Montes Comunales de Adamuz. Sendero 5. Verde

Para realizar este sendero es necesaria autorización previa del área de Turismo y M. Ambiente del Ayuntamiento de Adamuz, puede solicitarla con un mínimo de 24 horas de antelación a través de turismo@adamuz.es o en los teléfonos: 957006208// 637310394 en horario de Miércoles a Domingo de 09:00h-13:00h.
-----Horario para realizar senderismo en la Finca de Montes Comunales de Adamuz: L-D de 09:00h--13:00h-
-----Los animales de compañía son bienvenidos siempre y cuando vayan atados.
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Este sendero circular goza de una gran belleza, ya que se conjugan en él tres de los cuatro ecosistemas que predominan en el término de Adamuz. Además de la diversidad florística, este recorrido cuenta con una gran riqueza de aves y herpetofauna (anfibios y reptiles), que acompañarán al senderista durante todo el trayecto, acentuándose en la parte final del recorrido, en las mediaciones del lago. También podrá verse en su recorrido gran número de elementos etnográficos y animales domésticos.

El inicio de la ruta comienza en el margen derecho de la carretera A-421 (Villafranca-Villanueva de Córdoba), en la zona común de los alojamientos rurales, junto al panel descriptivo de los senderos de la finca.

Nos dirigiremos al sur de las Casas Rurales Madroño, Adelfa, Durillo y Jaguarzo a través de un pequeño paseo de chopos. En el margen derecho observarán dos antiguas porquerizas y la casa de las Ratosillas.

Continuamos el sendero atravesando una verja metálica, en el margen izquierdo de la nacional A-421 (Villafranca-Villanueva de Córdoba). Unos 50 metros más adelante cruzamos la carretera para continuar dirección oeste durante gran parte del recorrido, siguiendo un pequeño torrente estacional.
En estos primeros metros, podremos admirar una gran diversidad florística, encontrándonos incluso las dos subespecies de lavanda (Lavandula stoechas subsp. sampaiana y Lavandula stoechas subsp. luisieri) en la misma área, facilitando su distinción in situ. Además, aparecen especies como encinas (Quercus ilex subsp. ballota), jaras pringosas (Cistus ladanifer), tomillo (Thymus mastichina), eucalipto rojo (Eucaliptus camaldulensis), aulaga (Genista hirsuta), romero (Rosmarinus officinalis) y multitud de pinos piñoneros (Pinus pinea). Podrá también observarse en este espacio gran diversidad de briofitos (musgos y hepáticas) y líquenes en las rocas y en los pies de las encinas.

Tras cruzar al margen derecho, el sendero se adentra en el curso del citado torrente estacional durante gran parte del recorrido, siendo por esta razón de una dificultad algo más elevada, pero dotando a esta parte de gran belleza, ya que se produce un contraste entre los colores y los sonidos del arroyo con la gran altura de los troncos rojizos de los pinos que lo flanquean.

En el primer tramo, tras abandonar la carretera descendiendo hacia el arroyo, se encuentra una planta digna de especial atención, la mandrágora, Sus raíces han sido usadas desde tiempos inmemoriales en rituales mágicos, ya que sus bifurcaciones tienen cierto parecido a una figura humana; incluso hoy en día se usa en algunas religiones. Sus flores, de color violeta, aparecen enotoño; es por tanto una planta cargada de belleza y misterio.

Existen numerosos torrentes de agua que se cruzan por todos los senderos, que desembocan en arroyos más grandes como el de Ratosillas y el de la Marquesa, y éstos a su vez en los ríos Varas y Matapuercas, ríos que se unen al sur de la finca para desembocar finalmente en el pantano del Guadalmellato. En estos torrentes de agua se levantan, en algunos tramos como en el que se observa en este sendero, muros de pizarra que ayudan a canalizar el agua y evitan encharcamientos.
Continuando el descenso, tras dejar en el margen derecho un nuevo elemento etnográfico, un abrevadero . A partir de este punto, el sendero continúa por la propia vaguada del torrente estacional. Si recorremos este tramo a primeras horas de la mañana podremos admirar el juego de luces que, a través de los troncos de los árboles, irá apareciendo, cobrando el lugar una belleza muy singular.
Hacia el final del recorrido, el sendero gira hacia la derecha, ascendiendo y
abandonando el arroyo, atravesando una repoblación de pino piñonero, hasta conectar con un carril que se dirige hacia la casa de los Aparceros . Aquí vivía la familia que gestionaba la finca en calidad de arrendataria. Hoy en día este terreno se aprovecha para la cría de animales domésticos, como gallos y gallinas de diferentes tipos, pavos, ovejas y cabras entre otros. En este lugar los más pequeños podrán aprender y reconocer diferentes especies de animales domésticos.
Tras abandonar la zona de la granja, el sendero comienza a ascender levemente para llegar al lago artificial ubicado frente a la casa rural “Quejigo” que sería el punto final del sendero .