246. Monte Santiago

📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').

📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.


INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 36 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 193 metros ('muy' inferior al que estima Wikiloc). [*] Ver explicación debajo, al final.


PREÁMBULO

Había dos certezas y mil dudas. Antes de salir.

Y de las certezas, ‘una buena y una mala’. De un lado, la ruta tenía muchas valoraciones positivas por otros viajeros. Del otro, para llegar, nos separaban casi 120 km (más la vuelta…).

Entre las ‘mil’ dudas:

1. ¿Hará buen tiempo? Despejado y que no llueva. Tanto como para facilitar el disfrute de sus panorámicas y sus bosques. No había coincidencia entre las agencias meteorológicas.

2. ¿Habrá agua en la cascada? Había llovido durante semanas, si bien sin intensidad. Pero el verano y el ‘veranillo’ habían sido secos. No habíamos llegado aún al ecuador del otoño.

3. ¿Les habrá llegado el otoño a los hayedos? Otra atracción irrenunciable. El otoño avanzaba; se iba. El viento y la lluvia recientes podrían haber barrido las copas de los árboles.

4. ¿Estará abarrotado de gente? Aunque era lunes, esta es una ruta muy popular. A la gente la vemos todos los días. Hoy tiene que ser el día de la naturaleza, de la elevación.

5. ¿Y de la caza, qué? Según la Junta de Castilla y León, hoy no habría allí cacerías colectivas. Pero, ¿y las particulares? Habíamos tenido que correr delante de los tiros recientemente….

…996, ...997, …998, ...

999. ¿Y la cobertura telefónica o para la señal GPS? En más de un usuario habíamos leído que no la había; que “la cobertura móvil y wifi, salvo en un par de tramos, es nula”.

Y ‘mil’. El asunto de los desniveles. Para el mismo recorrido, habíamos visto diferencias enormes entre usuarios (entre menos de 200 metros y más de 500). ¿Cuál sería la real?

Bueno, admitido, las dos últimas son ‘una semi-tontería’ de dudas.

Para la 999, suponíamos que habría señalización. Además, nos fantaseábamos como avezados en capacidad de orientación montañera. Pero, ¿y si no?

Para la ‘mil’, volvemos a la cantinela de la fiabilidad de la altimetría. Pero hoy importaba, porque uno de nosotros no estaba muy sobrado de ‘correa’, de aguante.

Así íbamos: llenos de dudas (y con una certeza ‘mala’). ¿Merecerá la pena?

Ahora bien, la propia intriga era un motor. De otro modo, con las ‘mil’ dudas y el 50% de certezas negativas, “mira, mejor quédate” (“Traánquilo, majete, en tu sillón” [decían ‘Celtas Cortos’ en su canción]).

LA RUTA

No eran aún las 8 h am. Álava nos recibió con alas azules en un cielo cristalino; y con unos brazos gélidos de 3 grados. Reentramos en Burgos. Igual. Toda la mañana fue un regalo así. Ideal para la tarea.

Primer aparcamiento, vacío; un coche en el segundo (¿de pernocta?). Allí paramos. Para hacer la ruta circular, sin apéndices. Ir al tercero, en el corazón del parque, nos habría producido sonrojo turístico.

Comenzamos, pues, en el Aparcamiento de los Cipreses. Llamado así no porque los haya (lo que hay son hay…as); o es que sólo teníamos ojos para estas.

Después de una breve cata del entorno (hasta el km 0,7), para calmar el arraño, nos abrimos enseguida a monte abierto. Hasta el borde de los acantilados que se desploman al valle de Delika/Orduña (km 3).

Llegamos al mirador de la Esquina de Rubén (km 3,8). Caminamos luego próximos a los cortados que unen (o separan) Burgos y Álava; hasta el km 7. Allí está el mirador del Salto del Nervión; al lado de las ‘cascadas’.

Podemos acercarnos al nacimiento del río Nervión, fuente de la cascada. Hicimos un breve amago en esa dirección (km 7,5), pero ahora sólo quedaban algunas pozas remansadas sobre la roca.

A continuación (km 8) se encuentra otro punto de interés, la lobera mayor de Monte Santiago. Hay restos de otra lobera más modesta antes (km 6,7).

Podríamos ya enfilar la pista que lleva a la Casa del Parque (km 10,5). Pero hay una alternativa mejor: Hacer una incursión (km 8,9) profunda por el hayedo hasta la Cueva de los Paúles (km 9,7).

Así llegaremos, por senda a través del bosque, hasta el núcleo del parque (km 10,6). Allí están las ruinas del monasterio de Langrériz y el manantial kárstico de Fuente Santiago.

