Montefrío: Arroyo de los Molinos

En el corazón de los Montes Occidentales (sector central de las cordilleras béticas), entre las sierras de Parapanda y de Chanzas, se encuentra esta bella localidad granadina, declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1982 y considerada por la prestigiosa revista National Geographic en 2015 como uno de los diez pueblos con mejores vistas de todo el mundo, eligiéndolo de nuevo como uno de los mejores lugares del mundo Best of the World para visitar durante el año 2022.

De hecho, inicio la ruta, tras aparcar a la entrada del pueblo viniendo desde Granada por la A-335, subiendo la carretera del Tocón hasta el famoso Mirador National Geographic, desde el que puedo disfrutar casi en exclusiva (debe ser muy distinto los fines de semana) de una magnífica vista del Montefrid andalusí, el Mons Frigidus latino.

Bajo otra vez la carretera para continuar hacia el Hotel La Enrea, pasando bajo otro mirador, el de las Peñas (o Francisco Adamuz). En pocos metros llego frente al hotel, lugar donde se encontraba el antiguo molino de la Enrea y donde se inicia el Sendero PR-A 246 “Arroyo de Los Molinos”.

El sendero discurre en gran parte por caminos rurales, con tramos asfaltados, entre almendros y olivares, algunos pinos y monte bajo. Está bien balizado, incluso con curiosos mojones en forma de torre.
De la pista, luego de tierra, se pasa a una senda que baja hasta el arroyo, atravesando dos eras, y estrechándose progresivamente; en su parte final hace un recodo a la izquierda, pasando por la trasera de una casa antes de llegar otra vez a camino asfaltado. Sigo el camino a la izquierda, recorriendo un tramo ribereño del arroyo de los Molinos, que queda abajo, y contemplando un bonito paraje formado por un salto de agua y su poza junto a las ruinas del Molino de los Pelaos (qué quizás se remonta al siglo XVI).
Luego el camino pasa junto al cortijo Rivera del Mairena y sigue en ascenso, cruzando el arroyo, hasta coronar un collado; luego va bajando hasta el Molino de Peinado (del que quedan restos de la conducción de agua), con vistas a la Peña de los Gitanos, lugar de gran valor histórico y arqueológico: aquí se encuentra la mayor y más importante concentración de restos arqueológicos de la provincia, desde abrigos neolíticos, necrópolis megalíticas de la Edad del Bronce, poblados iberorromanos, tumbas visigodas y asentamientos altomedievales.

Más adelante cruzo un puentecito sobre el arroyo unos metros antes de abandonar el sendero PR-A 246 por un camino que sale a la izquierda y recorre la Dehesa Baja; este camino tiene un tramo empedrado y una moderada subida hasta pasar el cortijo Huerta de la Salud. Después continúo hasta llegar a unas viviendas, saliendo del camino para visitar los restos de la Torre de los Anillos, atalaya situada en la zona de la Cruz de Altera, que conoció dos fases de ocupación, primero almohade y luego nazarí (con su típica mampostería enripiada), al reorganizarse la frontera (construyéndose el castillo para cortar el paso a las tropas cristianas acantonadas en Alcalá); mantenía contacto visual con otras almenaras, como las del Morrón y la de los Guzmanes, controlando la parte norte de la Sierra de Parapanda.

Desde la torre bajo por el olivar hasta el camino, conectando de nuevo con el PR-A 246. Tras unos metros, el carril se continúa por una sendita por el olivar, saliendo a un camino que baja hasta el pueblo, con buenas vistas del mismo. Ya en el casco urbano, llego a un bonito rincón presidido por la Iglesia y el Convento de San Antonio, del siglo XVIII. El templo se consagró a San Antonio de Padua y el convento anexo fue ocupado por la orden franciscana hasta la Desamortización, convirtiéndose después en panadería (razón por la que se lo conoce como “la Panera”); hoy el convento es propiedad municipal y alberga el Centro de Promoción Territorial , Cultural y Turístico de Montefrío.

Sigo por la calle de la Cruz de Calvario y subo por estrechas calles que aún conservan sabor árabe, saliendo de nuevo del entramado urbano para llegar a las ruinas de la Ermita del Calvario, donde, junto a una blanca cruz de piedra se tiene una de los mejores vistas de la población. En el municipio hay varias cruces, que la creencia popular relaciona con lugares donde se produjo algún fallecimiento (por lo general de forma violenta).

Regreso al barrio alto, ahora para bajar hacia la Plaza de España, presidida por la Iglesia de la Encarnación, sólida y voluminosa edificación realizada con sillares, que es de los principales y más grandes templos neoclásicos del país. Destaca su original forma de círculo perfecto (popularmente conocida como “La Rotonda “), cuyo precedente es el Panteón de Agripa de Roma, singular al ser la única en emplear para el cerramiento de la cúpula una sola piedra de 30 metros de diámetro; se le adosa, a modo de cabecera, un pequeño rectángulo que acoge la Capilla Mayor.
Su construcción se inició bajo el reinado de Carlos III, en 1786, dándose por terminada en 1802. Alberga a la patrona local, la Virgen de los Remedios.

Completan este espacio urbano la Casa de Oficios, construida en el siglo XVI para uso público (destinada a oficios artesanales), hoy restaurada para museo y sala de exposiciones; y el Ayuntamiento, antiguo palacete del siglo XVIII de la familia García-Valdecasas, con tipología residencial andaluza.

Subo ahora por la calle de San Sebastián en dirección a la Iglesia de la Villa, que domina Montefrío desde una imponente peña donde se construyó el castillo musulmán en el siglo XIV por mandato de Abu Abdalla Yusuf, que envió para ello al alarife mayor de la Alhambra: éste, además de elegir el lugar de la ubicación, planeó su construcción con un triple recinto, plaza de armas, aspilleras, ardaves, torres, aljibes para el agua, almacenes y todo lo necesario para aguantar un largo asedio. La localidad llegó a ser corte del rey nazarí Ismail III. Tras su conquista cristiana en 1486, los Reyes Católicos mandaron construir en el castillo una iglesia sobre la mezquita, terminándose las obras en 1507, siendo después ampliada por Diego de Siloé, con soluciones góticas y mudéjares y elementos decorativos del Renacimiento.

A los pies de la Iglesia de la Villa concluyo la visita al interesante patrimonio monumental de uno de los pueblos granadinos más bellos.