Montefrío Atalaya de los Guzmanes- Arroyo- Poblado Visigodo, los exploradores arrieros

En el día de hoy nos desplazamos hacia la localidad de Montefrío pero sin entrar a ella pasado Puerto Lope hay un desvío a la izquierda hacia Montefrío y unos dos km antes de llegar al pueblo a la izquierda hay una gasolinera que nos sirve de punto de reunión para empezar la ruta. Adelantamos la hora de comienzo de la misma a las siete pues a estas alturas del año aprieta el calor.
Nos desplazamos dirección Montefrío y tomamos pronto un desvío a la izquierda hacia la Cruz Altera " cruz restaurada a manos de particulares, no se le conoce su denominación original por lo que erroneamente se le ha llamado cruz altera por encontrarse en dicho paraje. Está ubicada en la unión de los caminos de la Dehesa, los Molinos y el de la loma de Castellón con el camino de Granada por Illora".
Continuamos por este camino para llegar por él a la Atalaya de los Guzmanes, antes pasamos por una preciosa era y desde la misma ya divisamos la atalaya en lo alto de la misma contemplamos un precioso macho de cabra montes divisando los paisajes. Desde la atalaya hay unas vistas impresionantes miremos hacia donde miremos todo plagado de olivos parece que estamos en la provincia de Jaén.
" Las torres-atalayas eran baluartes defensivos situados en enclaves de óptima visibilidad, ocupaban, en la mayoría de los casos, las cumbres de los cerros más elevados. Desde lo alto de cada atalaya se podía vigilar una basta área, teniendo comunicación visual con otras torres del entorno. En caso de peligro, los atalayeros, daban la voz de alarma a otros baluartes, mediante señales de humo o luminosas durante el día y con hogueras por la noche.
La torre atalaya de los Guzmanes formaba parte de la línea defensiva de Montefrío-Tocón. Se sitúa a poco más de 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar. Corona, en un espolón sobre el arroyo de los Molinos, la loma de los Gigantes. Esta atalaya es, como la mayoría de las torres-atalayas de la época, de base circular, de 4,15 metros de diámetro, y desarrollo troncocónico. Está elaborada de mampostería con hiladas medianamente regulares".
Desde allí decidimos bajar por el olivar hasta el camino Cuesta de los Molinos no fue la mejor opción pues tiene mucha pendiente y la bajada está muy mal hasta llegar al camino paralelo al Arroyo de los Molinos, vamos caminando por este camino dirección contraria al arroyo y nos desviamos a la derecha hacia el arroyo donde existía un antiguo molino hoy en ruinas y la preciosa cascada hoy un poco deteriorada por la porquería que se va dejando no hay manera que la gente se conciencie de mantener el entorno para disfrute de todos. Abandonamos la cascada y volvemos de nuevo al camino para seguir subiendo dejando a nuestra izquierda la Loma de los Gigantes atravesamos de nuevo el arroyo de los Molinos y llegamos a otro antiguo molino con su acueducto hoy en ruinas la zona del lugar la tienen dedicada al cultivo del esparrago, sin abandonar la pista seguiremos subiendo por la misma que sin dejarla nos lleva de nuevo a la GR-NO-40.
En el mismo puente de la carretera sale una pista a la izquierda que es la que nos subirá al siguiente objetivo del día que es visitar la necrópolis visigoda del Castellón y el pueblo visigodo, para la necrópolis no hay ningún problema pues la encontramos en la subida a la izquierda antes de llegar al cortijo de Castellón "Las primeras noticias que tenemos de asentamientos medievales en Montefrío son las proporcionadas en 1868
por Manuel de Góngora en sus Antigüedades Prehistóricas de Andalucía, monumentos, inscripciones, armas, utensilios y otros objetos pertenecientes a los tiempos más remotos de su población, cuando escribe:
“Viniendo del Cortijo del Castillón no puede renunciar el viajero a visitar, en dirección de Mediodía, un altozano cortado por altísimas peñas que declinan al Sur. Descúbrense allí vestigios de muros, y dentro del perímetro, clarísimos restos de edificios. En la parte que mira al cortijo y en los llanos fronteros a él, sin duda hubo muy antigua población. Las faldas occidentales del cerro del Castillón y un lado y otro de la senda que conduce a Montefrío, están materialmente sembrados de sepulcros".
Abandonada la necrópolis seguimos subiendo hasta el cortijo de Castellón y antes de llegar a él a la derecha sale una pista que enseguida la abandonamos pues hay que subir por una vereda de encinas a la derecha del camino que luego se pierde y que nos lleva al poblado segundo objetivo del día y que al descubrirlo nos produce una gran satisfacción pues es difícil llegar a él. "Estuvo en funcionamiento en la época de transición entre la dominación visigoda y la invasión musulmana, durante los siglos VII y VIII d.C., manteniendo su ocupación hasta al menos el siglo X d.C.
Destaca por un urbanismo regular, y por su sistema de acceso, construido por un camino tallado en la roca y parcialmente pavimentado con pequeñas piedras que conduce al interior del área habitada tras cruzar una entrada.
La entrada está flanqueada por torres, de las que sólo queda la cimentación, se sitúa cerca del área más elevada, en la que se constatan también diferentes aljibes.
El área excavada se sitúa en la zona más baja de la cumbre.
Allí se han definido dos calles paralelas, de distinta entidad, que siguen la alineación de las curvas de nivel.
Las casas de planta irregular, entre las cuales aparecen algunas conducciones de evacuación de aguas.
Aunque en las excavaciones en esta área no se han localizado restos de muralla, éstos son visibles en las inmediaciones y, en cualquier caso, los escarpes de la zona dificultan el acceso".
Salimos del poblado bajando para encontrar la pista que hemos subido no lo recomiendo mejor dar marcha atrás y salir al cortijo de Castellón es mas asequible, del cortijo sale a la izquierda y pegado a un depósito de agua una pista que nos irá acercando a la carretera de nuevo que atravesaremos para tomar otra pista entre olivares que nos llevan de nuevo a la gasolinera a nuestro punto de partida.
Ya de nuevo en la gasolinera y ya todo el grupo vacunados nos tomamos un refrigerio y nos despedimos hasta nuestra siguiente aventura, muy contentos de poder disfrutar de estas maravillas que tenemos por nuestro entorno.