Monte Arabí. Cueva de la Horadada. Petroglifos. Fuente Álamo

Monte Arabí. Cueva de la Horadada. Petroglifos. Fuente Álamo

El Monte Arabí destaca del resto de sierras y montañas de los alrededores por su peculiar modelado geológico. El modelado Kárstico y la erosión del agua y viento, han producido un modelado morfogeológico caracterizado por cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Presenta también restos arqueológicos, petroglifos (cazoletas) de significado desconocido, así como pinturas rupestres. Es, además, fuente de numerosas leyendas y mitos populares de la zona.

Ha sido propiedad de varios particulares, a finales del siglo XIX lo vendió al Ayuntamiento de Yecla y en 1998 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco como manifestación de arte rupestre del arco mediterráneo de la Península Ibérica. Es una elevación montañosa y solitaria de pequeña extensión, situada en el Altiplano Jumilla-Yecla. Está situada al norte de la región de Murcia y ha sido declarado Bien de Interés Cultural de la Región de Murcia.

Haremos un recorrido circular, coincidente en su mayor parte con el PRMU-91, que sube al vértice del monte Arabí y tiene como principales hitos del recorrido "La Puerta de la Iglesia", que es en realidad un cortado situado al Norte del monte, con una cueva ubicada en su parte alta, desde donde tendremos unas preciosas vistas. Seguirá la magnífica cueva Horadada, con su interior repleto de formas geométricas talladas por la erosión. También varias zonas con pinturas rupestres, que no podremos ver, por estar cercadas. Y, finalmente, en el pequeño cerro del Arabilejo, petroglifos (cazoletas) a los que hay que estar atentos, pues pueden pasar desapercibidos, así como un yacimiento arqueológico de la Edad de Bronce.

La ruta transcurre entre bosques de pinos carrascos, mayoritariamente, con algunas encinas y otras numerosas especies, tales como coscojas, sabinas negrales, madroños, efedras, espinos negros, jara blanca, esparto, romero y demás arbustos de tipo mediterráneo

Para llegar al punto de inicio vamos por la A-31 dirección Albacete, después de pasar el túnel de Villena, salda por la nº 178B para incorporarse a la N-344 dirección Caudete/Yecla. A la salida de Yecla incorporarse a la RM-404 dirección Fuente Álamo, seguir hasta pasar el km 15 donde veremos un gran cartel del Monte Arabí, tomar el camino de la derecha en dirección a la Casa de Don Lucio, y a la izquierda a la Casa del Guardia. Aparcar junto a las barreras.

La descripción de la ruta está basada en los tracks publicados por pepe.roca, teresagalu y vaigapeu.

Tomamos un sendero no balizado por la izquierda para ir subiendo por su parte menos inclinada y asequible. Pronto pasamos por dos charcas artificiales separadas a poca distancia una de otra, que pretende favorecer las poblaciones de anfibios.

Sin dejar de subir, pronto tenemos a la vista el vértice geodésico de la cima del Monte Arabí (1.067 m.) con vistas al altiplano jumillano que rodea la zona, donde predominan los viñedos.

Para bajar, deshacemos un poco de camino y tomamos otro sendero a la derecha, que nos va descendiendo, para ir saliendo a las plataformas rocosas. Desde una de ellas vemos el agujero de la Cueva Horadada.

Reanudamos la marcha bajando un escalón más y el sendero nos lleva entre abundante vegetación y un pinar más denso. De un nuevo mirador volvemos a tener vistas al hermoso paraje.

Caminamos sobre roca que la erosión ha dejado totalmente roma, desprovista de arboleda con su peculiar modelado geológico. La erosión del agua y viento, han configurado cuevas, galerías y formas ciertamente curiosas en sus rocas. Nos acercamos a la gran cueva flanqueada por enormes pinos.

La Cueva Horadada en la ladera de la montaña nos asombra su impresionante entrada aproximadamente 37x25x20m. En su interior se pueden observar los alveolos o nidos de abeja originados por efecto de la erosión, y la bóveda perforada por un hueco de casi 2m de diámetro

Abandonamos la estancia en suave descenso hacia un poste balizado que nos dirige hacia las pinturas rupestres. El Monte Arabí acoge varios yacimientos prehistóricos con una cronología comprendida entre el Paleolítico y Edad del bronce.

Hoy solo pasaremos por los Cantos de la Visera, vallados y protegidos, se necesita un permiso para verlos. En el primero, hay más de 30 motivos pictóricos que representan únicamente fauna de grandes herbívoros, entre los que destacan caballos y bóvidos.

Y en el segundo, es más abundante en figuraciones, ya que contiene unos 70 motivos entre bóvidos, équidos, cérvidos y carpidos. También hay cuadrúpedos esquemáticos que parecen estar asociados a representaciones humanas.

Regresamos al sendero principal que nos conduce a una escalera con los primeros peldaños de madera y luego metálicos que nos accede a un nivel superior, protegido con barandas y cables donde está el Mirador.

Esplendida plataforma que nos ofrece vistas generosas al altiplano. Un panel sitúa y da nombre a las referencias más cercanas. También vemos a nuestros pies las rejas de los yacimientos.
El sendero se ensancha y por la derecha aparece el Arabilejo, pequeño promontorio y segunda altura del monte en cuyo entorno había un poblado fortificado en el II milenio a.C

En la roca arenisca se observan obras de arte rupestre levantino conocidas como cazoletas, petroglifos o insculturas, agrupaciones de grabados o inscripciones esculpidas en la roca, que según algunas teorías podrían relacionarse con rituales en torno al agua, especialmente aquellas compuestas por canales o cazoletas, ya que muchas imitan la disposición de calderones o charcas naturales unidas por canales o torrentes, donde se acumulaba el agua de lluvia y que constituían reservorios.

Otras hipótesis apuntan a que las agrupaciones de cazoletas podrían representar constelaciones celestes, mientras que otros grabados parecen representar plantas de pies humanos, incluso llegan a relacionarse con la fecundación o la fertilidad. Sea lo que sea, nos sorprenderá este conjunto de petroglifos que datarían de la Edad del Bronce Medio.

El camino prosigue hasta dejarnos en la Casa del Guarda, donde cerramos el círculo de la ruta. Ahora solo nos queda deshacer camino hasta la barrera donde finalizamos esta ruta por el singular Monte Arabí.