Finalmente, podríamos coger la pista que lleva del tercer aparcamiento (km 10,9) al segundo (km 12,7 y final de ruta). Pero en su lugar tomaremos un envolvente sendero interior por el hayedo.

Posibles Dificultades:

No las hay. Es una ruta tan fácil de hacer como bonita de ver. Una demostración de cómo lo bello no tiene por qué ser duro (ni la belleza está reñida con la dureza).

La altimetría (con Wikiloc) indica 483 m de desnivel acumulado, Sin embargo, tienes la sensación de que no se alcanzan los 200 (y eso indica IBP). [*] Ver explicación al final, debajo.

Casi todo el trayecto se hace por senderos de monte abierto y por el interior del bosque, bien marcados. Sólo un poco por pista. Todos en buen estado.

Cuidado con acercarte demasiado a los precipicios. Ya te lo avisan varias veces: “PELIGRO, NO acercarse”. No lo hay si no lo haces. No es necesario.

DESTACADO

La ruta se desarrolla por un espacio natural protegido, declarado como Monumento Natural (Monte Santiago). Por algo; por mucho.

En una ruta tan destacable, podría uno quedarse escribiendo tanto tiempo como el que pasó caminando. La generosidad meteorológica ayudó, además, a hacerla disfrutable.

Conteniendo las ansias por rememorar todo, haré sólo un marco y un bosquejo selectivo de varios aspectos. Así, cada cual vivirá espontáneamente su propia experiencia.

Faltó el agua en los Saltos del Nervión. No hubo cataratas. Si me apuran, diré que no las echamos de menos. Vale, sí, pero hubo tantos otros atractivos en la ruta que como si no.

En la ‘ratio’ beneficio/coste, lo que regala y lo que exige (incluyendo aquí también su lejanía), la ruta merece estar entre las favoritas.

(1) El Monte Bajo:

Desde que se deja el aparcamiento por el oeste, al inicio, el introvertido hayedo se transforma en monte extrovertido, abierto y con perspectivas a lo lejos.

En ese trayecto (km 1 al 4), el amplio sendero se desliza por un suelo afelpado en verde. En los márgenes, el brezo lo cubre todo. Aunque ahora ya está decolorado en crema, sigue bonito.

Un poco más elevados sobre el suelo, los arbustos salpican el monte. Destacan los acebos; como perlas, con sus hojas lustrosas, barnizadas, y sus frutos rojos.

Esa parte fue un magnífico complemento, en contraste con los densos bosques. Fue una delicia moverse por ella. No suponíamos que podría ser tan espléndida.

(2) Los Miradores:

Justo al final del monte bajo, se abre ante nosotros un bello paisaje, aun más expansivo que lo anterior. En un día despejado, las vistas son para contener la respiración.

Está debajo el valle de Orduña, o de Delika, en Vizcaya (más allá) o en Álava (más acá). Impresiona la altura de acantilados y escarpes; y también los profundos surcos que el agua ha cincelado en ellos.

Más al fondo sobresalen las cumbres y las siluetas de las montañas cantábricas. Las más próximas parecen (si no yerro...) las del Parque Natural de Gorbea y el macizo de Itxina, hacia el noreste.

Hay, al menos, dos miradores balconados. Pero, en realidad, todo el recorrido entre el km 3 y el 7 es un inmenso mirador. Siempre al borde del abismo. Siempre a salvo si no das un paso de más.

(3) Los Hayedos:

La senda rutera ahora festonea un hayedo, ahora se sumerge en él, tan extenso como variado. Es imposible aburrirse.

Hay áreas con hayas jóvenes y otras con hayas añosas. Unas, finas y estilizadas. Otras, gruesas y retorcidas. Y están también las hayas candelabro.

Hay zonas más densas, donde las hayas dejan crecer vegetación a sus pies. En otras acaparan para sí todo el suelo, cubriéndolo de hojas, cual alfombra.

Hay lugares donde las hayas exhiben hojas con tonalidades amarillas y anaranjadas al lado de otras que aún no han mudado su verde original.

Hay franjas donde las hayas coexisten con fresnos, arces, robles, majuelos…, mientras que en otras las hayas crean un ecosistema en exclusividad.

Dos tramos nos ‘levantaron un palmo del suelo’: uno, el desvío que se hace por la cueva de los Paúles (kms 8,5 a 10,3); otro, desde el tercer parking al segundo (kms 11 a 13,4).

Ni qué decir tiene que, a menudo, dentro de los senderos, tienes la impresión de moverte por un cuento de hadas, duendes, y ese tipo de quimeras (que aquí parecen reales…).

