Montes Claros - Aldea de Ebro - Cantabria 15072022

Esta ruta forma parte del trazado de la GR-99 que recorre el camino Natural del Ebro desde su cuna en Fontibre para terminar en el parque fluvial de Buñuel, en Navarra. Hicimos un tramo de la 2ª Etapa que partió desde Montes Claros y terminó en la Aldea de Ebro.
El recorrido se inicia en el monasterio de Montes Claros (970 m), al que previamente habíamos hecho una visita. Desde el aparcamiento del monasterio iniciamos la ruta por una pista asfaltada que nos permite introducirnos en la zona y observar unas bonitas vistas del Monasterio desde la distancia y el arroyo de Santuloso que corre pausadamente al encuentro del Ebro arropado por multitud de helechos y de un montón de llamativas flores amarillas de Coranzoncillo ó Hipérico (Hypericum perforatum) y flores blancas de la Zarza (Rubus armeniacus). Alcanzamos el apeadero de Montes Claros y tras cruzar las vías, continuamos por una pista de tierra, ya con el paraguas verde sobre nuestras cabezas, entre pinos, hayas, robles y demás; es bajada pero muy amena, la continua vegetación nos va entreteniendo. Así seguimos hasta que el camino se encuentra en un desvío, al comienzo de Valdeteje, con otra pista que viene desde el puente sobre el Ebro en Bustasur. Aquí paramos un poco y hacemos uso del avituallamiento a la sombra.
Continuamos la ruta, el camino avanza por pista a lo largo de un tramo fluvial cuya vegetación de alisedas y saucedas está catalogada en el Inventario Nacional de Hábitats. Tras bordear una loma y atravesar Valdeteje y El Hoyo, el camino pasa junto a un grupo de construcciones derruidas. Más adelante surge (en la margen izquierda) Baños de Aldea de Ebro, rodeado de enormes pinos.
Superado el puente de Roblayoso, en la margen izquierda del Ebro, comienza un carril asfaltado entre robledales, que lleva al puente de Rabiquis, donde se cruza el arroyo de Los Riscos. Allí se inicia la subida hasta Aldea de Ebro.
Esta localidad, una de las más bonitas que he visto, es una de las cinco que forman la comunidad de los Riconchos, una zona apartada y montañosa sobre la vertiente izquierda del Ebro. Los montes que rodean a “La Aldea” se encuentran cubiertos de bosque de roble con ejemplares de porte pequeño o mediano por lo general, salvo en las agrupaciones que crecen al sur de las carreteras que llevan a los Carabeos y a Mediadoro, donde alcanzan una mayor consistencia.
La Aldea de Ebro está formado por casas de carácter popular, típicas de la zona, con dos pisos y realizadas en piedra de sillarejo. Lo más característico es el conjunto de edificaciones religiosas en torno a la iglesia parroquial. El conjunto más valioso y pintoresco lo tenemos en la plazuela de la iglesia en la que se alinean en el frente norte y de izquierda a derecha, la iglesia de San Juan Bautista, románica del siglo XIII, su espadaña exenta y la ermita de San Pedro.
Por un lateral de estas construcciones se observa el paso del Rio Ebro y en sus orillas aparecen excelentes bosques de ribera con especies como el chopo, el álamo o el sauce que pueden ser admirados en todo su esplendor desde el puente llamado “de los Riconchos”, un poco mas abajo.
Tuvimos la oportunidad de bañarnos en el rio después de un paseo desde el pueblo siguiendo una senda que va paralela al rio y que termina en un especie de puente natural, reforzado con mampostería, que une las dos orillas. Refrescados volvimos al pueblo e iniciamos la retirada por la carretera CA-742 que nos condujo hasta el puente de Los Riconchos, próximo a la Ermita de Santiago, donde nos esperaba la guagua.