Montes de Arlaban (Legutio)

Punto de partida: Legutio.
Espacio protegido:
Época recomendada: Todo el año, especialmente durante el otoño.
Elementos de interés: Hayedo, cima del monte Albertia, campa de la Manzanilla y las vistas panorámicas hacia el embalse.
Tipo de camino: El sendero cuenta en su mayor parte con puntos amarillos aunque no todos los desvíos están indicados.
Servicios: En Legutio encontramos bares así como restaurantes y algún alojamiento hotelero.

Descripción del itinerario.

El monte Albertia está algo independizado de la línea de cumbres principal de la sierra de Arlaban que hace de divisoria de aguas, y está únicamente unido a esta sierra en el collado Abetagain, que lo separa del monte Jarindo.

En un otoño que parece que nunca llega y en un verano que parece que nunca se va, nos desplazamos hasta Legutio donde en una de sus últimas calles parte una senda que se dirige hacia la presa de Albina (figuras 1 y 2). Pronto tomaremos el desvío que más nos guste, el desnivel no varía en demasía aunque es preferible realizar la ida por la derecha y la vuelta por la izquierda justo cuando pasemos el caserío de Goikoerrota (figuras 3, 4 y 5).

Pronto saldremos de la pista principal en un giro brusco a la izquierda (figura 6) en el que deberemos fijarnos bien para no dejarlo pasar. Esta senda enlaza con una especie de refugio junto a la depuradora de aguas de Legutio (figuras 7 y 8).

A partir de este momento empezamos a ascender de una manera seria y antes de internarnos en el robledal entremezclado por hayas, la senda nos ofrecerá una preciosa vista hacia el embalse de Urrunaga (figuras 9, 10, 11, 12 y 13).

Las primeras hayas, o las de mayor porte, las encontramos en el kilómetro 1,9. Éstas presentan una curiosa forma, denominada trasmocha, que se da en el norte del País Vasco y Navarra. El trasmochado es una antigua forma de explotación, ya abandonada, de los árboles, que se podaban cada pocos años con el fin de conseguir leña o carbón de sus ramas, piezas curvas de madera y pasto para el ganado bajo sus copas (figuras 14, 15, 16, 18, 19, 21 y 22).

Para coronar la cima del monte Albertia solo tendremos que realizar un último giro hacia la izquierda (figura 17). Desde su cima, rodeada por un extenso hayedo, con algunos ejemplares más mayores que otros, no disfrutaremos de unas grandes vistas pero sí de un merecido descanso, pues el desnivel positivo finaliza junto al vértice geodésico (figura 20).

El siguiente punto de interés se trata de la campa de la Manzanilla, donde hay un monolito que recuerda la batalla que tuvo lugar en este paraje durante la guerra civil española (figuras 23, 24, 25, 26 y 27). Saldremos de la campa rumbo noroeste para introducirnos nuevamente en el hayedo realizando un giro hacia la derecha que nos llevará hasta el collado Abetagain (figuras 28, 29, 30 y 31).

Desde el collado, ahora poblado por un alto pinar, descenderemos por una pista ancha junto al arroyo Pagola (figura 32). Un último giro hacia la izquierda (figura 33) en un cruce de pistas nos llevará a la presa del embalse de Albina. Antes de ello tendremos una fuente donde poder refrescarnos (figuras 34, 35, 36, 37 y 38).

Impresiones.

Monte muy accesible y de fácil ascenso. Ideal como excursión familiar, y como no, para quitarse el gusanillo de salir a dar una pequeña vuelta mañanera. Aunque se trata de un modesto, Albertia ofrece a sus visitantes la belleza del hayedo que cubre su cima. Otra faceta de este monte es su historia. En el amanecer del 30 de noviembre de 1936, con la participación 28000 jóvenes voluntarios vascos, se emprendió la ofensiva general del ejercito vasco en la batalla de Villarreal (Legutio).