Monteagudo: Circular 3 Castillos por La Mina

Ruta senderista muy completa y bien condimentada con la ancestral cultura del lugar y vistas magníficas de todo el valle murciano si subimos hasta la cercana montaña de La Mina. Para ello debemos llegar a la pedanía de Monteagudo y partir desde su atractiva parroquia Nuestra Señora de la Antigua. Estamos a 40 metros de altitud.

Rodeando por detrás la iglesia tomaremos una calle que enseguida abandonamos para subir unas escaleras que nos dejan en la puerta del modernista Centro Visitantes San Cayetano, abierto desde las 9:30H (menos lunes) y que permite una visita gratuita para enriquecernos con lo mucho que ha sido la historia del lugar desde el primitivismo hasta nuestros días.

Después de la aconsejable visita, por un lateral subimos una calle y luego otras escaleras que nos llevan hasta una placeta bajo la mole del característico Cristo de Monteagudo, adonde no se puede acceder por estar cerrado el paso por obras y riesgo de accidentes. Ya desde allí la panorámica que se contempla es maravillosa.

Continuamos hasta cruzar una carretera y aproximarnos al cercano Castillejo, en su día morada lujosa de recreo del rey musulmán de Murcia durante los 25 años entre 1147-1172, Ibn Mardanis, apodado por los cristianos como Rey Lobo. Hoy es propiedad privada, pero por una senda abierta junto a una valla se puede subir y visitar su ruinoso interior. Seguimos camino y volvemos a cruzar por otro sitio más adelantado la misma carretera anterior. Allí unas tablillas nos indican seguir a la izquierda la ruta oficial hasta el Parque de los Polvorines, más sencilla y apta para todas las edades y condición física, o bien girar a la derecha en dirección a un gran depósito que se divisa a lo lejos y endurecer el recorrido coronando la cercana montaña de La Mina.

En nuestra ruta seguimos hasta el Depósito de Aguas, pasando antes junto a una peña huertana y un colegio. Es el Km3 y la cota de 100 metros. Por una empinada senda de piedra suelta, por lo que hay que ir despacio y con cautela, vamos ganando altura. Varios cruces de camino nos van apareciendo, pero debemos seguir rectos viendo ya el vértice geodésico de nuestro objetivo. Luego rodeamos el monte por un sendero bien marcado que hace más accesible la subida, y finalmente llegamos a la cima de La Mina (cota 201 metros) en el Km4,5. Las vistas en redondo son prodigiosas, y el sitio permite un merecido descanso identificando lugares seguramente bien conocidos.

Reanudamos la marcha ya en prolongado descenso, también mucho cuidado con la piedras sueltas, por zigzagueante senda hasta un campo de limoneros, y más adelante llegar al Parque Los Polvorines (Km6 y cota 70 metros), convertido en bien equipada Area Recreativa, con sus mesas, fuente y barbacoas. Ya más cómodamente entre más limoneros y también naranjos, dejando a nuestra izquierda una inmensa balsa de riego vacía, cruzamos carretera y nos dirigimos hasta el tercero de los castillos de nuestra ruta.

Es el Castillo de Larache (Km7,5), hoy propiedad municipal, y en su día otro lujoso aposento musulmán, al parecer el lugar donde el monarca instalaba a sus invitados. La cartelería abundante en todo el trayecto permite cultivarnos con la historia de los sitios visitados. Una puerta metálica cierra el paso al interior, pero si abrimos su pestillo podemos acceder a la planta hoy ruinosa de lo que fue aquella fortaleza. Desde allí se divisan los tres castillos bien alineados, y vestigios amurallados y canalizaciones de agua semidestruídos de la época. Tras cerrar el pestillo antes abierto seguimos la marcha.

Enseguida pasamos por el Huerto Hondo, una gran alberca o estanque excavada donde almacenaban el agua para regadío y usos ornamentales. Aún se observan restos de su muro de tapial. Entre caminos, huertos de cítricos y acequias (mayor de Churra y azarbes) llegamos a la otra gran alberca que se conserva, es el Albercón (Km9,5), hoy convertido en huerto privado vallado, por lo que vemos de lejos lo que queda de su muros perimetrales, concretamente a nuestra derecha desde el asfalto, justo debajo del Castillejo y viendo más adelante la imagen del cementerio del pueblo y su imponente Cristo.

Seguimos un kilómetro más, inicialmente hasta las ya próximas primeras casas del pueblo, y luego girar a la derecha para llegar al parking frente a la parroquia donde empezamos éste bonita e ilustrativa ruta, llena de matices e información y no exenta de sano ejercicio físico.