Monte San Roque - Penedo do Galo - Fervenza de Guilán o de Pedralba.
near Viveiro, Galicia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Esta ruta la llevaba posponiendo durante las últimas visitas a Viveiro, pues siempre me surgía algún otro plan, pero hoy decidí que era el día. Inicialmente la tenía pensada subiendo desde Viveiro hasta el Monte San Roque, pero eso me impediría llegar a comer a casa, pues le añade casi 8 km. más, así que me acerqué con el coche a San Roque y allí inicié la caminata. Tomé dirección al Penedo do Galo para disfrutar de las bellísimas panorámicas de la Ría y de gran parte de la Mariña, así como los montes circundantes, no en vano O Penedo es la máxima cota de nuestro municipio. No obstante, la panorámica completa del pueblo queda tapada por el Monte San Roque, así que disfrutaría de esa estampa como el premio de final de ruta.
Tras visitar el vértice geodésico me acerqué a unas rocas en la margen este, con mejores vistas hacia A Mariña y desde ahí bajé campo a través para retomar el carril (decir que para el último tramo fui por un camiño de bestas entre toxos e silvas). Entro así en la parte más monótona de la ruta, ya que cruza un monte pelado y con la vista atrapada por la cicatriz que supone de la Cantera de Xove. Al estar las puertas abiertas crucé por la cantera, evitando rodearla; ahí se entra en un tramo de un kilómetro de carretera asfaltada rodeada de eucaliptus jóvenes, que nos acompañarán en las dos siguientes intersecciones y a lo largo de todo el camino de vuelta.
Al Río Guilán se accede a través de una empinada trocha de tierra, que nos deja en la parte alta de la segunda de las cascadas que componen A Fervenza de Pedralba; se trata de un gran salto de agua de más de 70 metros de alto repartidos en tres caídas, cada una de las cuales forma una poza. Es necesario cruzar el río sobre unas piedras colocadas a tal fin y continúo por la trocha, en la que pasados unos pocos metros veo la primera cascada a mano derecha. Es la más pequeña y forma un estrecho canal encajonado entre piedras por el que el agua baja con gran fuerza. Me acerco a hacer unas fotografía y sigo por la trocha, dando un rodeo para buscar la base de la segunda cascada. La imagen es impactante, se trata de un salto de roca viva que tendrá unos 20 metros de alto por otros tantos de ancho y que en este momento lleva caudal para abarcar la mitad de su amplio cauce. Allí aprovecho para reponer fuerzas y después me decido a buscar un acceso al tercer salto de agua, pero sin resultado, ya que está totalmente rodeada por una vegetación impenetrable. Supongo que habrá alguna forma de llegar y me propongo buscarla en otra ocasión con más tiempo.
La vuelta se hace entre los Montes de Guilán y da Granda por un carril bastante más agradable que el de ida. Paso al lado de una antigua casa solariega perteneciente a la familia Canosa que, pese a su estado ruinoso, todavía conserva vestigios de su antiguo esplendor. Finalmente se rodea O Penedo para llegar hasta el Monte San Roque, donde me dirijo al mirador para obtener la estampa del pueblo que todo viveirense tiene marcada a fuego desde la infancia.
Tras visitar el vértice geodésico me acerqué a unas rocas en la margen este, con mejores vistas hacia A Mariña y desde ahí bajé campo a través para retomar el carril (decir que para el último tramo fui por un camiño de bestas entre toxos e silvas). Entro así en la parte más monótona de la ruta, ya que cruza un monte pelado y con la vista atrapada por la cicatriz que supone de la Cantera de Xove. Al estar las puertas abiertas crucé por la cantera, evitando rodearla; ahí se entra en un tramo de un kilómetro de carretera asfaltada rodeada de eucaliptus jóvenes, que nos acompañarán en las dos siguientes intersecciones y a lo largo de todo el camino de vuelta.
Al Río Guilán se accede a través de una empinada trocha de tierra, que nos deja en la parte alta de la segunda de las cascadas que componen A Fervenza de Pedralba; se trata de un gran salto de agua de más de 70 metros de alto repartidos en tres caídas, cada una de las cuales forma una poza. Es necesario cruzar el río sobre unas piedras colocadas a tal fin y continúo por la trocha, en la que pasados unos pocos metros veo la primera cascada a mano derecha. Es la más pequeña y forma un estrecho canal encajonado entre piedras por el que el agua baja con gran fuerza. Me acerco a hacer unas fotografía y sigo por la trocha, dando un rodeo para buscar la base de la segunda cascada. La imagen es impactante, se trata de un salto de roca viva que tendrá unos 20 metros de alto por otros tantos de ancho y que en este momento lleva caudal para abarcar la mitad de su amplio cauce. Allí aprovecho para reponer fuerzas y después me decido a buscar un acceso al tercer salto de agua, pero sin resultado, ya que está totalmente rodeada por una vegetación impenetrable. Supongo que habrá alguna forma de llegar y me propongo buscarla en otra ocasión con más tiempo.
La vuelta se hace entre los Montes de Guilán y da Granda por un carril bastante más agradable que el de ida. Paso al lado de una antigua casa solariega perteneciente a la familia Canosa que, pese a su estado ruinoso, todavía conserva vestigios de su antiguo esplendor. Finalmente se rodea O Penedo para llegar hasta el Monte San Roque, donde me dirijo al mirador para obtener la estampa del pueblo que todo viveirense tiene marcada a fuego desde la infancia.
Waypoints
Intersection
1,166 ft
Intersección izquierda
Yo seguí por la derecha para intentar atajar pero no había salida
Comments (2)
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Algo complicada,sin conocer,no?
Solo tiene un punto que no es evidente, que es el indicado como "salto de alambrada". Yo hice la bajada de O Penedo campo a través, pero por el carril sería lo mormal.