Monte Arabí

Antes de leer el detalle de la ruta lee este aviso de exención de responsabilidad:
"Las rutas que subo aquí sólo son un relato de mis salidas al monte con el fin de que me sirva de referencia para próximas ocasiones. Con la dificultad y características que tienen para mí, mis condiciones físicas y mi experiencia por el monte. No es una guía fidedigna de senderismo con un track ultraexacto (utilizo un simple smartphone y a veces la cobertura del GPS no es exacta) por lo que si alguien decide seguir mis tracks o indicaciones (no sólo no me opongo a su uso sino que estoy disponible para cualquier consulta) debe tener claro y asumir que es responsabilidad exclusivamente suya. Que la percepción de dificultad y/o riesgo es muy subjetiva, no es igual para todo el mundo y que lo que para uno es monte, otro puede ver rastros de senderos. No fiarse sólo de mis tracks. Leerlos antes teniendo en cuenta que detallan mi percepción de la ruta que puede ser muy diferente para otros. Las rutas hay que prepararlas y revisarlas antes de salir. A tu disposición."

Ruta fácil, muy fácil. Por prudencia la calificó como moderada, pero me encontré con niños haciendo la ruta. A partir de la cima, con un sinfín de sitios que ver. Tanto que se hace muy corta y amena.
Ojo al principio de la ruta que no hay cobertura para el track, por lo que debemos tenerlo ya activado/descargado antes de llegar a la zona. Después, conforme se va subiendo (no tiene perdida ni sin track) ya recuperamos la cobertura, el track y todo.

Empezamos la ruta con la subida al vértice geodésico dejando para lo último el resto de puntos a reseñar. Tengo por costumbre dejar lo más fácil, ameno y entretenido para la vuelta de la ruta. Suele ser cuando más cansado se está y más largo se hace el regreso.
Después de disfrutar de las vistas desde la cima empezamos la bajada en dirección a la Cueva Horadada. La ruta es fácil, con el sendero bien marcado. Si en algún punto dudamos, sólo tenemos que fijarnos con detenimiento para recuperar el sendero y la dirección correcta. Se pasa por varios miradores y extraordinarias formaciones rocosas hasta llegar a la cueva.
La cueva es monumental. Al verla habrá valido la pena los kilómetros, el combustible, el madrugón, etc.
Después del rato necesario para su observación, disfrute e inmortalizar fotográficamente nuestra visita a esta maravilla ya vamos de vuelta pasando por la cueva del corazón, el Arabilejo (con unas vistas espectaculares con el Arabí de fondo), los restos del poblado, los petroglifos y la cueva del tesoro.

Y qué decir del Monte Arabí?

Monte Arabí
El monte Arabí destaca del resto de sierras y montañas de los alrededores por su peculiar modelado geológico. Su vértice geodésico, con sus 1068 m.s.n.m. lo convierten en una hermosa atalaya desde la que se domina todo el altiplano de la zona de Yecla y desde el que se pueden divisar sierras como la de Los Gavilanes, de La Magdalena, de Lacera,
El modelado kárstico, la erosión de agua y viento y otros tipos más de erosión han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Son llamativas las erosiones alveolares, también muy presentes en otras zonas de la región. En algunas de esas cuevas, existen pinturas rupestres de gran valor, por lo que han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Los yacimientos son bien de interés cultural y el monte Arabí es monumento natural de la región. También encontramos hendiduras hechas en la piedra denominadas cazoletas y petroglifos. La mayoría de las teorías apuntan que las hicieron sus antiguos pobladores para cultos sagrados, sacrificios, ofrendas, e incluso, que sean de carácter cartográfico como misteriosos e indescifrados mapas relacionados con las constelaciones.
Cuando se entra y se percibe la grandiosidad de la Cueva de "La Horadada", perforada en su techo por la acción erosiva del agua, y situada en la ladera Noreste, es fácil que nuestra imaginación nos lleve 10.000 años atrás en el tiempo. Cuando el hombre apenas había comenzado a tener consciencia de su propia existencia; cuando al mirar al cielo a través del enorme orificio, a cuyo origen solo le encontraban explicación por la intervención de los dioses, se hicieron la pregunta de que era todo aquello que brillaba en las oscuras noches sobre sus cabezas. En aquella remota época los primeros hombres ya adoraban esta sagrada montaña. Y puede que tuvieran sus razones. De hecho, se habla mucho también del Mágico Arabí, ya que son muchas las personas que han percibido un campo energético en este monte, sensaciones que van desde placenteras y en armonía hasta algunas bastante desagradables, hay quienes dicen que esto se debe a la creencia de que debajo del monte haya Uranio acumulado, Magnetita o algún tipo de energías telúricas. El hecho de que, no muy lejos del Arabí, se encontraran, en el Cerro de los Santos, más de cuatrocientas estatuas y figuras mirando en dirección al monte Arabí, no hace más que acrecentar su misterio y sus leyendas. Quizás es por ello por lo que este fue un sitio donde se reunían antiguos pobladores para hacer rituales y quizá ha sido este uno de los atractivos para grupos religiosos que, en aquelarres, en la actualidad han escogido algunas de sus cuevas para hacer rituales neopaganos. Se habla de avistamientos de figuras extrañas, luminosas, e incluso OVNIS, y se afirma que el lugar era, hace miles de años, un destino de peregrinación de gentes similar a lo que hoy es, para los cristianos, Santiago de Compostela.
Pero, sin aventurarnos tanto en lo insólito, si hay una leyenda realmente conocida y famosa sobre el Arabí es "La Cueva del Tesoro", de la que se dice que tras recorrer una serie de estrechos pasadizos, se llega a una gran puerta custodiada por dos vigilantes armados, tras la cual se encuentra un gran preciado tesoro. Lo cierto es que hay un relato que se cuenta que ocurrió en el siglo XIX, en el que se narra que llegaron al lugar dos hombres a caballo, pidiendo a los labradores de la zona que cuidaran de las monturas hasta su vuelta. Pasados tres días, los hombres volvieron del monte cargados con unos sacos, cuyo contenido se ignora. Se marcharon, no sin antes agradecer a los labradores su cuidado con unas piezas de oro...
En definitiva… por unas cosas o por otras… el monte Arabí… no deja a nadie indiferente…

https://youtu.be/d3gnTSZgN0E

(Por si alguien tiene dudas sobre hacer las rutas con perro, a mí siempre me acompañan un bodeguero de poco menos de 15 kilos y una ratonera mestiza de 7 kilos y se defienden sin problema alguno. Disfrutan más que yo)

(La norma principal que sigo en mis salidas es no llevarme, romper, arrancar ni alterar nada de la naturaleza que encuentro ni tampoco dejar nada que deje huella alguna de mi paso.)