca al cráter ya erosionado, difuso. Un rato de observación de las fincas de la zona, Tinguatón y Montaña Blanca y reando el sendero hasta alcanzar el camino y continuar por nuestra senda.
Ya en camino y después de pasar una pequeña loma, empezamos a visualizar el siguiente saltito hasta la montaña de Los Rostros. Esta tiene la ladera cubierta de corralitos para las parras y en frente, a la derecha del camino, Caldera Blanca y La Caldereta. La zona recibe el nombre de Los Rostros, no sé que fue primero, la montaña o las fincas que las rodea. Como antes, me desvío por el camino que me llevará hasta el cráter de Los Rostros y, como antes, después de un rato de observación regreso al camino. En este caso “la colonización” del cráter es mas evidente y mas lograda, casi toda la superficie esta llena de parras y de cartelitos incitandote a no pasar.
De vuelta al camino reiniciamos la andadura, ahora con mas cuidado; no está tan claro y en algunos tramos el sendero es estrecho. Bordeamos la montaña y alcanzamos una caldera mucho mas hundida que las que la rodean, la Caldereta Gramo de Oro. Es curioso observar lo “ahogada” en lava que parece, escondida ante la majestuosa visión que empieza a aflorar del Parque Nacional de Timanfaya.
Impactado, continuo por el sendero observando ese inmenso mar de lava que se detiene a la falda de la montaña, tratando de no quemar las palmeras que crecen desafiantes.
Continuo siguiendo la estela del sendero y ya en busca del camino que me llevara al siguiente objetivo, la Montaña de los Rodeos. Un tiempo después se alcanza una finca justo en donde se “juntan” las dos montañas que he visitado y se visualiza el camino de acceso hacia la Montaña de el Rodeo, tiene hasta una especie de entrada que parece darte la bienvenida.
El camino de acceso es casi una linea sobre las lavas y conduce al pie de la Montaña de El Rodeo, al llegar escogemos el camino de la derecha y por él nos vamos. Seguimos en el Parque Natural de Los Volcanes y con las vistas inigualables de las calderas, Santa Cartalina, Escondida, La Cazaoleta, Pico Partido, El Señalao y la de Rilla, todas ante tus ojos.
Recuerdo entonces aquello que escribió el cura de Yaiza: "El 1º de Septiembre (de 1730) entre las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días. Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría más que como la miel."
Avanzamos por el lado derecho de la montaña, cara a Timanfaya, y llama la atención la cantidad de senderos que transitan por la Montaña, me cruzo con varios grupos de ciclistas, un corredor y dos caminantes. Se observa que en la cima de la montaña también se mueve gente; !a El Rodeo la rodea mucha gente!
Llego a una bifurcación y decido coger el camino que asciende sin tenerlo muy claro, y a medida que avanzo por él y contemplo el otro me doy cuenta que éste último conduce a la Caldera de Rilla e inmediatamente empiezo a maquinar una segunda parte con ese destino.
Una rato de andadura y se llega al final de la loma que hace de cola de la montaña, se podría avanzar por ella pero lo dejo para la segunda parte, continuo por el sendero que gira siguiendo el perfil de El Rodeo y busco ahora alguna señal que me indique la vereda sobre la lava hasta el volcán de Las Nueces. Cuando creo encontrarla me voy a por ella, al principio titubeando pero luego me doy cuenta que el sendero está casi señalizado por “mojones” de piedra y por alguna flecha dibujada con rocas. Una vez que le coges el truco al camino, el andar sobre lava se suaviza y se pierde esa inquietud que te genera el caminar por un camino irregular como es la lava.
Llegué al volcán de Las Nueces, otro objetivo cumplido, y como en los anteriores, después de un rato de observación y de varias fotografías rehago el camino hasta El Rodeo. Bajar del volcán costó un poco porque perdí la senda de subida pero después de un rato de trayectoria irregular y valiéndome de la imagen grabada en la aplicación conseguí alcanzar la senda y encauzar el regreso.
De nuevo en El Rodeo y por el sendero que lo circunda a la busca del camino que une esta montaña con la dupla Rostros - Coruja. Alcanzada la montaña Coruja la bordeo hasta el aparcamiento próximo a Tinguatón y de ahí a Montaña Blanca. Toca esperar la guagua que me traslade a Arrecife y de ahí a casa.