(4) Las Atracciones:

(a) La Gran Lobera (km 8) es una creación cultural en un entorno natural. Hay que entenderla en su contexto histórico: cuando natura y cultura iban, necesariamente, de la mano (para sobrevivir).

Con sus muros en forma de embudo y foso al final, más las esculturas de cazadores y alimaña, la estampa reproduce una batida. La escena, estática, trasmite dinamismo; casi, dramatismo.

(b) Al lado de la Casa del Parque, otro punto de interés lo constituye el monasterio de Santiago de Langrériz (km 10,3). El nombre del territorio probablemente deriva del cenobio.

Fundado en el siglo X, hoy sólo quedan las ruinas de su iglesia (románica, de los siglos XI-XII). Al menos hasta avanzado el siglo XVII, como ermita, fue un lugar de devoción y peregrinaje.

(c) Muy próxima a esas ruinas se halla la surgencia de Fuente Santiago (km 10,5). El agua brota de modo permanente del fondo de una dolina colapsada. Al hundirse, afloró un río subterráneo.

Ahora, un arroyo recorre la superficie apenas 50 metros y vuelve a sumirse en las entrañas de un terreno calcáreo y poroso. El conjunto constituye un espacio precioso.

ANÉCDOTA

Ningún hecho singular nos sobrevino que pudiéramos considerar como anecdótico.

Pero nótese que suelo escribir el Preámbulo antes de iniciar la ruta. Con tantas dudas de partida entonces….

Ahora, en la sección de Anécdota, finalizada la ruta, toca considerar las posibles sorpresas; las discrepancias entre temores y realidades.

Las dos Certezas eran tales y siguieron inamovibles. Por un lado, se confirmaron las excelencias de la ruta. Por otro, los kilómetros hasta (y desde) allí siguieron midiendo mil metros cada uno.

El meollo estaba en las Dudas:

1. Hizo un tiempo inmejorable. Cielo prístino; en la tierra, entre 8 y 10 grados. Nadie en su sano juicio podría pedir más. Sencillamente, porque es imposible. Marcador: 1-0 (a favor del equipo local, Monte Santiago).

2. Sin agua en las cascadas. Sólo se oía un rumor amplificado por el cañón entre los acantilados. Tal vez una alucinación sonora. Nos pusimos las fotos tomadas por otros usuarios, ‘y listo’. Rumor y fotos. Marcador: 1-1.

3. Las hayas, entre verdes y amarillas. Es lo que corresponde a la mitad del otoño. Habían perdido muchas hojas; quizá por la lluvia y el viento. Aun así, el cuadro de los hayedos era el del paraíso. Marcador: 2-1.

4. A nadie vimos al llegar. La gente tiene derecho a dormir algo. Hasta las 11 y pico no nos cruzamos con alguien; una pareja de paseantes; otras tres después, ya finalizando (nosotros). Pocos y en silencio. Marcador: 3-1.

5. De cinegética, nada. Ni oímos ni vimos. De hecho, es posible que no sea un lugar en el que se permita esa actividad. Ni siquiera observamos carteles de ‘Acotado de Caza’. Mejor así para el disfrute. Marcador: 4-1.

…996, ...997, …998, ... Marcador: …995-1, …996-1, …997-1.

999. Recepción de señal GPS. Algún cartel avisa de que hay zonas sin cobertura. La señal era débil, aunque fue suficiente para iniciar la ruta. Luego, la descarga hubo que hacerla de camino a casa. Marcador: 998-1.

Y ‘mil’. El ‘inflado desnivel’. El recurrente asunto de la altimetría: “483 m”, dice. Si eso era verdad, entonces estábamos hechos unos chavales. Terminamos frescos 'como si tal cosa'. Marcador: 999-1. [*] Ver debajo.

La anécdota estuvo, pues, en que todas nuestras dudas, menos una, se resolvieron en la misma dirección; satisfactoriamente: Por goleada.

Tanto, que casi ni echamos de menos a la estrella del equipo: la fantasía acuática; convaleciente. Era, en compensación, fácil imaginársela en aquel magnífico escenario.

.../...

[*] Prometí hace unas pocas rutas: “Prometo no insistir más en el tema de la altimetría (si no hay novedades significativas)”: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/entre-san-felices-del-rudron-y-pedro-campo-146392210 .

Creo que las hay (novedades):

Aquí, la exageración en el cálculo del desnivel puede deberse a que pasamos por dos miradores colgantes. El GPS calcula la altitud del suelo firme (de la tierra, no del balcón).

El argumento, en realidad, puede generalizarse: Cuando circulamos muy próximos a fuertes desniveles del terreno, el GPS puede ser inducido a errores de cálculo.