MONTE ARABÍ.

RUTA REALIZADA EL 17/04/2019.
“La altura de su cumbre, lo agreste de sus hondonadas, y lo imponente de sus cinglas desgajadas, rotas y llenas de cavidades y abrigos, hubieron de llamar la atención de los primitivos, y fueron sus lomas suaves, asiento de pueblos, y sus rocas, lugar de santuarios, y sus cinglas, atalayas magnificas y puntos de segura defensa.”  Cayetano de Mergelina, 1922 
El Monte Arabí destaca del resto de sierras y montañas de los alrededores por su peculiar modelado geológico. El modelado Kárstico y la erosión del agua y viento, han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Es la montaña mágica de Yecla, un lugar muy rico en yacimientos y restos arqueológicos de todo tipo y con una flora y fauna de gran valor. Ha sido propiedad de varios particulares, el último de ellos D. Francisco Galán Giner, doctor en medicina de Elche, que a finales del siglo XIX lo vendió al Ayuntamiento de Yecla y en 1998 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El dosel vegetal está dominado por el pino carrasco (Pinus halepensis), que se encuentra por todo el monte. Todavía se encuentran encinas, sobre todo en umbrías, a las que acompañan numerosas especies de flora, algunas de ellas endémicas. Otro de los aspectos interesantes del Arabí es la abundancia y variada fauna que alberga. Además de numerosos invertebrados, reptiles y mamíferos, el paraje sobresale por la elevada riqueza ornítica que cobija, siendo probablemente una de las zonas con mayor diversidad de aves de todo el Altiplano Jumilla-Yecla.
CÓMO LLEGAR: Por la A-31 dirección Albacete, después de pasar el túnel de Villena, salda por la nº 178B para incorporarse a la N-344 dirección Caudete/Yecla. A la salida de Yecla incorporarse a la RM-404 dirección Fuente Álamo, seguir hasta pasar el km 15 donde veremos un gran cartel del Monte Arabí, tomar el camino de la derecha en dirección a la Casa de Don Lucio, y a la izquierda a la Casa del Guardia. Aparcar junto a las barreras.
COMPONENTES: VICENTE, TONI ALMELA, PELEGRIN, CERVERA, TELE, CERVERETA, ASENCIO Y MANOLO PERAL.
ITINERARIO: INICIO /ÁREA RECREATIVA / CASA DEL GUARDA / IZQDA. / IZQUIERDA / CHARCA-1 / CHARCA-2 / CIMA DEL MONTE ARABÍ / DCHA-BAJADA / IZQ+DCHA. BRUSCO / ZONA PTA. IGLESIA / CUEVA HORADADA / PINTURAS RUPRESTRES/ ESCALERAS / MIRADOR / IZQ. / PETROGLIFOS-CAZOLETAS / RECTO / FINAL.
RECORRIDO: CIRCULAR.
AGUA POTABLE EN RUTA: NO.
DISTANCIA: 7,8 KM.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 03:30 HORAS.
ALTURA MÁXIMA: 1.067 M. (Cima Monte Arabí)
ALTURA MÍNIMA: 806 M.
DESNIVEL POSITIVO: 325 M.
DESNIVEL NEGATIVO: 330 M.
DIFICULTAD: MODERADA.
LA RUTA: Hoy toca desplazamiento con los amigos veteranos, nos vamos a Yecla, al Monte Arabí, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1998, como manifestación de arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica.
Hace un día gris que acortará las panorámicas pero es ideal para caminar. Iniciamos desde la barrera que impide el paso a vehículos, por el ancho camino que pasa junto al Área Recreativa, por debajo de un enorme pino.
En una pequeña elevación y entre frondosos pinos se distingue la Casa del Guarda a la que nos vamos acercando. Aunque está cerrada, su ubicación es magnífica, con grandes estancias y de una limpieza exquisita.
Por su parte trasera, tomamos un sendero no balizado por la izquierda. Marcharemos paralelos al Monte Arabí, que tiene la forma de una cuña alargada, para ir subiendo por su parte menos inclinada y asequible.
Pronto pasamos por dos charcas artificiales separadas a poca distancia una de otra. Es un proyecto del ayuntamiento de Yecla que pretende favorecer las poblaciones de anfibios, el grupo de vertebrados más amenazado del planeta.
Mientras caminamos acercándonos al punto de contacto con la sierra para comenzar la subida, comentaremos algunas de las leyendas del Monte Arabí y la Cueva del Tesoro, se dice que su interior está custodiado por vigilantes armados.
Se dice que allá por el siglo XIX, llegaron al lugar dos hombres a caballo, pidiendo a los labradores de la zona que cuidaran de las monturas hasta su vuelta. Pasados tres días, los hombres volvieron del monte cargados con unos sacos, cuyo contenido se ignora. Se marcharon, no sin antes agradecer a los labradores su cuidado con unas piezas de oro…
El sendero se abre paso entre el poblado pinar, zigzagueando por rampas y cuestas de un nivel moderado, pero sin dejar de subir progresivamente. El sotobosque del pinar está compuesto en su mayoría por matorral de esparto.
Pronto tenemos a la vista el vértice geodésico sobre un montículo de grandes rocas redondeadas y ennegrecidas por la erosión, los pinos se quedan atrás y solo alguna encina o pequeñas carrascas rodean el lugar.
Cima del Monte Arabí (1.067 m.) cortas y nubladas vistas al altiplano jumillano que rodea la zona, donde predominan los viñedos. Hacemos las fotos de rigor y repostamos líquidos con miradas desde las plataformas rocosas.
Para bajar, deshacemos un poco de camino y tomamos otro sendero a la derecha, que nos va descendiendo, primero por el interior, para luego ir saliendo a las plataformas rocosas. Desde una de ellas vemos el agujero de la Cueva Horadada.
Esta parte del recorrido nos permite ir saboreando las panorámicas al ir quebrándose la bruma, las plataformas de grandes rocas llanas hacen de balcones al paisaje. En una de ellas decidimos tomar nuestro almuerzo.
Reanudamos la marcha bajando un escalón más y el sendero nos lleva entre abundante vegetación y un pinar más denso, para seguir descendiendo por una inclinada roca roma y lisa en la que tenemos que extremar las precauciones.
Desde esta nueva tribuna que se asoma al precipicio volvemos a tener dilatadas miradas al hermoso paraje y echando un vistazo atrás, vemos el frontal rocoso del Monte Arabí y la pineda por donde hemos descendido.
Viene un precioso tramo parecido a una ancha y despejada calzada en descenso, caminamos sobre roca pura y dura que la erosión ha dejado totalmente roma y aplastada, desprovista de arboleda al no quedar resquicio alguno para echar raíces.
Es una zona realmente espectacular por su peculiar modelado geológico. La erosión del agua y viento, han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Nos acercamos a la gran cueva flanqueada por enormes pinos.
La Cueva Horadada. De esta magnifica cueva en la ladera de la montaña nos asombra su impresionante entrada y sus formas curvilíneas. Pero más aún nos impresiona cuando nos adentramos en ella, dejándonos sentir casi abrazados por la roca.
En el techo encontramos una enorme ventana producto de los desprendimientos, es como una mirada a cielo abierto. Su cálido colorido tiñe los paneles y alveolos. Se trata de una cueva como pocas, que añaden un halo de magia a este monte.

Poco a poco abandonamos la estancia en suave descenso hacia un poste balizado que nos dirige hacia las pinturas rupestres. El Monte Arabí acoge varios yacimientos prehistóricos con una cronología comprendida entre el Paleolítico y Edad del bronce. 
Hoy solo pasaremos por los Cantos de la Visera, vallados y protegidos, se necesita un permiso para verlos. En el primero, hay más de 30 motivos pictóricos que representan únicamente fauna de grandes herbívoros, entre los que destacan caballos y bóvidos.
Y en el segundo, es más abundante en figuraciones, ya que contiene unos 70 motivos entre bóvidos, équidos, cérvidos y carpidos. También hay cuadrúpedos esquemáticos que parecen estar asociados a representaciones humanas.
Regresamos al sendero principal que nos conduce a una escalera con los primeros peldaños de madera y luego metálicos que nos accede a un nivel superior, protegido con barandas y cables donde está el Mirador.
Esplendida plataforma que nos ofrece vistas generosas al altiplano, donde la bruma se va disipando. Un panel sitúa y da nombre a las referencias más cercanas. También vemos a nuestros pies las rejas de los yacimientos.
El sendero se ensancha y dejamos los altibajos caminando sobre la planicie alejándonos del Monte Arabí. Luego, por la derecha aparece el Arabilejo, pequeño promontorio y segunda altura del monte, a la que no subimos.
Entramos en la zona de las cazoletas o petroglifos y calderones o depósitos naturales, grabados rupestres que han de ser incluidos en la fase esquemática del arte rupestre del área levantina, realizados con la técnica del piqueteado.
El significado de estos grabados debe estar en relación a rituales entorno al agua de lluvia, concebido como elemento purificador y de fertilidad. Sin embargo los calderones y cazoletas parecen relacionarse con pasos o rutas ganaderas.
El camino prosigue hasta dejarnos de nuevo en la Casa del Guarda, donde cerramos el círculo de la ruta. Ahora solo nos queda deshacer camino hasta la barrera donde finalizamos esta ruta por el singular Monte Arabí.
PODÉIS VER EL RESTO DE FOTOS Y RESEÑAS DE LA RUTA EN EL BLOG, PINCHADO EL ENLACE: